Una quinta parte de la población mundial es musulmana, y la mayoría de los musulmanes viven en áreas donde la prevalencia del consumo de cigarrillos es alta y se incrementa día a día. De acuerdo con las estadísticas, se estima que de 5 millones de personas que mueren anualmente debido a causas relacionadas con el consumo del cigarro, 1 millón son musulmanes. Gracias a la influencia de los medios de comunicación y la publicidad, que erróneamente muestra que fumar es parte de un estilo de vida glamoroso, muchos musulmanes, tanto hombres como mujeres, son incentivados a adquirir este mal hábito.
En respuesta a la tendencia cada vez mayor, las autoridades de salud y religiosas alrededor del mundo han puesto en marcha métodos para luchar en contra del consumo del cigarrillo, para disuadir a las personas e informarlos sobre los efectos dañinos que ocasiona. Además de la advertencia obligatoria de salud, se ha propuesto que los paquetes de cigarros también muestren imágenes gráficas de las enfermedades que pueden contraer los fumadores.
En otra iniciativa oficial, muchas ciudades y lugares públicos alrededor del mundo han designado aéreas para “no fumadores”. Recientemente, las ciudades sagradas de Meca y Medina se han declarado zonas de no fumadores y fumar e incluso vender cigarrillos se ha convertido en una ofensa sancionable en dichas ciudades.
De la misma manera, las mezquitas y los líderes religiosos alrededor del mundo se han propuesto educar a las personas a cerca de los efectos dañinos del consumo del cigarrillo, que es considerado un acto prohibido en el Islam. Dice el Corán (lo que se interpreta en español):
· {…no os autodestruyáis…} [Corán 2:195]
· {…No os matéis unos a otros…} [Corán 4:29]
Cada Ramadán muchas campañas se ponen en marcha en las comunidades musulmanas en Occidente y en el Medio Oriente, para resaltar el problema y sus consecuencias. Los mensajes en contra del consumo del cigarrillo son el tema central de muchos discursos religiosos y sermones de los viernes. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, que ha estado estudiando las tendencias y patrones estadísticos del consumo de cigarros alrededor del mundo, el índice de consumo no muestra ninguna reducción. La mayoría de los fumadores comienzan temprano, antes de los 25 años de edad y la mayoría de los fumadores de los países del primer mundo comienzan en su adolescencia, con una disminución en la edad de inicio observada por todo el mundo.
Mientras que todas estas iniciativas que provienen de fuentes externas pueden no producir un efecto inmediato en las personas, existe algo más cercano que a menudo es pasado por alto por las campañas en contra del cigarrillo, que puede tener una influencia positiva en un fumador. Una mujer musulmana puede hacer mucho con sus capacidades como esposa, madre, hermana o hija, para desalentar el consumo del cigarrillo entre sus seres queridos o ayudarlos a deshacerse de ese hábito.