Las encuestas en todos los países del mundo revelan que el número de adictos que buscan ayuda en los centros especializados es relativamente mínimo comparándolo con la cantidad de personas que en realidad sufren de este problema. (Al hablar de adicción no solo nos referimos a las drogas psicotrópicas, también entran en esta esfera el licor y toda sustancia embriagante.)
Lastimosamente, la gran mayoría de adictos permanecen en las sombras y no piensan para nada en buscar una solución para salir de este problema. Pero lo peor de todo es que la familia es víctima de los desórdenes en el hogar y de la crueldad de la sociedad que los señala por ser familiares de drogadictos.
Estos niños, jóvenes y adultos están divididos en dos grupos respecto al sufrimiento y las dificultades que pasan por ser familiares de personas con problemas de adicción:
1. Familiares de personas que van a centros especializados en búsqueda de ayuda: En este caso, el deseo de superarse no es ningún tipo de garantía que certifique su tranquilidad y la de los suyos. La ansiedad y la dificultad por la que pasa el adicto mientras está recuperándose es muy grande, y con frecuencia se ve tentado a dejar el proceso que ha iniciado y volver a consumir la sustancia que usaba, esto puede llevarlo a hacerse daño a sí mismo y a los que viven con él en la casa. Hay familias que cometen el gravísimo error de encerrarlos, pensando que así lo van a alejar de las drogas, pero en realidad esto los expone a peligros aún mayores.
2. Familiares de personas que no quieren reconocer que tienen un problema y por ende no buscan ayuda profesional: Estos adictos representan un peligro aún más grave para los que viven a su alrededor.
El que el paciente logre desintoxicarse por completo no depende del tipo de droga a la que se haya hecho adicto, porque en la mayoría de los casos hay reincidencia apenas sale de la institución en la que se encontraba recluido o pocos días después. La situación se torna aún más peligrosa toda vez que tengamos conocimiento del grado de desorden psicológico que afecta al adicto, los problemas a los que se han visto expuestos sus familiares y el riesgo de que alguno de los miembros de la familia siga sus malos pasos.
Los estudios revelan un reto aún mayor para los educadores, psicólogos y sociólogos, 85% de las personas que durante su niñez sufrieron algún tipo de maltrato, siguen esta misma conducta con sus hijos y familias. Los efectos de este problema no se limitan a la familia, en gran medida afecta a toda la sociedad.
Veamos algunas razones, ejemplos y consecuencias del por qué y cómo es que las familias de los adictos son victimas también de los efectos de las drogas:
1. No hay vigilancia: En una ocasión un hombre obligó a su hijo de apenas 9 años que lo llevara a su casa manejando su automóvil porque él no era capaz de sostenerse en pie, estaba ebrio.
2. Disolución del hogar: Una mujer junto con sus 7 hijos tuvo que dormir una semana entera debajo de un puente porque su marido, adicto a las drogas, los echó a la calle sin el más mínimo reparo.
3. La adicción: Una mujer llevó a sus tres hijos a un centro especializado para desintoxicarlos de la heroína. Estos jóvenes adquirieron su adicción de su padre drogadicto.
4. La facilidad para conseguir este tipo de sustancias: Un hombre obligó a su mujer a consumir drogas para que lo acompañara en su adicción.
5. Violencia familiar: Cuántos casos no hemos oído de hombres que asesinan a sangre fría sus mujeres e hijos, todo porque están bajo los efectos de la adicción y las consecuencias de los desequilibrios que esta le produce a su persona.
6. Pérdida del honor y la dignidad: Cuántas no son las personas que bajo los efectos de las drogas comenten actos en contra de la honra de sus hijas.
7. La pobreza: El gasto de un adicto se multiplica, y el dinero se acaba pronto.
8. Falta de campañas preventivas.
¿Hasta cuándo nos vamos a quedar con los brazos cruzados viendo cómo día a día son más las víctimas de este problema que está carcomiendo a todas las sociedades?