El Sol, la Luna, las estrellas, las plantas y los animales están sometidas a la voluntad de Al-lah y solo ante Él se postran y Lo adoran en la forma que corresponde, dijo Al-lah: {¿Acaso no ves que se prosternan ante Al-lah quienes están en los cielos y en la Tierra, y el Sol, la Luna, las estrellas, las montañas, los árboles, los animales, y muchos de los seres humanos? Pero muchos otros [seres humanos] merecen el castigo} [Corán 22: 18]. Ibn Kazir dijo: “En esta aleya Al-lah manifiesta que Él es el Único merecedor de adoración sin que se Lo asocie con algo o alguien, y que toda la creación se rinde y se postra voluntaria o forzadamente ante Él. Mencionó textualmente el Sol, la Luna y las estrellas porque han sido adorados y tomados como dioses, así que aquí Él deja claro que estos astros están sometidos a su Creador y Lo adoran solo a Él, y que únicamente cumplen con la función por la que Al-lah los creó. También menciona que muchos seres humanos escogen voluntariamente postrarse ante Al-lah, mientras que muchos otros deciden por orgullo y arrogancia no hacerlo”. Asimismo, dijo Al-lah: {¿Acaso no observan que todo cuanto Al-lah ha creado proyecta su sombra a su derecha y a su izquierda prosternándose ante Al-lah, mostrando su humildad? Ante Al-lah se prosternan los ángeles y toda criatura existente en los cielos y en la Tierra, y no se comportan con soberbia} [Corán 16:48, 49]. Ibn Kazir comentó: “Al-lah manifiesta Su grandeza y poderío por el cual todo lo que existe se somete ante Él”. Al Hafidh Ibn Rayab dijo: “El suyud (la postración) es la manera más importante que existe para demostrar humildad y sometimiento ante Al-lah”.
El suyud es una de las formas de adoración más nobles que hay, pero debe ser dirigido únicamente a Al-lah, sin asociarle algo o alguien, en el caso que alguien se postre ante otro que no sea Al-lah, dicho acto se considera como shirk (idolatría), dijo Al-lah: {¡Prostérnense ante Dios y adórenlo solo a Él!} [Corán 53:62]. Dijo As-Sa’di: “Primeramente ordena el suyud de forma particular, para señalar su gran virtud y que es uno de los pilares de la adoración, pues este acto es la esencia de la sumisión a la voluntad de Al-lah. El suyud es la máxima expresión de sumisión y la más noble, pues se hace con el corazón y con el cuerpo al mismo tiempo, ya que se pone el rostro sobre el suelo que se pisa con los pies y el calzado. Y luego se habla de la adoración de forma general, la cual comprende todo acto que agrada y complace a Al-lah, sea un acto interno o externo”. Dijo Al-lah: {Entre Sus signos están la noche y el día, el Sol y la Luna. Si realmente es a Él a Quien adoran, entonces no se prosternen ante el Sol ni ante la Luna, sino que prostérnense ante Al-lah} [Corán 41:37]. At-Tabari dijo: “No se postren ante esos astros, pues por más que beneficien a los seres humanos, no se mueven en sus órbitas y no cumplen su función por sí solos, sino que lo hacen obedeciendo la orden de Quien los Creó y los tiene sometidos a Su voluntad”.
Los hadices del Profeta de Al-lah en los que se menciona la prohibición de postrarse ante otro que no sea Al-lah son muchos, entre los que podemos mencionar:
1. ‘Abdul-lah Bin Abi Aufi, que Al-lah esté complacido con él, relató: “Cuando Mu’adh volvió de Siria, se postró ante el Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, por lo que lo recriminó diciéndole: ‘Mu’adh, ¿qué estás haciendo?’. Le respondió: ‘Estuve en siria y vi que allí la gente se postraba ante sus líderes religiosos, así que pensé que debería hacer esto contigo’. El Enviado de Al-lah le dijo: ‘¡No lo hagas!’” (Ibn Maya).
2. En la historia relatada por Anas Ibn Malik, en la que se menciona lo ocurrido con un camello que se rebeló y no quería regar su huerto, por lo que le informaron al Mensajero de Al-lah y fue a ver qué pasaba. Cuando se acercó al camello, la gente temió que este atacara al Profeta, pero lo que sucedió fue todo lo contrario, porque cuando el animal vio al Enviado de Al-lah se le acercó y se postró ante él, puso su mano sobre él y lo devolvió a sus labores. Los presentes dijeron: “Mensajero de Al-lah, esta bestia no tiene uso de razón y mira como actúa; nosotros que sí somos pensantes, tenemos más obligación de postrarnos ante ti que ese camello”. El Profeta les dijo: “No es correcto que un humano se postre ante otro ser como él” (Ahmad).