Lo que dice el Corán sobre el fenómeno de la desviación sexual
16/04/2009| IslamWeb
La reunión que se llevó a cabo en Washington en defensa de la desviación sexual, expuso un argumento entre la gente con respecto a la naturaleza de este fenómeno y su significancia. Por lo tanto, consideramos conveniente presentar al lector musulmán las respuestas que da el Corán a algunas de estas preguntas e incertidumbres, y a las demandas que los expositores manifestaron con respecto a este fenómeno.
1. Los autores de este descaro dicen que lo que ellos están buscando es algo nuevo, algo que no era conocido en las diferentes sociedades del pasado porque era desaprobado. Ellos afirman que tal desaprobación no es buena para las sociedades (como las occidentales) que han logrado grandes progresos en cuanto a la libertad democrática y la protección de los derechos humanos. Pero nosotros sabemos, por el Libro de nuestro Señor, que esto no es nada nuevo como ellos afirman; todo lo que ellos están buscando actualmente, fue buscado y practicado por la gente del pueblo de Lut (Lot), como lo demostraremos. El Corán nos enseña que las semejanzas de las condiciones personales, resultan en semejanzas de las palabras y los hechos; las naciones se asemejan unas a otras a pesar de las diferencias temporales.
Al-lah, el Todopoderoso, Dice (lo que se interpreta en español): {…Así dijeron quienes les precedieron; sus corazones se asemejan…} [Corán 2:118]
2. Ellos sostienen que sus inclinaciones desviadas son innatas, que están en sus genes y su naturaleza; que así como algunas personas nacieron con inclinación hacia el otro sexo, ellos nacieron con la inclinación hacia su propio sexo. Pero el Corán niega esto cuando nos dice que la gente de Lut fueron los primeros que empezaron este descaro.
Al-lah, el Todopoderoso, Dice (lo que significa en español): {Y también enviamos a Lut [a Sodoma], quien dijo a su pueblo: ¿Cometéis una inmoralidad de la que no hay precedentes en la humanidad? Satisfacéis vuestros deseos con los hombres en vez de las mujeres; en verdad sois unos desvergonzados.} [Corán 7:80-81]
Si su argumento de que se trata de algo “natural” fuese correcto, algunas de las primeras personas habrían nacido con estas inclinaciones, aunque sea unos cuantos. Si esto fuese algo natural, ¿por qué Al-lah condenaría su práctica? Incluso, si esto se basara en algo natural, aun así no podrían reclamar que practicarlo abiertamente es una situación natural. Porque la inclinación heterosexual es algo natural; pero el practicar abiertamente el acto sexual, incluso entre esposos, no es algo natural.
3. Así como estas personas de conducta desviada hoy en día quieren salir de su escondite y mostrarse abiertamente, la gente de Lut lo hizo en el pasado. Al-lah, el Todopoderoso, Dice (lo que se interpreta en español): {¿Os acercáis a los hombres con deseo, les asaltáis en los caminos y cometéis actos reprobables en vuestras reuniones? Y la respuesta de su pueblo fue: Envíanos el castigo de Al-lah, si es que decís la verdad.} [Corán 29:29]
Lo que estas personas están buscando es no ser obligados por la sociedad a esconderse, a pesar de que están evidentemente apartados del camino recto. Igualmente, ellos quieren tener los derechos que tienen otras personas en la sociedad, como el derecho a casarse, respeto y oportunidad de empleo en todos los sectores estatales, ya sea militar, político, educativo o diplomático.
¿Por qué -dicen ellos- se meten en lo que hago dentro de mi habitación? ¿Cuál es la diferencia si una persona lo hace con alguien de su mismo sexo, ya sea hombre o mujer, o con alguien de otro sexo? Esto es simplemente algo hereditario…Sin embargo, el hecho es que ellos no están intentando simplemente hacer lo que hacen en privado, en sus dormitorios; porque, si lo hacen en privado, no necesitan ningún permiso de las sociedades occidentales contemporáneas, pues esto no se considera un crimen si hay consentimiento de ambas partes. Lo que ellos realmente pretenden ahora, es el derecho de proclamar abiertamente que ellos son de ese tipo de personas, y que la sociedad no se oponga a su conducta pública, la cual manifiesta que ellos tienen esta desviación, así como no se opone a la conducta que demuestra que uno es “normal”.
