El Profeta, sallalahu 'alaihi wa sallam, fue el mejor ser humano y el más obediente a Su Señor, y los registros documentales que tenemos sobre su vida nos indican que él incrementaba sus actos de adoración durante el bendito mes de Ramadán. El Imam Ibn Al Qaiem, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo: “El Profeta, sallalahu ‘alaihi wa sallam, era la más generosa de las personas; pero el tiempo en que esto se incrementaba era en el mes de Ramadán, cuando aumentaba su recitación del Corán, sus oraciones, su recordar a Al-lah y realizar el I’tikaf (permanecer en la mezquita con la intención de adorar)”.
Anas, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “El Profeta, sallalahu ‘alaihi wa sallam, era la persona más valiente y la más generosa” [Bujari y Muslim].
Ibn ‘Abbas, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “El Profeta, sallalahu ‘alaihi wa sallam, era la más generosa de las personas, y llegaba al pico de su generosidad en el mes de Ramadán cuando Yibril se encontraba con él. Yibril se reunía con él cada noche de Ramadán para enseñarle el Corán, y cuando lo hacía, él, sallalahu ‘alaihi wa sallam, era más generoso que un viento rápido e incontrolable (en su disposición inmediata para realizar obras de caridad)” [Bujari y Muslim]. Ibn Hayar, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo al comentar este hadiz: “Esta generosidad adicional era resultado de las virtudes del mes, de aquél con quien él estaba repasando el Corán, y de aquello que estaban repasando (las Palabras de Al-lah)”.
‘Abdullah ibn Omar, que Al-lah esté complacido con él y con su padre, por ejemplo, prefería compartir su Iftar con los pobres. Cuando rompía su ayuno en casa, nunca comía hasta llenarse, de tal manera que si un necesitado lo visitaba, ‘Abdullah, que Al-lah esté complacido con él, pudiese darle de su Iftar. Consecuentemente, permanecía hambriento en la noche también y esto nunca disminuía su continuo esfuerzo por hacer el bien y adorar a Al-lah en Ramadán. Abdullah solía repartir dulces como caridad mientras repetía: “Sé las palabras de Al-lah, el Todopoderoso (que dicen): {No alcanzaréis la piedad verdaderamente hasta que no deis [en caridad] de lo que amáis} [Corán 3:92], y ¡Al-lah sabe que amo los dulces!”
En una ocasión, cuando el Imam Ahmad, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, había preparado algo de pan para su Iftar, un necesitado le pidió una limosna. Sin pensarlo dos veces, el Imam Ahmad le dio todo su pan, quedando él con hambre. El Imam Ibn Al Mubarak, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, preparaba dulces para sus hermanos, a pesar de estar ayunando.
El Imam Ash-Shafi’i, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo en una ocasión: “Amo mucho ver que una persona aumente sus actos de generosidad durante el mes de Ramadán, siguiendo el ejemplo del Mensajero de Al-lah, sallalahu ‘alaihi wa sallam, y por nuestro propio bien. Muchos se ocupan tanto con las oraciones y el ayuno, olvidándose de los otros tantos beneficios del mes de Ramadán [olvidándose de los beneficios y recompensa por ser generoso con los demás]”.
Además de la caridad voluntaria (Sadaqah), Al-lah, alabado sea, ha prescrito el Zakah (caridad obligatoria) a aquellos cuya fortuna alcanza un cierto monto, e hizo de pagar el Zakah uno de los 5 pilares del Islam. Si un año lunar completo transcurre, y la persona aun posee tal monto, entonces está obligada a pagar el Zakah. En caso que se trate de productos agrícolas, debe pagarse durante la cosecha. No está permitido pagarlo en cuotas ni demorar su pago hasta Ramadán (si por ejemplo se hizo obligatorio en el mes de Rayab, que es anterior a Ramadán), a menos que haya una necesidad justificable. Ibn Qudamah y Ash-Shafi’i, que Al-lah esté complacido con ambos, son de la opinión que: “El Zakah debe ser pagado inmediatamente se hace obligatorio y la persona no debe demorarlo si tiene la posibilidad de pagarlo, a menos que tema que algún tipo de daño lo afecte por pagarlo”.
Cuando se le preguntó al Shaij Ibn ‘Uzaimin, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, acerca de retrasar el pago del Zakah hasta que llegue el mes de Ramadán, él respondió: “El Zakah, al igual que todas las obras de bien, es bueno pagarlo en temporadas benditas (como Ramadán), a menos que ello signifique pasarse de su tiempo obligatorio, en cuyo caso es imperativo pagarlo inmediatamente. Si un año lunar completo transcurre cuando llega el mes de Rayab, por ejemplo, entonces no debemos retrasar su pago hasta Ramadán con la excusa de que Ramadán es un mes con muchas más virtudes, sino que se debe pagarlo en Rayab”.