La creencia en la Unicidad repercute en todos los fundamentos y sistemas producidos por nuestra civilización. Por eso, hay unidad en su mensaje, unidad en su legislación, unidad en sus objetivos generales, unidad en la humanidad en general, unidad en la forma de vida y en el patrón de pensamiento. Los investigadores que estudian las artes islámicas han observado una unidad de estilo y gusto en los distintos tipos de arte, de modo que una pieza de marfil andalusí, una pieza textil egipcia, una pieza de cerámica siria y una pieza de orfebrería iraní, a pesar de las diferencias en sus formas y ornamentación, tienen el mismo estilo y característica.
2. La segunda característica de nuestra civilización es que es humana en sus inclinaciones y objetivos, y universal en su aspiración y mensaje.
El Corán declara la unidad de la humanidad a pesar de las diferencias en sus razas, lugares de origen y moradas. Al-lah dice: {¡Oh, seres humanos! Los he creado a partir de un hombre y de una mujer, y los congregué en pueblos y tribus para que se reconozcan los unos a los otros. El mejor de ustedes ante Al-lah es el de más piedad. Al-lah todo lo sabe y está bien informado de lo que hacen} [Corán 49:13].
Cuando el Corán declaró esta unidad universal de la humanidad con respecto a la verdad, la bondad y la dignidad, hizo de su civilización el factor que reunió todas las mentes brillantes de todas las naciones y pueblos sobre los que flameaba el estandarte del Islam. Por lo tanto, si bien cada civilización puede jactarse de sus brillantes hijos de una determinada nacionalidad, solo la civilización islámica puede enorgullecerse de las mentes brillantes de todas las naciones y pueblos que la edificaron. Pues Abu Hanifa, Malik, Ash-Shafi’i, Ahmad, Al Jalil, Sibawaih, Al Kindi, Al Ghazali, Al Farabi, Ibn Rushd (Averroes) y otros como ellos eran de diferentes orígenes, pero se encontraban entre las mentes brillantes a través de las cuales la civilización islámica brindó a la humanidad maravillosos aportes intelectuales del sano pensamiento humano.
3. La tercera característica de nuestra civilización es la forma en que dio importancia a los principios morales en todos sus sistemas y campos de actividad, y nunca abandonó estos principios ni los utilizó como medios para beneficiar a un estado, un grupo o un individuo. En el gobierno, en la ciencia, en la legislación, en la guerra, en la paz, en la economía, en la familia; prestó atención a estos principios morales en la legislación y en la aplicación de las leyes. En este campo alcanzó un nivel elevado que no ha sido alcanzado por ninguna civilización anterior o posterior. La civilización islámica dejó un legado en ese ámbito que merece ser admirado, pues solo ella, entre todas las civilizaciones, garantizó la felicidad del ser humano en el sentido más puro, sin ser contaminado con ninguna miseria.
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Civilización Islámica