Las mujeres se encontraban en las más horrorosas y humillantes situaciones, en las cuales hasta su misma humanidad estaba en duda –especialmente en el mudo árabe antes de la llegada del Islam, y en la mayor parte del mundo civilizado de esa época, en Roma y durante el inicio del periodo cristiano–. La mayoría de las naciones y estados modernos aún están influenciados por la ley romana, como es bien sabido por los eruditos de las leyes.
Las mujeres musulmanas comprenden la gran bendición que Al-lah, Glorificado y Exaltado sea, les Concedió cuando la luz del Islam brilló sobre el mundo árabe. Dice el Corán (lo que se interpreta en español): {…Hoy os He Perfeccionado vuestra religión, He Completado Mi gracia sobre vosotros y He Dispuesto que el Islam sea vuestra religión…} [Corán 5:3]
El alma de la mujer musulmana está llena de felicidad, alegría y orgullo, y su estatus y posición son elevados por el hecho de que el Islam otorga a la madre un lugar más elevado que el del padre. Vino un hombre ante el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, y dijo: “Oh, Mensajero de Al-lah, ¿quién de entre las personas es más merecedor de mi buena compañía?” Él, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Tu madre”. Él (hombre) preguntó: “Luego, ¿quién?”. Él, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Tu madre”. Él (hombre) preguntó: “Luego, ‘¿quién?” El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Tu madre”. Él (hombre) preguntó: “Luego, ¿quién?” El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Luego tu padre”. [Bujari y Muslim]
Debida la forma en que fue creada, la mujer es única en su habilidad de concebir un niño, amamantarlo y cuidar de él, un rol difícil y que involucra un trabajo muy duro, como señala el Corán: {Le Hemos Ordenado al hombre ser benevolente con sus padres. Su madre le lleva [en el vientre] soportando molestia tras molestia, y su destete es a los dos años. Sed agradecidos Conmigo y con vuestros padres; y sabed que ante Mí compareceréis.} [Corán 31:14]
Debido a que esta pesada carga es puesta sobre los hombres de la mujer, al hombre se he ha dado el rol de mantener y proteger a la familia (qawwamun); ellos tienen el deber de conseguir el sustento para la familia. Sin embargo, muchos hombres aún no comprenden el estatus de la madre en el Islam como se refleja en el hadiz citado anteriormente, en el cual un hombre le preguntó al Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, quién era más merecedor de su buena compañía.
El Islam elevó el estatus de la mujer al poner el lugar de la madre por encima del padre, y también le dio a la mujer el derecho de mantener su propio apellido después de casarse, pudiendo así mantener su propia identidad al no tener que adoptar el apellido de su esposo después del matrimonio, como ocurre en Occidente, donde la mujer casada debe cambiar su apellido por el de su esposo. Así, el Islam preserva la identidad de la mujer luego del matrimonio; aunque la mujer musulmana es alentada a ser una buena esposa, obedecer y respetar a su esposo, su identidad no es engullida por la de él.
Si agregamos a esto el hecho de que el Islam ha dado a la mujer el derecho a la completa libertad en cuanto a disponer de su propia riqueza y que no espera que gaste en la manutención de nadie, el estatus al que el Islam ha elevado a la mujer se hace claro como el agua. Por lo tanto, podemos comprender cuánto busca el Islam que la mujer sea libre, orgullosa, respetada, y capaz de cumplir su gran misión en la vida.