Vemos a un hombre cuya mirada persigue a las mujeres y coquetea con ellas, con todas, menos con su mujer; y, por otro lado, a una esposa que acepta con resignación su destino, se dedica a la educación de sus hijos y se esfuerza por mantener la estabilidad de su familia. También, encontramos a aquella esposa que traicionó a su hogar, abandonando a su marido e hijos por correr tras el sentimiento que afloró en ella por otro hombre, en un guión en el que su historia inicia mostrándola como una víctima de la injusticia social y la de su esposo, haciéndola merecedora del afecto de su público; o aquel marido desdichado e inconforme con su matrimonio, a la espera de una persona que le ofrezca cariño, le preste atención y le compense por su frustración matrimonial.
Los anuncios, videos, salas de chat, mensajes SMS y todo tipo de medios modernos, invaden los hogares seguros con sus atractivos e insinuaciones, y quebrantan la vida familiar y su estabilidad, amenazando el futuro de nuestros hogares. ¿Qué tanto representan los medios de comunicación la realidad de nuestras sociedades y la vida de familia? ¿Cómo encaminan y generalizan lo negativo que tienen? ¿Cómo podemos dejar de lado lo negativo de los medios modernos y utilizarlos para la protección del seno familiar y no para su destrucción? Estos son los interrogantes a los que queremos darles respuestas.
La doctora Laila ‘Abd Al Mayid, encargada de la facultad de comunicación de la universidad del Cairo, ve que algunas de las cosas que presentan los medios de comunicación pretenden el sometimiento a ciertos modelos de vida, comportamientos y al rol exagerado de la mujer. Por esto, vemos que las novelas, por ejemplo, toman algunos aspectos de la cotidianidad y los hacen ver como que son la total realidad que se vive; y este es uno de los grandes errores cometidos por estos medios, porque ese tipo de programas tiene una gran audiencia, y los espectadores tienden a aceptar y tomar con facilidad lo que se les presenta, aplicando lo que han visto en situaciones similares, imitando lo expuesto en la novela. Por lo anterior, los medios de comunicación deben ser responsables y equilibrados frente a lo que quieren presentar a su público; para esto es necesario que consulten con los expertos a fin de discutir maduramente lo que van a mostrar.
Debemos aclarar que nuestra posición respecto a los medios de comunicación es que estos no son buenos o malos por sí mismos, esto lo decide el objetivo que tienen y la forma en cómo son utilizados. Por ejemplo, el internet y el teléfono son medios que tienen muchas cosas positivas cuando se utilizan de manera adecuada; lastimosamente, vemos que algunos usan estos medios inadecuadamente para saciar sus caprichos e impulsos. Algunos emplean el chat para conocer a otras personas, con la excusa de que se están abriendo a la comunicación; sin embargo, el uso de este medio puede salirse de su control y llevarlos a perderse y abandonar a sus familias, pues no comparte su tiempo con sus miembros.
Vacio en la educación
Así mismo, hay un gran vacío en la educación que se refleja en su misma esencia, pues no se les enseña a los niños la manera en que deben tratar con estos medios, para que sepan escoger con conciencia qué ver, qué escuchar, qué atender y qué no. Por ello, la doctora Laila responsabiliza a los medios de comunicación directamente de la labor que deben desempeñar en cuanto a la prevención del público sobre los peligros de sus contenidos, cuyo objetivo es destruir la familia y desestabilizar la sociedad.
Sin bases culturales coherentes
Por su parte, la profesora Fátima Az-Zahra’ Muhammad, profesora auxiliar en la facultad de comunicación de la universidad del Cairo, se centra en los puntos de referencia sobre los que se basan los medios de comunicación al presentar su contenido, y dice: “Los medios de comunicación están faltos de un punto de referencia cultural coherente con el sistema ético, moral y de valores de la sociedad a la que expone su contenido para tratar los problemas sociales. Pareciese como si lo que están presentando es sagrado porque proviene de un escritor cuyo trabajo ha sido santificado, sin tener en cuenta el valor de su labor y su relación con la realidad y valores del público al que se dirige”.
La profesora Fátima afirma también que las obras literarias que son representadas en novelas y dramas, se están convirtiendo en herramientas de cambio social; pero, lastimosamente, están influenciando irracionalmente a los hombres y mujeres que las siguen. Es así que, de ser simples posiciones personales de un escritor determinado, pasan a ser un referente en la vida de las personas, la cuales adoptan las posiciones absurdas que vieron en esa novela, en los sucesos por los cuales, eventualmente, están pasando y que son parecidos a los que presenciaron en aquella representación ficticia de la realidad. Por eso, tenemos que cuando una mujer descubre que su marido la está engañando, hay muchas posibilidades de que adopte la posición de la protagonista de la novela cuando ella descubrió esa traición.
