La paciencia del Profeta Muhammad
29/01/2009| IslamWeb
Hablar sobre la paciencia del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, es en realidad hablar sobre toda su vida, y sobre su Sirah con todos sus detalles y sus acontecimientos, pues su vida estaba llena de paciencia, sufrimiento, Yihad y trabajo permanente. El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, mantuvo una paciencia continua, desde el descenso de la primera Aleya del Corán hasta el momento final en su vida.
El mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, supo a lo que se enfrentaría en este camino, desde el primer momento de su misión, después del primer encuentro con el ángel Gabriel, La Paz sea con él, cuando Jadiyah, Que Al-lah Esté complacido con ella, le llevó a encontrarse con Waraqah ibn Nuwfal. Éste le dijo: "Ojala estuviera yo vivo cuando tu pueblo te saque de tu tierra", y el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le dijo: " ¿Acaso me expulsaran?" Él contestó: "sí, dado que nadie ha venido con lo que viniste sin tener enemigos. Por eso debes acostumbrarte a enfrentarte a ellos, al daño y a la enemistad".
De entre las situaciones en las cuales destacaron la paciencia del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, estaba el castigo corporal que le inflingía su pueblo, su gente, su tribu, cuando estaba en la Meca al comuniucar su mensaje. Fue narrado en un Hadiz de Al Bujari que ‘Urwah Ibn Az-Zubayr, Que Al-lah Esté complacido con él, le preguntó a ‘Abd Al-lah ibn ‘Amru ibn Al ‘As sobre lo peor que los incrédulos le hicieron al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, entonces dijo: "una vez que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, rezaba en Hiyr Al Ka‘bah, ‘Uqbah ibn Abu Al Ma‘it vino y puso su vestido en su cuello y le ahogó fuertemente, acto que Abu Bakr vio, Que Al-lah Esté complacido con él, y enseguida le cogió de sus manos, le empujó lejos del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y dijo: ¿Desean matar a un hombre que dice "mi Señor es Al-lah"?".
Un día el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, rezaba cerca de la Ka’bah, y Abu Yahl y algunos compañeros suyos estaban sentados charlando. De repente unos dijeron a otros: "¿quién de vosotros puede traer los intestinos del camello muerto de los hijos de fulano y ponerlos sobre la espalda de Muhammad mientras se postra? Y así el más extraviado de la gente los trajo, y esperó hasta que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, se postrase y los puso sobre su espalda y entre sus hombros. Empezaron a reírse fuertemente, y el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, estaba postrado y no elevó su cabeza, hasta que Fátima vino y los alejó de él.
No sólo esto sino que también el daño psíquico representado por el rechazo a su Da‘wah y el hecho de tratarle como un mentiroso y acusarle de ser un charlatán, poeta, loco y mago, además de la manifestación de que lo que descendió sobre él de Aleyas no era más que leyendas de los antepasados. Entre esto está lo que Abu Yahl dijo burlándose: "Oh Al-lah si esto es la verdad de Ti Desciende del cielo piedras como la lluvia o Enséñanos un castigo doloroso”. Al-lah, El Exaltado Dice (lo que en español se interpreta así): {Pero Al-lah no los castigaría mientras tú estuvieras entre ellos ni tampoco tendría por qué castigarlos mientras pidieran perdón. ¿Más por qué no habría de castigarles Al-lah si ellos prohíben entrar en la Mezquita Inviolable sin ser sus protectores?}[Corán: 8:33-34], y fue narrado en un Hadiz de Al Bujari en su Sahih que una mujer de los incrédulos se dirigió al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y le dijo: "Oh Muhammad creo que tu Diablo te dejó, no le vi junto a ti desde dos o tres noches". Al-lah, El más Sublimé, Reveló la Aleya que dice (lo que en español se interpreta así):
{¡Por la luz de la mañana! ¡Por la noche cuando está en calma! Que tu Señor no ha prescindido de ti ni te desdeña}[Corán: 93:1-3], y Abu Lahab seguía al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, en las reuniones de la gente y en sus mercados diciendo que es un mentiroso y su mujer ’Um Yamil le juntaba la leña y las espinas y las echaba en su camino.
