Construyendo un hogar feliz
15/06/2009| IslamWeb
Una vieja amiga me confesó discretamente sus intenciones de divorciarse, luego de 25 años de vida matrimonial, por sus persistentes problemas maritales que ya no puede aguantar. Su temor de Al-lah (taqwa) la hace ser más paciente y haber aguantado la relación hasta hoy; sin embargo, ella se siente infeliz e insatisfecha. ¿Por qué inicia el surat An-Nisa’, donde se dan muchas prescripciones sobre los derechos y deberes de las esposas, con un apelo a At-Taqwa? Porque la prescripción islámica para el éxito en la vida matrimonial se basa en At-Taqwa, el temor y consciencia de la presencia de Al-lah. Una consecuencia directa de este llamado es que, en vez de una lucha por derechos, tenemos una preocupación por cumplir con las responsabilidades.
En este artículo y los subsecuentes trataremos de dilucidar los problemas más comunes que enfrenta una familia musulmana y que le impiden construir un hogar feliz. Además investigaremos las posibles soluciones basándonos en el Corán y la Sunnah.
¿Qué es un hogar feliz?
¿Un hogar feliz es uno extravagante y equipado con los más caros muebles, servicios y equipos de entretenimiento? ¿Cómo buscamos la felicidad? Cuando la fe se debilita, la búsqueda de la felicidad se desvía por distintos caminos y todos en vano: {Las obras de los incrédulos son como un espejismo en el desierto, el sediento cree que es agua pero cuando llega a él no encuentra nada. Así es cómo se encontrarán con Al-lah [el Día del Juicio], Quien les dará el castigo que merezcan; y Al-lah Es rápido en ajustar cuentas.} [Corán 24:39]
El Islam es el definitivo y completo mensaje divino para la humanidad, que muestra en detalle la forma de vida que garantiza conseguir una felicidad verdadera y duradera en esta vida y la otra. Por felicidad genuina nos referimos al estado de complacencia, satisfacción y armonía con uno mismo y con los demás seres humanos.
Solo el Islam, la senda de Al-lah, garantiza la felicidad genuina y duradera. Esta felicidad consiste en la complacencia, satisfacción y armonía con uno mismo y los demás.
¡El hogar feliz es nuestra prioridad máxima!
El primer paso es que nos demos cuenta que lograr un hogar feliz es la prioridad máxima de todo hombre y mujer. Al-lah Se complace con los que mantienen felices a sus familias, padres y cónyuges, como una forma de complacer a Al-lah. La búsqueda de la felicidad es el más básico instinto y deseo de todos los seres humanos y esto no se puede lograr sino en un hogar feliz. Esto muy bien vale todo el esfuerzo, el tiempo y la energía de la gente. Y no sólo eso, sino que un hogar feliz es un apoyo para lograr el éxito en otros campos de la vida islámica o mundanal.
¿Cuáles son los desafíos?
En el mundo de hoy, que margina a la fe, la familia y el hogar enfrentan tremendas presiones y desafíos. En las sociedades que son gobernadas por sistemas seculares y constituciones con leyes hechas por hombres, la familia sufre las más serias amenazas. Ya que la consciencia humana está casi neutralizada por estos sistemas, las únicas motivaciones que controlan y guían la conducta humana son el egoísmo, el materialismo y la autocomplacencia. Las leyes y normas hechas por hombres tienen un muy limitado efecto en regular la conducta y actitudes del ser humano. En el primer instante en que los materialistas se sienten fuera del alcance de los aparatos de represión del sistema sin dudarlo siguen sus deseos e impulsos, sin importar si dañan a los demás, ya que no temen al Poder Supremo de Al-lah, Glorificado sea.
Incluso en las sociedades de mayoría musulmana, las familias luchan contra la cultura local que adopta a veces un entendimiento distorsionado del Islam o recibe una influencia de costumbres ajenas al Islam.
