La verdad ineludible es que si queremos guiar a nuestros hijos hacia una relación más estrecha con Al-lah, Glorificado sea, tenemos que mostrarles cómo se ve, cómo suena y cómo se siente dicha relación. Si queremos facilitarles un gran amor hacia Al-lah, tenemos que hacer que nuestro amor por Él sea visible a través de nuestra propia vida diaria. Si queremos asegurar el sometimiento de nuestros niños a Al-lah, debemos representar verdaderamente dicha entrega con nuestra propia forma de pensar, sentir y comportarnos.
Suena bastante fácil establecer una vida familiar que gire en torno a la conciencia de Al-lah como guía, criterio y apoyo que impregne nuestros días y nuestras noches, y bastante fácil brindarles oportunidades a nuestros hijos para que estén con sus amigos musulmanes cuyos padres quieren lo mismo para ellos que nosotros queremos para nuestros hijos. Pero, ¿realmente lo es? ¿Y por qué es tan importante?
Considera el siguiente hadiz:
El Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “¿Quieren que les diga algo más importante en grados que la oración (Salah), el ayuno (Sawm) y la caridad (Sadaqah)?” Los Compañeros le pidieron que lo hiciera. Él dijo: “Mantener una relación mutua en la vía correcta, porque un defecto en dicha relación corta algo de raíz” . Abu Isa dijo que este hadiz es correcto (Sahih). También se relató que el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Corta algo al ras, y no me refiero a que corta el pelo, sino que corta la religión (Din)” . [Tirmidhi]
Es muy notable que guardar y proteger nuestras relaciones sea más importante en grados que la oración (Salah), el ayuno (Sawm) y la caridad (Sadaqah). Sabemos cuán importantes es la oración, el ayuno y la caridad, y este hadiz no reduce su importancia en modo alguno, sino que nos subraya cuán importantes son las relaciones interpersonales. El hecho de que un defecto en una relación acabe con nuestra propia religión (Din) indica el tremendo impacto que nuestras relaciones tienen sobre nosotros y sobre quienes están involucrados en ellas. Si consideramos cuán desgastante es una mala relación matrimonial, por ejemplo, podemos entender cómo la depresión, la desesperanza, el resentimiento y otras experiencias negativas que resultan de un matrimonio disfuncional e infeliz, pueden erosionar gradualmente nuestra práctica del Islam.
¿Acaso este hadiz no nos enseña que nuestras relaciones, incluyendo nuestras relaciones con nuestros niños, necesitan ser protegidas para proteger la experiencia propia y de nuestros hijos y la práctica del Islam? Por extensión, también puede incluir la importancia de proteger “mi relación conmigo mismo” (ya que mucha gente tiene problemas y conflictos internos que desgastan sus energías). Y aún más importante, podemos inferir de esto la importancia de velar por “mi relación con Al-lah”, ya que esta relación puede hacerse rutinaria y frustrante si no hacemos de ella una prioridad.
Si queremos asegurar el sometimiento de nuestros hijos a Al-lah, debemos representar realmente lo que significa dicho sometimiento con nuestra propia forma de pensar, sentir y actuar. Puede ser que nuestros hijos con el tiempo olviden las palabras que les decimos, incluso los consejos que les damos; sin embargo, el buen ejemplo que ellos observen de nosotros será lo que verdaderamente perdurará en sus mentes y corazones por el resto de sus vidas y lo que realmente hará la diferencia. Entonces nuestros niños nos imitarán, y amarán a Al-lah si crecieron viendo nuestro amor por Él reflejado en cada aspecto de nuestras vidas.
De la misma forma, si queremos que nuestros niños disfruten de un carácter y una personalidad que sean sanos y exitosos, debemos ser su modelo de una relación saludable y exitosa con nosotros mismos. De esa forma nuestros hijos nos imitarán y se sentirán exitosos al navegar a través de sus propias vidas. Ellos nos imitarán y amarán sus propias vidas.
Y si queremos que nuestros hijos disfruten de relaciones saludables y exitosas con los demás, tenemos que brindarles ese modelo también. De hecho, nuestra relación con nuestros niños es el modelo que ellos copiarán para tratar con los otros y con sus futuras familias, in sha Al-lah. Si tenemos éxito en nuestra relación con ellos, ellos ansiarán ser como nosotros y nos amarán, y serán capaces de relacionarse con quienes los rodean de forma asertiva y saludable, lo cual además tendrá muchos beneficios para su autoestima, su comportamiento, su forma de ver la vida y de lidiar con las situaciones de conflicto que puedan presentarse.
Que Al-lah, Glorificado sea, nos dé sabiduría para poder cumplir de la mejor manera con nuestros deberes hacia la confianza más grande y valiosa que Él ha depositado en nosotros: nuestros hijos.