Abdul-lah se levantaba antes del Fayer (alba) cada mañana y se apresuraba hacia la mezquita para rezar. Más tarde regresaba a la mezquita para los rezos del Magrib (ocaso) y el ‘Isha (noche). Recitaba el Corán diariamente y estudiaba otros libros islámicos en su tiempo libre. Pasaba mucho de su tiempo libre con su familia y asumía su rol de líder espiritual de su hogar con seriedad.
Cinco años después, se sorprende de pasar días completos sin rezar. Ya no asiste el rezo en congregación en la mezquita pues no tiene tiempo debido a su nuevo trabajo. Este nuevo trabajo incluye varios contactos con gente de dudosa reputación en establecimientos nocturnos. Esto implicó que se vuelva muy reservado respecto a su trabajo, al punto de no comentar sus actividades laborales ni con su propia esposa, pues sabe que ella lo desaprobaría.
El trabajo lo mantiene ocupado toda la noche y durante todo el fin de semana. Muchos de sus nuevos amigos también trabajan con él y empezó a compartir gran parte de su tiempo libre con ellos. A causa de todo esto, empezó a pasar menos tiempo con su familia. Duerme durante el día para poder trabajar por la noche.
Su esposa notó que hay un gran cambio en su comportamiento. Ya tuvieron varias discusiones respecto a su trabajo y esto le afectaba y a su relación con Al-lah Todopoderoso. Aceptó y empezó el proceso de buscar un nuevo trabajo, pero irremediablemente siempre elegía quedarse en su trabajo actual. Se dio cuenta de que estaba muy alejado de su esposa e hijos. Aunque el dinero era abundante cuando empezó a trabajar, ahora apenas alcanzaba para pagar las cuentas.
Sintió que su matrimonio se resquebrajaba bajo el peso de años de negligencia. Abdul-lah se encontró sucumbiendo a la depresión por sus circunstancias y sin motivación para iniciar las cosas que sabía debía hacer para cambiar su vida.
Es importante notar que la vida de Abdul-lah parecía mucho más tranquila y pacífica cuando él cumplía regularmente con sus obligaciones religiosas, y empezó a hacerse más caótica cuando las abandonó.
¿Podrá ser esto una simple coincidencia? El Imam Muhammad Baianouni, un erudito musulmán de Carolina del Norte en EEUU, resume situaciones como esta con precisión diciendo: “La regulación de la conducta de una persona dentro de un sistema de vida es una de las más importantes razones para su éxito y estabilidad. La ausencia de esta regulación es una de las mayores crisis que una persona puede sufrir en su vida. Esto sucede cuando la persona pierde la guía de Al-lah Todopoderoso o se cría sin una educación basada en la guía divina. Bajo estas circunstancias la vida de la persona se vuelve miserable en este mundo y en la otra vida será de los perdedores”.
Una religión de disciplina
Es solo por la infinita sabiduría y misericordia de Al-lah Todopoderoso que se nos ha dado un sistema de creencias que nos instruye y nos ayuda guiando nuestras acciones y conducta. Al participar de todas las obligaciones diarias de nuestra fe como las establece el Corán y la Sunnah del Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, es más probable que podamos disfrutar de las bondades de Al-lah Todopoderoso en esta vida y ganar Su recompensa en la próxima.
Al-lah Todopoderoso ordenó a todos los creyentes ser disciplinados en su adoración y no desobedecerlo. Al-lah dice en el Corán: “Mantente firme [¡oh, Muhammad!, en el sendero recto] como se te ha ordenado, y que también lo hagan quienes se arrepientan [de su incredulidad y te sigan], y no trasgredan los límites. Él ve perfectamente todo lo que hacen} [Corán 11:112].