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, habló una vez sobre una de estas situaciones de sufrimiento y lamentación, que eran como cuando el hombre llega a olvidarse de sí mismo cuando entra en una postración de aflicción y tristeza, y esto ocurrió después de su salida de la Meca dirigiéndose a At-Ta’if para pedir que le asistan. Así lo confirmó en un Hadiz narrado por Al Bujari y Muslim en el que ‘A’ishah, Que Al-lah Esté complacido con ella, preguntó al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, un día: "¿pasaste por algún día más difícil que el día de ’Uhud?" Él contestó: "recibí de tu pueblo cosas mucho más fuertes para mí. Lo que pasó en el día de Al ‘Aqabah, puesto que expuse a ‘Ali ibn Yalil ibn ‘Abd Kalal la cuestión del Islam pero no la aceptó, y me fui inconsciente con mucha tristeza y no reaccioné sino en Qarn Al Za‘alib. Allí levanté la cabeza, y encontré una nube que me protegía del sol, y cuando miré en ella, me encontré con Yibril, que me llamó y dijo: "Allah Escuchó las palabras de tu gente y su ignorancia al responderte, y por eso te Envió al ángel de los montes para ordenarle castigarles como quieras", acto seguido me llamó el ángel de las montañas y me saludó, luego dijo: "¡Muhammad! Si quieres puedo hacer caer las montañas e Al Ajshabain sobre ellos", pero el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: "no, espero que Al-lah Saque de sus hijos quien adore únicamente a Al-lah"
El daño llegó a su tope cuando el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, fue exilado y cercado en Sha‘b Abi Talib, donde le ocurrieron otras desgracias, ya que perdió a su esposa Jadiyah, Que Al-lah Esté complacido con ella, que era su mejor compañía y el mejor apoyo para él después de Al-lah, El Glorificado.
Luego le sorprendió la muerte de su tío que le protegía y luchaba con él, y lo que duplicó su tristeza fue que murió siendo incrédulo. Luego salió de su país emigrando después de sobrevivir a muchos intentos de asesinato, y en la Medina empezó una nueva era de paciencia y sacrificio, una vida que tenía mucho esfuerzo y mucho trabajo hasta tal punto de pasar hambre y ser pobre, ya que llegó a atarse una piedra sobre su vientre para no sentir hambre, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: "A mí me amedrentaron por Al-lah en un tiempo en que nadie lo era, me hicieron daño por Al-lah cuando nadie era dañado por Al-lah y pasábamos, yo y Bilal, entre treinta días y noches sin tener algo para decente comer, excepto algún bocado de alimento que Bilal podría esconder debajo de su sobaco".
Badr, ’Uhud, Al ’Ahzab, Tabuk, Hunain y otras de sus batallas y sus combates, que llegan a los cien, no eran más que paginas luminosas de su paciencia y de su Yihad, y no salía de una batalla hasta que entraba en otra, hasta que su noble cara se quedó pálida, y sus dientes delanteros se rompieron y fue atingido en su honor, y fue perjudicado por los hipócritas y los ignorantes de entre los beduinos. También ‘Abd Al-lah ibn Mas‘ud, Que Al-lah Esté complacido con él, confirmó en un Hadiz narrado por Al Bujari, lo siguiente: …que una vez, cuando el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, distribuyó algunos bienes, un hombre de Al ’Ansar dijo que Muhamad no lo hizo por la causa de Al-lah, entonces Ibn Mas‘ud, Que Al-lah Esté complacido con él, dijo: "me dirigí al mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y le informé, él se enfadó y dijo: "Al-lah Tenga Misericordia de Musa (Moisés), ya que fue dañado mucho más que esto y tuvo paciencia "
Entre las situaciones en las cuales el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, tuvo paciencia, fue en los días de la muerte de sus hijos y de sus hijas, ya que tuvo siete hijos, que se murieron uno tras el otro hasta que sólo sobrevivió Fátima, Que Al-lah Esté complacido con ella, y nunca fue mostró debilidad, sino que tuvo una buena paciencia. En el día de la muerte de su hijo ’Ibrahim dijo: "los ojos lloran y el corazón se entristece y no decimos sino lo que complace a Al-lah; sin embargo, estamos tristes, ’Ibrahim, por separarnos de tí".
La paciencia del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, no se limitó a soportar las aflicciones, sino que incluía laperseverancia en obediencia de Al-lah, El Exaltado, ya que Al-lah le Ordenó lo siguiente, Al-lah, El Glorificado, Dice (lo que en español se interpreta así): {Así pues, ten paciencia, como la tuvieron los mensajeros dotados de resolución} [Corán: 46:35], y Dice (que significa): {Ordena a tu gente el salat y persevera en él} [Corán: 20:132].
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, adoraba a Al-lah mucho hasta tal punto que sus pies le dolían por la oración nocturna, y aumentaba el ayuno, Adh-Dhikr y otras de las adoraciones; y su lema por el cual hacía esto era "¿Acaso no debo ser un siervo agradecido?"
Su Sirah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, era una escuela para los pacientes, que sacan de ella la belleza de la paciencia, la firmeza y el sabor delicioso de la aflicción por la causa de Al-lah, El Exaltado.