Las alabanzas sean para Al-lah, Señor y Creador del universo, y que Su paz y Sus bendiciones sean con el Profeta Muhammad, con todos sus familiares y todos sus discípulos.
No hay duda de que el grado de conocimiento varía de una persona a otra y la capacidad para preparar el tema que quiera exponer.
El Imam debe tener en cuenta, a la hora de preparar el sermón, las necesidades de las personas a quienes se va a dirigir, su realidad y situación; además, debe sustentar sus palabras en los textos del Corán y la Sunnah, mencionando constantemente versos de la Palabra de Al-lah y enseñanzas de Su Profeta, además de basarse en los libros y fuentes de investigación confiables y reconocidos por la comunidad de sabios.
El Jatib (orador) no debe tomarse su labor como un simple trabajo y un deber con el que debe cumplir como sea para salir del paso. Todo lo contrario, su labor es muy noble, tanto así, que se le considera como el suplente de los Profetas y Mensajeros. Por lo tanto, debe tomar su labor con responsabilidad, dedicación y ser sincero en su propósito de querer beneficiar a quienes lo escuchan, para que de esta manera su mensaje cumpla su objetivo.
En cuanto a lo que es obligatorio para la validez del sermón, pues tenemos que con el simple hecho de alabar a Al-lah, pedirle bendiciones y paz por Su Profeta, hacer una pequeña reflexión y leer un verso coránico, es suficiente según lo expresado por la mayoría de los eruditos. Obviamente, un Jatib que quiera beneficiar a su audiencia se preocupará por preparar un tema que ayude a que la gente se mantenga firme en la fe, para guiarla y sacarla de la oscuridad a la luz.
Para mayor beneficio te recomendamos leer la fatwas 341323 y 115949.
Y Al-lah sabe más.