Alabado Sea Al-lah, Señor del Universo. Doy testimonio que nada ni nadie merece ser adorado sino Al-lah, y que Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, es Su siervo y mensajero.
El Hiyab es una costumbre islámica que Al-lah Ha ordenado como una forma de proteger y honrar a la mujer, pero muchas mujeres en la actualidad lo han abandonado: algunas han acortado la largura de su Hiyab; otras usan ropa hecha de telas transparentes; un tercer tipo de mujeres usan un Hiyab muy apretado; un cuarto tipo usan Hiyabs decorados en sus mangas o incluso por todas partes; otras tienen una abertura en su Hiyab que deja ver la ropa que están vistiendo por debajo; otras sales son usar calcetines que cubran sus pies; otras usan Hiyabs con mangas que no cubren sus manos, etc. …
Debemos educar a nuestras hijas para usar el Hiyab correcto desde temprana edad. Un error frecuente y muy importante en que caen las personas hoy en día, es el no acostumbrar a sus hijas al Hiyab desde pequeñas; las dejan vestir lo que ellas quieran e imitar a sus amigas cuyo compromiso con el Islam es débil y cuyos antecedentes no son aprobados, y así, un día, cuando ellas hayan alcanzado la pubertad, les ordenarán de pronto que se adhieran al Hiyab y les dirán que ellas serán responsabilizadas por lo que hagan, ¡y que es obligatorio para ellas usarlo!
¿Piensan que ellas se apegarán al Hiyab o que continuarán usando lo que solían vestir? Está mal permitirles usar lo que ellas deseen hasta los siete, ocho o incluso nueve años de edad. Algunas familias permiten a sus hijas usar ropa exhibicionista en frente de otros hasta esas edades, mientras que ‘A’ishah, que Al-lah Esté complacido con ella, sostuvo que cuando una niña alcanza la edad de siete años (o nueve en otras narraciones) se convierte en una mujer, lo cual significa que debe adherirse al Hiyab correcto, así como un niño es entrenado a rezar desde la edad de siete años, y es castigado si no realiza sus oraciones al llegar a los diez años, con el propósito de que acostumbre a rezar cuando sea mayor.
Cuando una niña es enseñada desde una corta edad a usar el Hiyab, no enfrentará con ninguna dificultad el usarlo cuando esto se haga obligatorio para ella, de hecho, ella lo verá como una acción muy normal.
El tema del Hiyab debe ser elogiado, y las mujeres deben aconsejarse mutuamente a adherirse a este y prohibirse mutuamente el descuidar su uso o no darle la importancia o atención debida; ellas no deben ser como la reportera de televisión que una vez entrevistó a una mujer enferma en un hospital, quien estaba usando el Hiyab mientras estaba en su cama, y le dijo: “Esto es demasiado, usted no debe ir hasta este extremo porque algunos hombres podría ofenderse o molestarse”. Sabemos muy bien que los doctores, las enfermeras, el personal de mantenimiento y los de limpieza pueden entrar a las habitaciones de las pacientes mujeres sin previo aviso; por tanto, ¿está mal que las mujeres musulmanas tomen tales precauciones? ¿Por qué se considera esto como ir “demasiado lejos”?
El siguiente es un artículo escrito por una joven mujer como respuesta a otra joven mujer quien le preguntó la razón de por qué ella amaba tanto a su amado; pero, ¿quién era su amado? Descubrámoslo a continuación:
“¿Me preguntas por qué lo amo y estoy unida a él? ¿Cómo no podría estarlo si él es la razón de mi felicidad y el símbolo de mi orgullo?
La otra muchacha le preguntó: ¿Qué quieres decir?
Ella respondió: “Te contaré la historia detrás de mi amor por él y la conspiración que intentó destruir mi relación con él: Cuando era una niña me maravillaba ver cuánto él protegía y cuidaba a la gente a mi alrededor; me sorprendió cuán orgulloso y poderoso era, por eso lo admiraba y deseaba estar con él, pero mi corta edad me lo impedía. En muchas ocasiones he renunciado al vestido de mis sueños para poder disfrutar de estar con él. Él era muy humilde y mucha gente lo amaba y lo honraba. Cuando crecí, él se volvió incluso más respetable ante mis ojos, su amor estaba muy profundo en mi corazón. De vez en cuando escuchaba a gente que lo menospreciaba y atacaba, pero nada afectaba mi amor por él; de hecho, esto hacía que mi amor y respeto por él se incrementaran. ¡Cuán hermoso se sentía cuando caminaba conmigo! He aprendido la dignidad y el orgullo de él, y el estar con él me ha hecho ganar el respeto de los demás. Un día de verano, escuché un fuerte ataque en su contra, el cual angustió mi corazón; era una falsa acusación de gente malvada que lo odiaba, y era como si extendieran sus manos para separarlo de mí, usando todo tipo de artimañas, y casi lo logran, pero Al-lah fue Misericordioso conmigo y ellos fracasaron. Cuando esa gente comprendió cuánto yo lo amaba y lo respetaba, y que mi apego a él era más fuerte de lo que ellos esperaban, ellos usaron diferentes métodos de engaño y decepción; así ellos convencieron a mucha gente de mente débil quienes a su vez intentaron destruir su imagen, atribuyéndole cosas malas y alterando los hechos en torno a ella…pero ellos nunca tendrían éxito en su misión de obligarme a abandonarlo, o hacer que otras que lo amaban lo abandonaran; ellos continuarán fallando en sus intentos…¿Sabes quién el él? Él es el símbolo de mi castidad y honor, él es mi amado, al que nunca abandonaré mientras viva…!Él es mi atuendo del Hiyab!