¡Alabado sea Al-lah!, Señor de los mundos. Testifico que nadie merece ser alabado excepto Al-lah, y que Muhammad, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, es Su siervo y mensajero.
La licitud de trabajar en una aduana depende de la licitud de la aduana misma, y si recauda el dinero directamente de la gente o si trabaja en su departamento médico o cualquier otro, independientemente de si el país aplica la sharia o no. El criterio es la razón de la imposición de las aduanas. Si el gobierno las impone a cambio de la prestación de servicios para el bien del contribuyente o las invierte en asuntos públicos lícitos sobre la base de que los fondos disponibles no son suficientes para satisfacer esas necesidades, entonces está permitido trabajar para la aduana y no aplica la norma de la recaudación de peajes. También está permitido trabajar en cualquiera de sus departamentos y el ingreso es lícito. Ahora, si se tiene certeza de que los dineros recaudados son fraudulentos o son destinados por orden del gobierno en algo ilícito, pues entonces no es permitido trabajar allí. Si la persona no sabe si la procedencia o el destino de los bienes de la empresa en la que trabaja es lícita o ilícita, y le es imposible averiguarlo, debe hacer lo que el Mensajero de Al lah, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Aquello que es lícito es evidente, y lo que es ilícito es evidente, y entre ambos hay cosas dudosas que mucha gente no conoce. Así que quien se protege a sí mismo de las cosas dudosas, mantiene su religión y su honor sin mancha, y quien se entrega a las cosas dudosas, de hecho, se ha entregado a las cosas ilícitas" [Bujari y Muslim].
Y Al-lah sabe más.