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La hospitalidad y su efecto en las personas

La hospitalidad y su efecto en las personas

 

De los resultados de la fe que tenían los Ansar, su juramento de fidelidad y su compromiso de auxiliar a los musulmanes; es que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, llamó a los musulmanes a emigrar a Medina. ‎Como consecuencia de esto; es que apareció un fenómeno importante, que es el apoyo mutuo entre los musulmanes. Ya que los Ansar abrieron las puertas de sus casas y sus corazones a los Muhayirun (los emigrantes provenientes de la Meca), se prepararon para recibirlos, sin discriminación alguna. De modo que dentro de una misma casa se encontraban ambos; Muhayirun y Ansar, compartiendo absolutamente todo.
 
De estas casas hospitalariasque recibieron a los Muhayirun podemos mencionar a:
1- La Casa de Mubash-shir ibn ‘Abdul Mundhir ibn Zanbar, que Al-lah esté complacido con él, en Quba‘: Donde fue recibido un grupo de Al Muhayirun, hombres y mujeres. En esta casa estaba Omar ibn Al Jattab, quien le siguió de su familia, su pueblo, su hija Hafsah y su esposo, y ‘Aiash ibn Rabi‘ah, que Al-lah esté complacido con todos.
 
2- La casa de Jubaib ibn Isaf , donde estaba Talhah ibn ‘Ubaidil-lah ibn ‘Uzman y su Madre, y Suhaib ibn Sinan, que Al-lah esté complacido con todos.
 
3- La casa de As‘ad ibn Zurarah, quien acogió a Hamzah ibn ‘Abdul Muttalib, que Al-lah esté complacido con él.
 
4- La casa de Sa‘d ibn Jaizamah, se llamaba la casa de los solteros, porque allí se alojaron los que no habían contraído matrimonio de los Muhayirun, que Al-lah esté complacido con ellos.
 
5- La casa de ‘Abdul-lah ibn Salamah, donde estaba ’Ubaidah ibn Al Hariz y su madre Sujailah, Mistah ibn ‘Uzazah ibn ‘Abbad ibn Al Muttalib y At-Tufail ibn Al Hariz, Tulaib ibn ‘Umair, Al Husain ibn Al Hariz, que Al-lah esté complacido con ellos.
 
6- La casa del clan de Banu Yahyabi, el dueño de la casa era Mundhir ibn Muhammad ibn ‘Uqbah, recibió a Az-Zubair ibn Al ‘Awwam y su esposa Asma’ bint Abu Baker, y Abu Sabrah ibn Abu Wahab y su esposa Um Kulzum bint Suhail, que Al-lah esté complacido con ellos. 
 
7- La casa del clan de Banu ‘Abdul Ashhal, el dueño de la casa era Sa‘d ibn Mu‘adh ibn An-Nu‘man, recibió allí a Mus‘ab ibn ‘Umair y su esposa Hamnah bint Yahsh, que Al-lah esté complacido con ellos.
 
8- La casa del clan de Banu An-Nayyar, el dueño de la casa era Aws ibn Zabit ibn Al Mundhir, fue recibido allí ‘Uzman ibn ‘Affan y su esposa Ruqaiiah, la hija del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam.
 
Esta solidaridad y apoyo social mutuo era uno de los factores más importantes con los que se estaba preparando la residencia para el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, con sus compañeros emigrantes quienes viajaron con él y después de él. Donde se extendía la virtud moral del altruismo y el amor al prójimo y el afecto de la hermandad creyente sincera.
 
Mediante este espíritu tan alto, la fe firme y la sinceridad,  llegó a su plenitud y máxima expresión la hermandad entre los dos lados. De esta forma se consiguió la unión entre los Muhayirun y los Ansar.
 
Una pregunta que de seguro a muchos les pasa por la mente es ¿por qué no escuchamos o leemos sobre alguna disputa que se hubiera dado estas casas?, la respuesta es simple: no hubieron peleas ni problemas entre los Muhayiruna y los Ansar, ni siquiera entre las mujeres, por estar compartiendo una misma casa, pese a las diferencias naturales que hay entre las personas.
Es la religión verdadera que hizo de At-Taqwa (la piedad y el temor a Al-lah) un pilar para cualquier comportamiento humano, las virtudes morales sublimes impusieron la hermandad entre ellos. Es el efecto de jurar la fidelidad sobre las almas, es la sinceridad, el trabajo a favor del grupo temiendo del castigo y del Último Día. Es el deseo de lograr la recompensa y entrar en el Paraíso. Es el calor de la fe, la rectitud del alma, el comportamiento y la sinceridad de la intención. Ya que cada uno que abrazó el Islam y juró la fidelidad, sea hombre o mujer, hacía lo que se le ordenaba hacer y tenía una intención sincera en lo que decía, temía a Al-lah, Glorificado y Enaltecido Sea, en secreto y en público. Sus almas creyeron; por lo tanto los Ansar recibieron generosamente a losMuhayirun.
Todos actuaban por el beneficio de todos. Esto es el apoyo social mutuo en su imagen perfecta y más sagrada, todos deseaban recibir la recompensa de servir al prójimo, hasta el grado de que alguno entre los emigrantes temía que un Ansari tuviera para sí toda la recompensa, no por envidia, pues ese sentimiento nunca se presentó entre ellos, sino porque cada uno de ellos deseaba recibir más recompensa.
Es importante referirse a la cualidad de la entrega y el deseo de ofrecer en cada tiempo. Hoy día en las filas islámicas, durante un viaje que dura unos días se revelan las almas, los defectos y las sospechas. Aquella sociedad se estaba construyendo aunque todavía el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, no había llegado. A pesar de esto, las puertas se abrieron a los nuevos emigrantes. No solamente a nivel individual, sino colectivamente. Los Muhayirun residieron durante muchos meses en las casas de sus anfitriones y tenían una convivencia diaria continuada con ellos. Los Ansar ofrecieron sin condiciones su dinero, amor y servicios a sus hermanos. Era una sociedad que llegó a la cumbre respecto a la integración y la convivencia.
 
