Las alabanzas a Al-lah, el Señor de todos los mundos. Atestiguo que no hay otro dios sino Al-lah, y que Muhammad, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, es Su siervo y Mensajero.
En principio, la voz de la mujer no forma parte de aquello que se debe cubrir, y por lo tanto, no está prohibido escuchar la voz de la mujer, siempre y cuando la mujer no suavice el tono de su voz. Si lo hace, entonces está prohibido escuchar la voz de la mujer porque Al-lah, Enaltecido sea, ha dicho lo que significa: {Así pues no seáis suaves al hablar de manera que aquel en cuyo corazón hay una enfermedad pueda sentir deseo; hablad con palabras adecuadas.} [Corán, 33:32].
Sin duda, está prohibido que la mujeres entonen y suavicen su voz al cantar las odas islámicas si seguimos el sentido de la aleya. Pues cantar de esta manera puede causar más tentación y provocación que el simple hecho de hablar suavemente.
Es por ello que no está permitido que la mujer cante delante de hombres que no son su familia (Maharim, plural de Mahram), como tampoco está permitido que los hombre la escuchen, especialmente en este tiempo, en que los corazones se enferman a causa de las pulsiones y tentaciones humanas. Que los hombres teman a Al-lah, Enaltecido y Glorificado sea, y que no permitan la participación de las muejres en la grabación de las canciones.
Asimismo, se debe evitar la participación de niñas en las odas, inclusive si esto está permitido en principio, porque en estos tiempos la corrupción esta muy extendida, y la religiosidad y la consciencia de Al-lah han disminuido. Por eso, la sabiduría supone prohibir la participación de las niiñas a fin de evitar la maldad que resulta de ello.
Para terminar, nos gustaría mencionar que el Islam no tiene como objetivo la proliferación de tantas odas y canciones islámicas como se ve hoy en día.