La intensidad de nuestra fe cambia a través de nuestras vidas. Hay momentos en que tenemos una fe fuerte y hay veces en que enfrentamos dificultades. Muchos hermanos y hermanas que afirman con orgullo que el Islam es su religión se sorprenden de “tropezar” en sus obligaciones religiosas. De pronto parece que sus vidas pasan de ser tranquilas y apacibles a ser oscuras y confusas. Puedes empezar a reconocer que has llegado a ese estado por las decisiones que tomaste, pero estás verdaderamente perdido respecto a qué hacer para cambiar las cosas.
El cumplimiento de nuestros deberes con Al-lah Todopoderoso es lo que nos mantiene a flote durante nuestros tiempos más oscuros. Recordemos que nuestro retorno final es a Él, así es que debemos desarrollar la disciplina y la consistencia en nuestras rutinas diarias para evitar que nuestra fe se hunda.
Desarrollando nuestra disciplina
Reconocer nuestras faltas o negligencias es el primer paso para hacernos disciplinados. Al-lah Todopoderoso dice: {… Sepan que Dios no cambia la condición de un pueblo hasta que ellos no cambien lo que hay en sí mismos...} [Corán 13:11]. Cuando te decides a cambiar para complacer a Al-lah, Él te ayuda. Cada uno será responsable por sí mismo en el Día del juicio y será cuestionado sin que nadie pueda interceder por él.
Debes elegir por ti mismo vivir como Al-lah, Glorificado sea, manda. No te vas a beneficiar de escuchar que te digan qué debes hacer y qué necesitas a fin de que tu vida cambie para mejor. Debes esforzarte por lograr esos cambios por ti mismo, solo entonces podrás ganar la recompensa. Solo piensa en las esposas de los profetas Noé y Lot, la paz sea con ellos. Cada uno de ellos intentó ofrecer la mejor guía a sus esposas sin éxito, porque ellas no tenían ningún interés propio en esto. Por eso finalmente se le dijo a cada una: {… Entren ambas en el Fuego junto con los demás condenados} [Corán 66:10].
Tengo una buena amiga que pasaba por un muy mal rato, su fe estaba por los suelos. En varias de nuestras charlas ella se lamentaba de que Al-lah Todopoderoso la estaba “castigando” por no ser una “buena musulmana”. Yo le pregunté: “¿Y por qué debe ser Al-lah quien te castiga? Al-lah Todopoderoso te hace pasar por varias pruebas y dificultades para que Lo conozcas mejor”. Discutimos de este modo en varias ocasiones; ella se encontraba sumida en la desesperación y hallaba mis comentarios molestamente optimistas. Yo le recordé que Al-lah Todopoderoso es Misericordioso y que esta prueba podría ser una advertencia que ella necesitaba para renovar y redimir su fe y volver a acercarse a Al-lah Glorificado sea. Tal vez Al-lah la tuvo que poner a prueba para llamar su atención y darle la oportunidad de cambiar.
Hay varias cosas que puedes hacer para establecer la disciplina en tu vida diaria. Tal disciplina no solo trae equilibrio a nuestra fe sino que alcanza a otros aspectos de nuestras vidas:
• Evalúate regularmente para cerciorarte de que haces todo lo que puedes espiritualmente.
• Realiza tus cinco oraciones cada día con puntualidad.
• Lee el Corán regularmente, haciendo un esfuerzo para comprender lo que estás leyendo.
• Procura adquirir conocimiento científico del Islam y de otras ciencias a través de libros, medios audiovisuales, clases y conferencias.
• Mantente en compañía de gente recta.
• Ten confianza en tu fe y, más importante aún, ten confianza en Al-lah Todopoderoso.
• Dedica regularmente tiempo para estar a solas reflexionando y adorando a Al-lah, Glorificado sea.
El Islam es una forma de vida integral. Como creyentes, debemos desear la disciplina que nos permite regular nuestras vidas y mantenerlas a salvo del caos. Cuando eliges este modo de vida, la paz y el sosiego son tu derecho.
La disciplina viene como resultado de la práctica metódica de nuestras obligaciones religiosas. Le pido a Al-lah Todopoderoso que nos ayude a establecer la disciplina en nuestro compromiso religioso y que podamos hacer lo que Le complace.