Muchos musulmanes sinceros se ven prisioneros entre las rígidas tradiciones orientales y el libertinaje importado de occidente. Lo que agrava su padecer es la ausencia de instituciones islámicas que ofrezcan servicios de asistencia y consejería a través de la educación o la mediación. Por tal motivo, muchas parejas musulmanas se ven obligadas a recurrir a instituciones no islámicas y acaban destruyendo sus familias por problemas triviales que se pudieron resolver desde el principio con una adecuada educación y orientación islámica.
Los problemas que nuestras familias afrontan van desde la violencia doméstica y el abuso de menores hasta problemas pequeños y persistentes que, de ser ignorados, pueden desarrollar un sentido de resentimiento e insatisfacción. Con el paso del tiempo, el efecto de estos problemas pequeños, pero frecuentes, puede ser tan devastador para las relaciones familiares como el de los problemas mayores.
En un incidente en que un adolescente fue golpeado por su padre musulmán, el muchacho fue apartado de su familia musulmana y entregado por la policía en manos de una familia cristiana. En otro caso, una discusión por un asunto trivial en una pareja musulmana derivó en un escándalo por el que los vecinos llamaron a la policía que arrestó al esposo. Más tarde la pareja se arrepintió de lo sucedido, pero la denuncia contra el esposo sigue en pie y ahora ellos deben esforzarse para demostrar la inocencia del esposo.
En otro caso, una pareja tuvo problemas por años y buscaron la ayuda de un consejero matrimonial que les cobró mucho dinero solo por escucharlos durante horas sin decir una sola palabra. Ahora han iniciado un proceso de divorcio según la ley estadounidense. Una mujer musulmana confesó secretamente sus intenciones de divorciarse luego de 25 años de matrimonio a causa de sus continuos problemas maritales que ya no soporta. Su fe le hace más paciente y mantuvo la relación hasta ahora, pero ella es infeliz.
Los casos mencionados anteriormente son unos cuantos de una pequeña muestra que pude tratar durante un breve periodo de tiempo que fui consejera familiar musulmana en un círculo pequeño. Es, pues, una muestra de las dificultades que las familias musulmanas enfrentan. Además de sufrir el problema original, debemos reconocer que a veces la intervención policial no hace sino agravar el problema. Esto no lo digo para disuadir a alguien de recurrir a la policía en casos de abuso serio, pero sí es necesario que mediten bien la decisión y que deben procurar instituciones musulmanas de asistencia antes de presentar el problema ante la ley secular. La ley secular no es sensible con nadie y la interferencia de las autoridades que no entienden nuestra cultura y religión solo aumenta nuestros problemas.
Aprendiendo del ejemplo del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam
Cuando enfrentemos problemas familiares debemos saber que nuestro mejor ejemplo de vida es el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam. Debemos poner nuestro máximo esfuerzo en estudiar su biografía, cómo trataba a su familia, cómo lo trataban sus esposas a pesar de las dificultades que les azotaron. Si tan sólo estudiamos estos temas con completa sumisión y confianza en Al-lah, con seguridad que encontraremos soluciones para nuestros problemas. Al-lah nos Enfatiza esto con las siguientes palabras (que se interpretan en español): {Di: Si verdaderamente amáis a Al-lah ¡Seguidme! Y Al-lah os Amará y os Perdonará los pecados. Al-lah es Absolvedor, Misericordioso.} [Corán 3:31] {Obedeced a Al-lah y al Mensajero para que se os tenga misericordia.} [Corán 3:132]
¿Qué podemos ganar de esta investigación en el campo de las relaciones humanas en general y de las relaciones maritales en específico?
Nuestros problemas parecen ser distintos a los que enfrentaron los musulmanes de la época del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, y sus Sahabah, pero siguen compartiendo las mismas causas básicas y pueden ser resueltos con el mismo método que tuvo éxito catorce siglos atrás. La naturaleza humana no cambia ni cambiará. La relación básica entre marido y mujer es la misma y será la misma hasta el Día del Juicio. Sin embargo, es conveniente estudiar los aportes de las ciencias sociales actuales porque podemos extraer algunas cosas que sean apropiadas según la ley y la guía islámica.