En el inicio de la misión del Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, luego de haber hecho público su llamado al Islam y antes de que emigrara a Medina, hubo una batalla en la que se enfrentaron los persas y los bizantinos, donde los primeros salieron victoriosos. Los musulmanes deseaban que los romanos ganaran porque ellos eran cristianos, Gente del Libro, y porque los idólatras de La Meca apoyaban a los persas, quienes seguían el zoroastrismo, siendo paganos igual a ellos. Los detractores del Profeta de Al-lah en La Meca celebraron la vitoria, hecho que generó desánimo entre los musulmanes, por lo que Al-lah reveló: {Álif. Lam. Mim. Los bizantinos fueron derrotados en el territorio [árabe] más bajo, pero después de esta derrota ellos [los bizantinos] vencerán dentro de tres a nueve años. Todo ocurre por voluntad de Dios, tanto la anterior derrota [de los bizantinos] como su victoria futura. Ese día los creyentes se alegrarán} [Corán 30:1-3]. Efectivamente así sucedió, siete años después de la revelación de estas aleyas los bizantinos vencieron a los persas.
As-Sa’di comentó en su Tafsir: “Los persas y los bizantinos eran los imperios más poderosos de esa época, por lo que sucedían enfrentamientos bélicos entre ambos. Los persas eran idólatras adoradores del fuego, mientras que los bizantinos eran de la Gente del Libro, lo que los acercaba más a los musulmanes que a los zoroastras. La victoria que obtuvieron sobre sus adversarios romanos fue contundente, hecho que celebraron los idólatras de La Meca, mientras que la pesadumbre se apoderó de los creyentes; pero entonces Al-lah les anunció que en unos cuantos años, no más de diez ni menos de tres como lo indica en árabe la frase “bidi’ sinin”, los romanos serían los vencedores.
Tras la revelación de estos versos coránicos, uno de los idólatras discutió con Abu Baker, que Al-lah esté complacido con él, respecto de la victoria de los persas sobre los bizantinos y terminaron apostando, antes de que se prohibiera la apuesta en el Islam, que esta profecía se cumpliría en cinco años.
Niar Bin Makram Al Aslami, que Al-lah esté complacido con él, reportó: “Se reveló: {Álif. Lam. Mim. Los bizantinos fueron derrotados en el territorio [árabe] más bajo, pero después de esta derrota, ellos [los bizantinos] vencerán dentro de tres a nueve años. Todo ocurre por voluntad de Dios, tanto la anterior derrota [de los bizantinos] como su victoria futura. Ese día los creyentes se alegrarán} [Corán 30:1-3] tras la victoria de los persas, hecho que llenó de alegría a los paganos de La Meca, mientras que los musulmanes habían deseado que los bizantinos ganaran, porque eran de la Gente del Libro […]. Al escuchar estos versos, Abu Baker los recitó por la Meca en voz alta, entonces algunos de los quraishíes le dijeron: ‘Tu amigo (refiriéndose al Profeta Muhammad) alega que los bizantinos vencerán en unos cuantos años, ¿qué te parece si apostamos?’. Él aceptó, antes de que las apuestas fueran prohibidas en el Islam. Le dijeron: ‘¿Cuántos años calculas, entre tres y nueve años? Establece un número’. Entonces él dijo que sería en seis años. Pasaron seis años y no sucedió dicha victoria, por lo que le ganaron la apuesta. Al llegar el año séptimo, año de la victoria de los bizantinos sobre los persas, los musulmanes le reprocharon a Abu Baker por haber limitado el tiempo a seis años… pero una vez ocurrió y al ver que la profecía se cumplió, muchos se convirtieron al Islam” (At-Tirmidhi; Al Albani lo clasificó como Hasan). En una versión de la que el mismo Albani dijo que era Sahih se menciona que Abu Baker estableció cinco años y que perdió su apuesta. Se lo mencionó al Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y él le dijo: “Por qué no lo dejaste sin establecer un tiempo determinado”, ya que se conocía el significado de “bidi’ sinin”. Sufian dijo que había escuchado que la victoria bizantina se dio el día de la batalla de Bader.
La razón de la felicidad que sintieron los creyentes cuando se cumplió esta profecía fue que, como lo dijimos, los bizantinos eran cristianos, por lo que los sentían más cercanos a ellos que los persas que eran idólatras. Además, porque estaban compensando la tristeza que habían sentido cuando perdieron y fueron los idólatras de La Meca quienes se alegraron entonces. Pero sobre todo, la alegría los inundó porque se estaba presenciando un hecho milagroso del Corán que corroboraba la veracidad de la misión del Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, ya que se había anunciado la ocurrencia de un hecho futuro, algo que nadie podía saber más que Al-lah, pero que definitivamente sucedió y dentro del tiempo establecido, menos de diez. Se dijo también que la alegría se dio debido a que los musulmanes vencieron a los idólatras de La Meca ese mismo día (en Bader).
Ibn ‘Atia dijo en su Tafsir: “La alegría que los creyentes sintieron puede ser por la victoria de los bizantinos sobre los persas, ya que en realidad era una victoria para el Islam, también porque habían vencido a los quraishíes en Bader o el día del pacto de Ar-Ridwan o porque estaban viendo el cumplimiento de la profecía anunciada en el Corán; esto definitivamente fue una victoria contundente”.
El anuncio de Al-lah en el Corán de que los bizantinos vencerían, después de su derrota, a los persas en “bidi’ sinin” es una prueba del milagro que es el Corán, además, es una confirmación de la veracidad de la misión del Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, porque esto ocurrió tal cual fue mencionado en los versos que Al-lah le reveló. Ibn Kazir dijo: “Esta es una promesa que Al-lah le hace a Su Profeta, la victoria de los bizantinos sobre los persas, hecho que iba a pasar con certeza”. As-Sa’di dijo: “Es un asunto que hace parte de lo oculto (conocimiento que solo Al-lah posee) y que se le estaba informando a Su profeta con detalles y el tiempo en el que sucedería”.