Digo “normal”, entre comillas, porque la publicación de algunos actos sexuales, incluso entre hombres y mujeres, incluso entre esposos, no es costumbre de la gente recta, aunque en las sociedades occidentales se haya convertido en una costumbre.
La práctica abierta de los vicios es peor que esconderlos, porque ofenden a la gente de buenos principios, y los débiles entre ellos pueden ser tentados a cometer estas mismas desviaciones.
4. Pero la situación de la gente de Lut, como nuestro Señor ha narrado la historia, demuestra que incluso esta publicación abierta no es el final del camino; esta es sólo la primera etapa, si no existe nadie que lo impida, que sigue a la etapa de la supremacía.
Cuando los inmorales predominan en la sociedad, la gente virtuosa se siente presionada porque tienen que compartir su lugar de residencia en el mismo pueblo. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Pero la respuesta de su pueblo fue: Expulsadles de la ciudad pues ellos pretenden purificarse [negándose a hacer lo mismo que nosotros].} [Corán 7:82]
5. Ellos van aún más allá: se ayudan unos a otros para obligar a la gente virtuosa a cometer esas inmoralidades con ellos, si pueden hacerlo. Por eso, Lut, el Mensajero de Al-lah, la paz sea con él, estaba preocupado cuando los ángeles, en forma de hombres apuestos, fueron a él. Él sabía lo que pasaría con ellos estando con esa gente, pues pensaban que los visitantes eran realmente hombres. Y, tal cual Lut temía, la gente llegó rápidamente, jadeando. Lut, la paz sea con él, les propuso casar a sus hijas con ellos (lo que puede significar que se refería a sus propias hijas de sangre, o a las hijas de entre su gente); pero ellos no se contuvieron y humillaron a Lut y a sus invitados.
Al-lah, el Todopoderoso Dice (lo que se interpreta en español): {Y cuando nuestros emisarios se presentaron ante Lut, éste [pensando que eran viajeros] se preocupó [por lo que su pueblo pudiere proponerles] y se apenó, y exclamó: ¡Éste es un día terrible! Y los hombres de su pueblo, que cometían obscenidades, se presentaron presurosamente ante él, y éste les dijo: ¡Oh, pueblo mío! Casaos con las mujeres, pues ello es lo lícito para vosotros, temed a Al-lah y no me avergoncéis ante mis huéspedes ¿Es que no hay entre vosotros ningún hombre recto? Respondieron: Tú sabes que no deseamos a las mujeres, y entiendes bien lo que queremos. Dijo [Lot]: ¡Cómo no tuviese poder o contase con socorredores [para impedir lo que pretendéis]!} [Corán 11:77-80]
6. Hoy en día, los perpetradores de esta desviación sexual quieren que la ley respete las relaciones entre ellos y les otorgue el estatus de matrimonio, garantizándoles todos los derechos que tienen las personas casadas. Sin embargo, se puede observar de la gente del pueblo de Lut que esta inmoralidad es de una naturaleza absolutamente licenciosa, sin ningún compromiso entre las partes, incluso sin un número limitado de copartícipes. Cuando esta conducta toma control de uno de ellos, no puede poner ningún límite a sus acciones. Cuando escucha algo que despierta sus deseos, una especie de locura se apodera de él, y se lanza ciegamente a cometer el pecado con cualquiera, ya sea que le guste o no la persona.
7. Contrario a lo que mucha gente piensa, este es un vicio ligado a la violencia y la agresión hacia otros, una agresión que va más allá de la agresión sexual. La gente del pueblo de Lut que practicaban esta inmoralidad en sus reuniones, también eran asaltadores de caminos (ladrones). Al-lah, Exaltado Sea, Dice (lo que se interpreta en español): {¿Os acercáis a los hombres con deseo, les asaltáis en los caminos y cometéis actos reprobables en vuestras reuniones?...} [Corán 29:29]
8. Otra cosa que la gente virtuosa encuentra extraña, es la alianza y cooperación entre los hombres y las mujeres de conducta desviada. Obviamente, uno esperaría que no se agradaran entre sí, ya que hay diferencias entre ellos, con cada lado inclinándose por los suyos, sin querer tener nada que ver con los otros. Sin embargo, la historia de la gente del pueblo de Lut nos recuerda que algunas de las mujeres estaban impresionadas por esta desviación entre los hombres, y les gustaba. Una de ellas era la esposa de Lut, la pecadora a quien Al-lah destruyó junto a su gente, mientras que salvó a Lut, la paz sea con él, y a otros miembros de su familia.