Los críticos del movimiento feminista musulmán, en particular, afirman que la ideología lleva a sus seguidores a una pendiente resbaladiza que comienza con las preocupaciones por la opresión basada en el género, continúa atribuyéndole dicha opresión a la religión, y termina con el abandono de la fe debido a la percepción de que las instituciones y doctrinas religiosas son intrínsecamente patriarcales y misóginas. Gran parte de este argumento se basa en el hecho de que algunos aspectos fundamentales del proyecto feminista han sido incompatibles con la religión en general, y pueden ser irreconciliables con el Islam (por ejemplo, la atribución de todas las diferencias de género a los determinantes sociales, o el rechazo generalizado de roles de género distintos). Por lo tanto, los opositores del feminismo argumentan que algunos que abrazan esta ideología pueden dejar, o ser propensos a abandonar, las filas del Islam. En este documento describimos el problema como lo vemos, y evaluamos las formas más efectivas de avanzar, que están enraizadas en nuestra tradición.
El problema
Entonces, ¿por qué algunas feministas musulmanas abandonan el Islam? Si bien no hay una respuesta única a esta pregunta, un primer paso útil puede implicar hacer una pregunta diferente: ¿Por qué algunas mujeres musulmanas dejan los espacios musulmanes? El estudio Unmosqued de 2014, encuestó mezquitas por todo el país para evaluar los desafíos asociados con el mantenimiento de una comunidad musulmana exitosa en los Estados Unidos hoy en día. El principal hallazgo fue que las mujeres musulmanas están entre las más afectadas por estos desafíos. En ese momento, las mezquitas reportaron una asistencia femenina promedio del 18% a eventos como la oración de los viernes, en comparación con una asistencia masculina del 77%. Por supuesto, aunque esto en parte puede deberse al hecho de que la asistencia es obligatoria para los hombres y no para las mujeres, los datos sugieren que, en general, las mezquitas pueden no ser los lugares más acogedores para las mujeres. Mientras que muchas mezquitas incluyen programas para las mujeres, solo el 4% de ellas priorizan dichos programas y actividades, y solo el 3% de las mezquitas priorizan los grupos y asociaciones de mujeres. Sabemos que históricamente, y en general, la representación de las mujeres en el liderazgo de la mezquita ha sido mínima, al igual que la amplificación de la voz de las mujeres en eventos, conferencias y otras plataformas. El tema del espacio físico también es grande: muchas mezquitas no tienen espacios adecuados para las mujeres, y ellas a menudo tienen que lidiar con áreas de oración que son pequeñas, insalubres y de otro modo inaccesibles.
Fuera de estas casas de adoración, las mujeres musulmanas, como todas las mujeres, enfrentan retos en su hogar y su sociedad, incluyendo violencia doméstica y acoso sexual. En algunos casos, los perpetradores de estos abusos utilizan la religión para justificar y legitimar sus actos, un problema que ciertamente no es exclusivo del Islam.
Finalmente, las mujeres musulmanas son las más afectadas por algo que enfrentan todos los musulmanes, en especialmente aquellas que son visiblemente musulmanas: la islamofobia creciente. Un estudio del ISPU de 2017 sobre musulmanes estadounidenses encontró que las mujeres musulmanas son más propensas a sufrir crímenes de odio e islamofobia explícita en la era post Trump, y que tienen más probabilidades de reportarlo .
Lo que esto nos deja, entonces, es una comunidad en la que hay muy pocos espacios diseñados para y comprometidos con empoderar a las mujeres musulmanas para que alcancen todo su potencial y hagan contribuciones significativas. Sin duda, algunas mujeres musulmanas buscan sus propios medios para sobresalir, lograr sus objetivos, representar su fe y liderar sus comunidades a pesar de estos desafíos. Pero muchas veces recurren a otros espacios que toman sus preocupaciones (incluida la falta de apoyo, recursos y de espacio literal y figurado que ofrecen sus propias comunidades) en serio, y ponen dichas preocupaciones en el contexto de una lucha feminista más amplia contra los sistemas patriarcales. Lo que a menudo es atractivo aquí no necesariamente es la ideología en sí misma, sino su objetivo de abordar algunas de las injusticias que enfrentan las mujeres musulmanas, un objetivo que no se ve en la agenda de muchos espacios musulmanes.