La Solución
Aquí podríamos escribir y escribir sobre las razones que llevan a que una jovencita tome esta drástica decisión, la lista sería enorme, pero ese no es el objetivo en este momento; lo que deseamos es hacer una llamado a los padres para que abran sus ojos y miren al interior de sus hogares, pues muchas de las causas están allí mismo. Deben ser concientes de que la vida y la sociedad han cambiado, de que los muchachos de hoy en día no son como los del pasado o como ellos cuando eran de su misma edad; de que los problemas que en la actualidad tenemos son muy diferentes a los que habían antes, y que la educación de los hijos en nuestra época es muy diferente a la de antaño y es más exigente. El que existan razones que empujen a las niñas a huir de sus casas no quiere decir que esté bien o que no sea una dura prueba que trae sus consecuencias que dejan marcada a la familia por años. Por ello, es necesario que aceptemos que esto es un problema familiar y que, por ende, la solución se encuentra en la familia misma; así que, si queremos acabar con este problema de raíz, o por lo menos disminuirlo, debemos atender a lo siguiente:
1. Cada familia debe aprender, entender y asumir que las hijas son una gran bendición Otorgada por Al-lah, y tener en cuenta lo que nos Dice: (lo que se interpreta en español): {A Al-lah Pertenece el reino de los cielos y de la Tierra; Él Crea lo que Le Place, Agracia a quien Quiere con hijas, y a quien Quiere con hijos. O les Concede hijos varones y mujeres, o les Hace estériles; en verdad, Él Es Omnisciente, Omnipotente.} [Corán 42: 49]
Y que el buen trato hacia ellas, las demostraciones de amor y ternura, la educación y la guía que se les dé, son razones por las cuales los padres pueden hacerse merecedores de entrar en el Paraíso, esto nos lo enseñó el Profeta Muhammad, , quien nos dijo: “A quien de vosotros se le haya otorgado hijas y las educa adecuadamente, ellas lo protegerán del fuego del Infierno el Día del Juicio”.
2. Es fundamental que los padres traten por igual a todos sus hijos, sean mujeres, hombres, mayores o menores. No deben dar mejor trato a los varones y descuidar a las niñas, ni tampoco darle a ellos todo lo que piden mientras les niegan a las hijas algo; y mucho menos ser injustos a la hora de reprenderlos, como por ejemplo, castigar a la niña por haberle pegado a su hermano, pero no hacerlo cuando este lo hace con su hermana. El trato hacia las hijas de la forma que acabamos de mencionar es Haram (pecado, prohibido), pues la injusticia es algo que prohíbe el Islam en todas sus formas y expresiones; el Mensajero de Al-lah, sallal-lah 'alaihi wa sallam, dijo: “Temed a Al-lah y sed justos con vuestros hijos”. El Islam ha establecido que las mujeres son iguales a los hombres en la creación, los derechos y las obligaciones.
3. La familia debe cumplir con el derecho que tiene la mujer de escoger libremente cuándo y con quién casarse, al igual que el de rechazar a quien a ella no le guste, por más que a su familia le agrade. Este es un principio fundamental establecido por el Islam, dijo el Profeta Muhammad, sallallah 'alaihi wa sallam: “No casen a las mujeres sin consultar antes con ellas”; además, existen varias narraciones en las que se menciona que algunas de las Sahabah (discípulas) del Profeta, sallal-lah 'alaihi wa sallam, que se quejaron ante él porque sus padres las habían obligado a casarse y no les habían consultado al respecto; entonces él, sallallah 'alaihi wa sallam, les dio la libertad de escoger si divorciarse o continuar casadas.
Esto es lo que Ha Decretado Al-lah y Su Profeta, así que, quien tenga bajo su responsabilidad a una mujer -sea su hija, hermana o sobrina-, no puede forzarla para que se case con quien ella no desea, y mucho menos debe aprovecharse de su timidez o debilidad de carácter para obligarla a hacer lo que él quiere; ¿acaso él aceptaría que le impusieran una mujer para que se casara con ella?, claro que no.
4. La familia debe preocuparse por fortalecer el conocimiento y la práctica de la religión, pues esta es la única forma de asegurar que los problemas que existan en el hogar sean resueltos y desaparezcan. Además, la religión y su práctica continua y acorde a lo establecido por Al-lah y Su Profeta, sallallah 'alaihi wa sallam, fortalecen el espíritu, la fe, la paciencia, y todas las características y virtudes que ayudan a los miembros a razonar adecuadamente. De esta manera, cuando alguno de ellos va a tomar una decisión, piensa primero si lo que va a hacer agrada a Al-lah, si no, se abstiene y busca una mejor opción. Dijo el Imam Al Yauzi, que Al-lah lo Perdone: “El buen juicio es el que hace que la persona piense en las consecuencias de sus acciones antes de hacer cualquier cosa; cuando este falta, solo se ve el presente y nada más. El sensato, entonces, cuando se le presenta un asunto placentero que es Haram, comprende que el disfrute es pasajero mientras que el pecado perdura, este razonamiento le facilita el negarse a la tentación y permanecer firme ante ella”.
5. La familia debe preocuparse por aprovechar todas las aptitudes y capacidades de las hijas, pues en muchos hogares encontramos que hay niñas que son capaces de hacer muchas cosas, que son responsables y muy inteligentes; sin embargo, no se les aprecia por ello y se les reprime, pensando que todavía son pequeñas o que no tienen la capacidad. Desperdigar estas habilidades y destrezas de las mujeres de la casa es una gran pérdida y un gravísimo error, pues de esta manera se está arrojando a las hijas a la frustración y al malgasto de su tiempo. Dijo el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam: “Hay dos gracias de Al-lah que mucha gente desperdicia: la salud y el tiempo libre” [Al Bujari]. Ibn Al Qaiem, que Al-lah lo Perdone, dijo: “Perder el tiempo es peor que la muerte, porque la muerte te saca de este mundo, mientras que la perdida del tiempo te aleja de Al-lah”.
6. Se debe tomar conciencia sobre el papel fundamental que juega el padre en el cuidado de su familia, el cual no se limita a la figura del proveedor de las necesidades materiales y ya. El padre debe estar siempre presente y pendiente de todo lo que sucede en su casa, guiando, aconsejado, exhortando y corrigiendo a todos los miembros que están bajo su responsabilidad; él es la base que sostiene el hogar y quien debe protegerlo de todo lo que pueda dañarlo. Su ausencia priva a sus hijos y su esposa de la ternura, amor y seguridad que tanto necesitan; despojarlos de lo anterior es peor que negarles la comida y el diario sustento, ya que la falta de amor afecta la personalidad del ser más que la misma falta de alimento.
El padre de familia debe estar todo el tiempo que le sea posible en su casa, con sus hijos y su esposa, pues su ausencia significa para su familia la devastación total, así que debe asumir la responsabilidad que ha adquirido y cumplir con lo que el Profeta Muhammad, sallallah 'alaihi wa sallam, dijo: “Todos vosotros sois pastores y, por ende, responsables por vuestros rebaños… el hombre es el pastor de su familia y el responsable por ella, y la mujer es la pastora de la casa de su esposo y responsable por su rebaño”.
7. Los padres no deben escatimar esfuerzos por dar y demostrar su amor a sus hijos, hombres y mujeres por igual.