Al siguiente año no hizo el Hayy, pese a que la Meca ya había sido liberada, pero sí envió a Abu Baker, que Al-lah esté complacido con él, a la cabeza de un pequeño grupo de los Sahabah, a cumplir con la peregrinación. En este Hayy Abu Hurairah, que Al-lah esté complacido con él, relata lo que fue registrado por Bujari: “Abu Baker me pidió, en el noveno año de la Hégira, que proclamara ante la gente que después de ese año ningún idólatra volvería a peregrinar a la Meca y que nadie haría más el Tawaf (circunvalaciones alrededor de la Ka’bah) desnudo (como solía ser la costumbre de los idólatras)”.
Así fue como se hizo para acabar con los vestigios del paganismo y sus malas costumbres. Los idólatras hacían el Tawaf desnudos alegando que no podían usar las ropas con las que pecaron, pero Al-lah los recriminó cuando dijo (lo que se interpreta en español): {Y su oración en la Casa Sagrada [de La Meca] no era más que silbidos y aplausos} [Corán 8:35]. Cuando el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, rompió con esas falsas tradiciones, se desentendió por completo de ellas. Por eso envió a ‘Ali, que Al-lah esté complacido con él, como lo contó Abu Hurairah, para que les leyera las Palabras de Al-lah, Glorificado y Exaltado sea (que se interpretan en español): {Al-lah y Su Mensajero anuncian a los hombres el día más importante de la peregrinación [el Día del Sacrificio], que Al-lah ya no tiene ningún pacto con los idólatras, ni tampoco Su Mensajero. [Sabed, ¡oh, idólatras!, que] Si os arrepentís [y abandonáis la incredulidad] será mejor para vosotros, pero si os rehusáis no podréis escapar del castigo de Al-lah. Y anúnciales a los incrédulos [¡oh, Muhammad!] que recibirán un doloroso castigo} [Corán 9:3].
Cuando el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, hizo el Ihram (intención para entrar al estado de sacralidad para el Hayy y/o la ‘Umrah) comenzó a pronunciar las palabras del Tawhid: “Labbaikal-lah Humma labbaik, labbaika la sharikalak laka labbaik in nal hamda wan n’imata laka wal mulk la sharikalak” (¡Aquí estoy, oh, Al-lah, aquí estoy! No tienes asociados, aquí estoy. ¡Ciertamente las alabanzas y los favores Te pertenecen! Todas las alabanzas son para Ti y el Reino Te pertenece, y no Te asociamos nada –a estas palabras se las conoce como la Talbiah–). Acabando con las costumbres de los idólatras, quienes al final de la Talbiah aumentaban: “Excepto un socio que tu posees”, esto lo representó Al-lah, Glorificado y Exaltado sea, cuando dijo (lo que se interpreta en español): {La mayoría de los hombres no creen en Al-lah sin atribuirle copartícipes} [Corán 12:106].
El Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, se encargó de sembrar todo lo que contradijera la incredulidad y la idolatría. Abu Dawud, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, registró en su Sunan que dijo cuando hizo la intención del Hayy: “Oh Al-lah, me dispongo a hacer el Hayy sin buscar aparentar ante la gente y sin pretender distinción alguna” , esto porque, como se sabe, los árabes politeístas hacían las cosas para mostrarles a los demás que eran piadosos, y además la gente de la tribu de Quraish pretendía que merecían un trato especial y privilegiado sobre los demás. Luego, cuando se dispuso a realizar la caminata entre los montes de Safa y Marwa, estando sobre el primero se volvió hacia la Ka’bah y dijo: “Bismil-lah (en el nombre de Al-lah)” , y mientras se dirigía hacia Marwa iba diciendo, seguido del Takbir: “La ilaha il-la Al-lah, wahdahu la sharika Lahu, Lahul mulk wa Lahul hamd wa Huwa ‘ala kul-li aha-in qadir (nada ni nadie merece adoración más que Al-lah, Único y sin coparticipes, de Él es el reino y la alabanza, y es capaz de todo). La ilaha il-la Al-lah, wahdahu nasara ‘abdahu wa ‘aaza yundahu wa hazmal ahzaba wahdahu” (nada ni nadie merece adoración sino Al-lah, el Único. Le dio la victoria a Su siervo, dio poder a Sus soldados y venció solo a los aliados). ¿Por qué él hizo esto en estos lugares? Porque quiso establecer en estos lugares que los ritos que se hacen no tienen nada que ver con la incredulidad, sino que, por el contrario, fueron establecidos para invocar la unicidad de Al-lah. Por eso es que Al-lah, Glorificad y Exaltado sea, dijo (lo que se interpreta en español): {[El recorrido entre las dos colinas de] As Safa y Al Marwa es un rito establecido por Al-lah; así pues, quien haga la peregrinación [Hayy] a La Casa [La Meca] o la ‘Umrah [visita ritual a La Meca] sepa que no incurre en falta por realizar el recorrido ritual entre ambas [a pesar de que los paganos lo realizaban invocando a sus ídolos]. Y quien realice una obra de bien voluntariamente sepa que Al-lah es Retribuyente, Omnisciente} [Corán 2:158]. Y el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “El Tawaf, el recorrido entre Safa y Marwa y el tirar las piedrecillas en los Yamarat, son ritos que fueron establecidos para el recuerdo de Al-lah” .
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Ver más:
El objetivo supremo del Hayy – I
El objetivo supremo del Hayy – III
El objetivo supremo del Hayy – IV