En el Corán aprendemos que Satanás prometió interponerse en el camino del ser humano para evitar que se acerque a Al-lah, el Todopoderoso, como Él dijo (lo que significa): {Dijo [Satanás al apercibirse que había quedado completamente fuera de la misericordia de Al-lah]: Por haberme descarriado acecharé a los hombres para apartarlos de Tu sendero recto. Procuraré seducirlos por delante, por detrás, por la derecha y por la izquierda, y verás que la mayoría de ellos no son agradecidos.} [Corán 7:16-17]
Así, después de caer presa de las maquinaciones del demonio, puede ocurrir que una persona se canse de la oración, vaya a trabajar hasta tarde, guste de salir rápidamente e irse a la cama temprano porque le espera un viaje u otro evento el día siguiente. Por supuesto, todo esto va en contra de su ayuno, de levantarse para la oración y de recordar a Al-lah, Exaltado y Glorificado sea. Así, le da prioridad a estos actos por encima de su ayuno, su oración y su recuerdo de Al-lah o, al menos, reduce todos estos actos junto con su recitación del Corán, con el fin de poder satisfacer sus necesidades mundanales.
Sin embargo, la solución a este problema ha sido revelada a los creyentes, y es confiar en Al-lah, el Altísimo.
No teman a nada. Su temor indica que no se apoyan o no tienen confianza en Al-lah, el Omnipotente, ya que todas las cosas están en Sus manos y Suyas son las llaves de los cielos y de la tierra. ¿No es su Señor capaz de concederles algo de tiempo, propiedad y poder, si se acercan a Él con sus bienes, tiempo y esfuerzo?
Si dedicamos nuestros bienes, nuestros esfuerzos y nuestras almas por Su causa, Él es tan Generoso que no los toma, sino que los incrementa y expande. Entonces, debemos preocuparnos por acercarnos a Él, para que Él, Exaltado y Glorificado sea, se acerque a nosotros. Si gastamos nuestros bienes por Su causa, Él nos dará más en recompensa; y si gastamos nuestro tiempo, esfuerzo y salud por Su causa, Él nos dará más en recompensa y nos brindará más fortaleza en ello. No debemos tener miedo de perder nada al invertir nuestros bienes, nuestro tiempo y nuestros esfuerzos con Al-lah, el Todopoderoso. ¿Acaso algo se ha perdido alguna vez con Al-lah, el Todopoderoso?
En eso debemos meditar y reflexionar mientras estamos realizando la oración frente a Al-lah. Es suficiente que Al-lah, Exaltado y Glorificado sea, nos haya escogido, de entre toda la gente, para esta misión. Es suficiente que Él nos haya permitido estar en Su presencia, y Al-lah nos será suficiente como Protector como lo afirma en Su declaración (que se interpreta en español): {¿Acaso no es suficiente Al-lah [como Protector] para Su siervo [Muhammad]?} [Corán 39:36]
Se narró en la autoridad de Anas ibn An-Nadhr, que Al-lah esté complacido con él, quien asistió a la Batalla de Uhud, y no había asistido a la Batalla de Bader. Él tomó un juramento por Al-lah diciendo: “No he asistido a la primera batalla junto al Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam. Puedo asistir a otra batalla, Al-lah verá lo que voy a hacer (que Le agradará)”. Así, Sa‘d ibn Mu‘adh, que Al-lah esté complacido con él, se reunió con él (en la Batalla de Uhud) y le dijo: “Detecto el olor del Paraíso, proveniente de la dirección de Uhud”. Los Compañeros, que Al-lah esté complacido con todos ellos, solían decir que en relación a él y a aquellos como él, se reveló el siguiente versículo (que significa): {Entre los creyentes hay hombres que cumplieron el compromiso que tomaron con Al-lah, algunos ya fallecieron, y otros esperan que les llegue su hora y no han cambiado de actitud [y cumplen con el compromiso].} [Corán 33:23] [Al-Bujari y Muslim]
¿Qué hizo Anas ibn An-Nadhr, que Al-lah esté complacido con él? Sacrificó su alma por la causa de Al-lah, Glorificado sea, y cuando murió, fue hallado con más de 80 golpes de espada, heridas de lanza y disparos de flecha en su cuerpo, y nadie pudo reconocerlo excepto su hermana, por su dedo. Él, que Al-lah esté complacido con él, fue fiel a sus palabras: “En verdad, Al-lah verá lo que voy a hacer (para complacerlo)”.
Así que hagamos que nuestro lema durante todo el mes de Ramadán sea: “Al-lah verá lo que voy a hacer”. Es decir, haré lo que agrada a Al-lah, el Todopoderoso, y lo que me acerque a Él.