Por su parte los Muhayirun eran un ejemplo respecto hacía la generosidad y la entrega de sus hospedadores, ya que no eran pobres en primer lugar, sino que eran ricos, tenían dinero y casas pero dejaron todo esto buscando la Complacencia de Al-lah, Glorificado y Enaltecido Sea, y gastaron todo obedeciendlo. Así que eran como el Sagrado Corán los describió, cuando Al-lah Dice (lo que se interpreta así en español):
{Y también les corresponde una parte de dicho botín a los emigrados necesitados que fueron expulsados de sus hogares y despojados de sus bienes cuando buscaban la gracia de Al-lah y Su complacencia, y lucharon por la causa de Al-lah y Su Mensajero. Ellos son los veraces.} [Corán 59:8].
 
La nueva sociedad de Medina se creaba sobre los sentidos de la fe y At-Taqwa, y todavía el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, no había llegado. Pero estaban bajo el mandato de los doce compañeros, quienes garantizaron la guía para sus clanes, eran tanto como los apóstoles respecto a ‘Isa ibn Mariam (Jesús el hijo de María), la paz sea con ambos, y bajo la supervisión de los caudillos mayores de los Muhayirun, los cuales llegaron a Medina, y aprendieron del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y de su guía mientras compartieron con él en la Meca.
 
De los rasgos destacables de esta nueva sociedad tenemos; la desaparición de la discriminación social o tribal, ya que el imam de los musulmanes era Salim, el esclavo de Abu Hudhaifah, que Al-lah esté complacido con él. Porque era quien memorizaba la mayor cantidad de Corán, ya que, aunque en aquella sociedad estaban los compañeros del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, que ocupaban una alta posición, ambos grupos (mecanos y medineses) y los nobles de los árabes de Quraish, Al Aws y Al Jazray, quien dirigía el rezo grupal en aquella sociedad era quien más memorizaba el Corán. La dignidad suprema en aquella sociedad era para quien memorizaba el Corán y lo entendía.
Otro de los rasgos más destacados de la nueva sociedad islámica es la libertad de que se tenía para realizar la Da’wah, pues esta era pública y todo mundo en Medina sabía lo que se estaba haciendo y lo que estaba pasando. Además, jóvenes, mayores, mujeres y hombres tenían entusiasmo y se dedicaba a llamar a los demás al camino de Al-lah.
Hay que comparar entre la sociedad islámica que fue establecida en Abisinia y la sociedad islámica en Medina. Ya que en Abisinia la emigración llevaba el carácter del refugio político y los musulmanes tenían más las características de comunidad extranjera que el carácter de la sociedad islámica completa.
Es correcto que los musulmanes tenían allí la libertad de realizar sus ritos de adoración, pero estaban aislados de la sociedad cristiana, y no podían influir en aquella sociedad como se debe, aunque la emigración a Abisinia era un paso más desarrollado que el estado en la Meca, donde no había libertad respecto para hacer Da‘wah ni para la doración, sino que era mucho menos que la sociedad islámica establecida en Medina.
Por eso, al saber los emigrantes de Abisinia la noticia de la emigración a Medina, quisieron ir allí directamente, o a través de la Meca, solo a algunos se les pidió quedarse allí. Así, Medina se volvió musulmana después de vivir durante siglos en el paganismo y el politeísmo.
La sociedad de Medina se volvió musulmana y empezó a crecer en realidad después de que volvieran los doce compañeros del primer juramento de fidelidad, sobre todo As‘ad ibn Zurarah, que Al-lah esté complacido con él. Estos compañeros fieles llevaron la responsabilidad de la Da‘wah solamente, fuera de la existencia política. Luego llegó a su tope, después de la vuelta de los setenta quienes dominaron la situación política y social, decidiendo que su Estado fuera la primera capital de los musulmanes en la Tierra, y estaban dispuestos a enfrentarse con cada enemigo que intentara violar algo de esta soberanía, hasta antes del arrivo del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, a Medina.
La base firme en la que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, invirtió  su tiempo y su esfuerzo en educarles, empezaba a dar frutos y aún más después de haberse mezclado con la nueva sociedad de Medina. El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, preparó a las personas, les hizo tener habilidad dentro de la comunidad y mediante ellos formó la base firme. La sociedad islámica en la cual se basa el Estado no se estableció sino después del juramento de fidelidad sobre la guerra. Así que decimos que la sociedad islámica se estableció después de la existencia de una fuerza adecuada que pueda protegerla.
Así se trasladó la comunidad musulmana organizada y fuerte a Medina y se consolidó con sus hermanos de los Ansar. Así se formó la sociedad musulmana, la cual esperaba a su caudillo supremo, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, para declarar el nacimiento del Estado del Islam, el cual gestó después una civilización como la Historia nunca ha conocido otra igual hasta hoy día.
 

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