Pero el asunto es aún más grave de lo que se piensa, pues la fantasía de las novelas, películas y dramas, se convierte en el punto de referencia de la forma en la que se actúa frente a distintas situaciones; esto sucede especialmente con los jóvenes y adolescentes, quienes buscan imitar a las estrellas del espectáculo en su proceder diario, modelos que incitan y llaman al Haram, a desligarse de la religión y a la conducta inadecuada.
En cuanto al uso de los medios modernos de comunicación para facilitar la infidelidad, la profesora Fátima afirma: “Cuando el hombre y la mujer no son conscientes del papel que le corresponde a cada uno, y si sumamos la falta de un sistema de valores en pro de salvaguardar la estabilidad familiar, nos encontramos con un esposo y una esposa incapaces de afrontar cualquier agente extraño que busque destruir su matrimonio. La tecnología en sí misma es un medio que debe mejorar nuestra vida, no una causa de destrucción o daño. Pero cuando hay egoísmo de cualquiera de los cónyuges o ambos y cada uno busca alcanzar sus objetivos, aspiraciones y deseos personales aunque esto signifique sacrificar la vida familiar, pareciera ser que, en vez de haberse comprometido a formar una familia y a luchar por su estabilidad, lo que hicieron fue un pacto de destrucción mutuo.
De lo anterior, nos queda más que claro que el problema no está en los medios de comunicación y la tecnología en sí, sino en quien la utiliza para lo que no fue hecha. Algunas esposas utilizan el internet o el sistema de mensajería SMS para mantener comunicación con sus esposos en caso de que se encuentren en el exterior, y para consultarles y contarles lo que está sucediendo en sus hogares. Pero, también encontramos a aquellos que lo utilizan para generar odio y rencor entre las persona, destruir las bases de la familia y desunir a las parejas; esto porque utiliza estos medios basado en su corto entendimiento, mismo que le conduce a usarlos para dañar y perjudicar a los demás.
Todavía nos podemos salvar
Sostiene la profesora Fátima que, si bien es cierto que ya no podemos dar marcha atrás y librarnos de lo que nos rodea, nuestra salvación está en las futuras generaciones, siempre y cuando eduquemos a nuestros hijos bajo los principios islámicos, siguiendo el ejemplo del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, quien usaba el deporte como un medio de canalizar las potencialidades y capacidades de los niños por el camino correcto; además del seguimiento del proceso educativo de los hijos de una manera en la que sus capacidades y actitudes se desarrollen y les hagamos sentir que son importantes para nosotros y que nos preocupamos por ellos. También, es importante que nuestro esfuerzo se centre, moderadamente, en que sean siempre mejores y cumplan con sus deberes de la manera adecuada. Y no debemos olvidar la memorización y estudio del Corán, al igual que el compartir momentos en familia de juego y diversión, pues estos espacios les permiten a los padres identificar cualquier pensamiento erróneo que tengan sus hijos y corregirlo por medio del diálogo familiar.
La doctora Rawiah Bin Ahmad Adh-Dhah-har, profesora de Fiqh en la universidad Taibah de Medina, centra sus estudios en el peligro que representa la publicidad y los videoclips inmorales, el cual amenaza directamente las bases morales establecidas en los jóvenes, hombres y mujeres, y promueve una imagen inaceptable de las relaciones entre las personas. En algunos comerciales vemos mujeres que muestran sus encantos, pasando por el frente de hombres que la persiguen con su mirada, o en los que se muestran hombres de muy buena apariencia y elegancia. Todo esto puede generan en el hombre y la mujer un descontento hacia su pareja, al ver la belleza de los modelos de las propagandas y compararla con la de sus cónyuges, lo que abre la puerta a la crítica y hasta a la infidelidad en algunos casos.
La Organización Internacional para dos Asuntos de la Mujer realizó un estudio sobre el efecto que tienen los videoclips musicales en la pareja, los resultados arrojaron que esos videos en los que se muestran a los cantantes, hombres y mujeres, con todo ese glamour y sexapil, son la causa de graves problemas en el seno matrimonial, que pueden llevar al adulterio y por último a la disolución del matrimonio. Esto debido a que, ya sea el esposo o la esposa, quieren que su pareja haga y actúe de la manera como vio al artista X haciéndolo.
Por tal razón, es imprescindible que rechacemos este tipo de agentes negativos que invaden nuestros hogares; pero no solo con palabras, sino con acciones concretas que prevengan a la sociedad del daño que causan. Por ello, no se debe permitir la exposición al público de clips, propagandas y anuncios del tipo al que nos referimos. Además, los medios de comunicación deben exponer con claridad cuáles son los valores, virtudes y conductas del Islam respecto al mundo, a la modernidad, la mujer y la familia.