La belleza de una mujer es un precioso regalo de Dios que rara vez es estudiado seriamente. Como cualquier regalo, se puede abusar de él, descuidarlo o usarlo con un propósito diferente del que ha sido designado. Hoy en día, vemos muy a menudo mujeres alardeando de su regalo en las portadas de las revistas, en la televisión, en el mercado, etc. Es una inclinación natural en las mujeres el embellecerse (y demostrarlo), pero existen límites establecidos por Al-lah que regulan estos instintos naturales. El Hiyab, por supuesto, es el ejemplo más obvio de los límites de Al-lah. La modestia debe ser la virtud que acompañe este asunto.
Pero existe otro lado de la historia, por debajo de la abaia o yilbab. La pregunta que debemos hacerlos a nosotros mismos es: “Si una mujer musulmana está obligada a esconder su belleza cuando salga fuera de su casa, ¿cuál es entonces el verdadero propósito de ese regalo?” Una pregunta aparentemente simple con una respuesta comparable, pero algo que a menudo es olvidado y descuidado. Este es un asunto que está emergiendo en los matrimonios con mucha frecuencia y puede tener serias implicaciones. Sería sabio prestar más atención a este fenómeno junto con sus posibles soluciones.
El problema
La cantidad de fitna (pruebas, tentaciones) que constantemente rodean a una persona, es la principal causa de los problemas relacionados con este tema. Es una maravilla que un hombre pueda realizar cualquier trabajo con las distracciones que tiene que enfrentar a diario. Así como es algo natural que las mujeres deseen embellecerse, también es natural que los hombres reaccionen ante esa belleza. Todo esto está biológicamente programado para propósitos obvios. La prueba para los hombres es asegurarse de que su comportamiento en este mundo está restringido a los límites establecidos por Al-lah; de ahí la institución del matrimonio y varios otros lineamientos.
Algunos de los problemas maritales sobrevienen cuando los esposos comienzan a comparar a sus esposas con las mujeres que ven en sus trabajos, en la calle, en la televisión, etc. Ellos comienzan a notar que sus esposas no son tan atractivas y hermosas como esas otras mujeres, e incluso pueden perder interés en sus esposas totalmente. Esto puede convertirse en un gran problema e incluso puede llevar a la familia a romperse. Esto es, en realidad, parte del complot de Satanás para destruir los matrimonios a través del destape y la tentación de las mujeres.
Pero existe además otra cara del asunto. Muchas mujeres (y hombres también) gastan una gran cantidad de tiempo y esfuerzo para lucir lo mejor posible para sus futuros esposos durante el proceso del compromiso y el matrimonio. Una vez casadas, sin embargo, pronto se olvidan de la importancia de este factor y pueden descuidar los deseos de sus esposos de verlas atractivas. Algunas mujeres no cuidan sus cuerpos (nada de ejercicios ni dietas) y puede que ni se molesten por vestirse bien excepto cuando van a visitar a sus amigas o van a asistir a reuniones de confraternización. Las mujeres parecen olvidar la verdadera función de su belleza: el placer y la alegría de sus esposos.
Algunas soluciones
Para los hombres: es imperativo que sigan lo mandamientos de Al-lah de bajar sus miradas. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Diles a los creyentes [¡Oh, Muhammad!] que recaten sus miradas y se abstengan de cometer obscenidades [fornicación y adulterio], pues esto es más puro para ellos. Ciertamente Al-lah está bien informado de lo que hacen.} [Corán 24:30] Este mandato viene en realidad antes de las instrucciones de cubrirse para las mujeres. Queda claro en el verso que el propósito de este mandato es asegurar la pureza del individuo (así como de la familia y la sociedad). Esta puede ser una regla difícil de seguir, pero es muy importante en relación con este tema. Los hombres necesitan comprender que lo que ven a su alrededor es un atrampa de Satanás para llevarlos al camino de la decepción y el pecado. Gran parte de lo que está allí es belleza artificial, con maquillaje, perfume y estilos de ropa que presentan un cuadro atractivo.
Los esposos deben concentrarse en sus esposas y recalcar la naturaleza especial del lazo marital. El estímulo, el consejo y los elogios se deben dar de manera sensible. Los esposos también deben ser pacientes cuando sus esposas pasan por el embarazo y el alumbramiento. Estos eventos conllevan cambios físicos y emocionales para las mujeres que son temporales. La crianza de los hijos y las responsabilidades del hogar pueden hacer que la mujer descuide su belleza y el lado más romántico de las cosas. Podría ser una buena idea programar ciertas actividades dentro de la semana, como algún tiempo para hacer ejercicios o para visitar un salón de belleza, y también se puede planear una cena romántica o salir a caminar.
Es muy importante que las mujeres luzcan lo mejor posible para sus esposos; de hecho, este es un derecho del esposo, para que así ellos disfruten de sus esposas y satisfagan sus deseos naturales de la forma permitida. Cuidar de sí misma mediante el ejercicio y una dieta saludable es muy importante. Es aconsejable vestir bien de vez en cuando, y usar maquillaje, perfume y ropa les gusta mucho a los hombres. Toda mujer tiene una belleza especial y el esposo estaba atraído hacia ella cuando tomó la decisión de casarse. Solo necesita realzarse y prestarle atención. Se puede dar la excusa de que no hay tiempo, pero se debe apartar un tiempo a este tema importante y a menudo descuidado. Hacer esto definitivamente tendrá una influencia positiva sobre el matrimonio.