La moderación en los gastos
Dijo Al-lah: {No seas avaro ni tampoco derrochador, porque te verás censurado [en el primer caso] y arruinado [en el segundo]} [Corán 17:29]. Ibn Kazir en su Tafsir dijo: “Al-lah llama en esta aleya a que se ahorre y prohíbe el derroche, sin caer en la tacañería”.
Dijo Al-lah: {[Los siervos del Misericordioso son] aquellos que cuando hacen una caridad no dan todo lo que tienen ni tampoco escatiman, sino que dan con equilibrio} [Corán 25:67]. Ibn Kazir dijo: “Es decir, no son derrochadores y tampoco tacaños, sino que dan de lo que tienen mesuradamente”. Y dijo también explicando {Da a los parientes lo que es su derecho, también al pobre y al viajero insolvente, pero no derroches} [Corán 17:26]: “Al ordenar que se cumpla con las obligaciones monetarias, Al-lah prohíbe el derroche e insta al equilibrio. Muy parecido a {Coman y beban con mesura, porque Dios no ama a los derrochadores} [Corán 7:31]”. Al Qurtubi, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, mencionó varias opiniones sobre el sentido de esta aleya, una de ellas es: “Con base en esto, lo correcto es no dar todo lo que se tiene en sadaqa y tampoco negar el derecho que tienen los necesitados de recibir ayuda, por eso el Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: ‘La mejor sadaqa es cuando la persona que la da deja para sí mismo y los suyos lo que necesitan, para no tener que pedir ayuda después’”.
La moderación en la práctica de adoración (‘ibada)
‘Aisha, que Al-lah esté complacido con ella, contó que había una mujer que la estaba visitando y en ese momento entró el Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y al verla le preguntó: “¿Quién es ella?”. ‘Aisha le respondió: “Fulana, que me está hablando de la oración que hace”. El Enviado de Al-lah dijo: “No se impongan en su práctica de adoración más de lo que pueden soportar. Por Al-lah, si quieren que Al-lah les dé Su recompensa continuamente, sean continuos en su adoración, pues la ‘ibada que más ama Al-lah es la que se hace con constancia”.
Anas Bin Malik, que Al-lah esté complacido con él, reportó que tres personas fueron a visitar las casas de las esposas del Profeta, para preguntar por la ‘ibada que el Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, acostumbraba a realizar, cuando ellas les respondieron lo que preguntaban, pareció que ellos vieron muy poco lo que él solía hacer y se dijeron entre ellos: “No somos como el Profeta de Al-lah, a quien Al-lah le ha perdonado todo lo que hizo y hará”. Entonces, uno de ellos dijo: “Yo rezaré toda la noche y no dormiré”; mientras que el otro añadió: “Yo ayunaré de seguido y no comeré”; y el tercero se sumó pretendiendo: “Yo haré votos de castidad”. El Profeta, al enterarse, fue donde ellos y les dijo: “¿Ustedes son los que pretenden tal cosa y tal otra? Pues sepan que yo soy la persona más piadosa y la que más teme a Al-lah, pese a eso, ayuno y como, oro y descanso, y tengo intimidad con mi mujer. Quien desdeñe mis actos, pues que sepa que no es de los míos”.
Anas Bin Malik reportó que el Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, entró a la musal-la y vio una cuerda que alguien había colgado, preguntó por quién la había colgado, y le respondieron que había sido Zainab, quien, al rezar y cansarse, se agarraba de ella para seguir orando. Entonces el Enviado de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “¡Suelten ese lazo! Recen lo que puedan y, si se cansan, hagan una pausa y reposen”.
Dijo el Profeta de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Sean ecuánimes en su ‘ibada, hagan lo que esté dentro de sus posibilidades, adoren a Al-lah en el día, en la noche y antes de que llegue el alba. Sean moderados”.
Yabir Bin Samra, que Al-lah esté complacido con él, reportó que él rezaba con el Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y que sus oraciones, como sus sermones, eran moderados.
Abu Yuhaifa, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “El Profeta de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, hermanó (a su llegada a Medina) a Salman y Abu Ad-Darda’. Salman entró a la casa de Abu Darda’ y vio a su esposa, Um Ad-Darda’, desarreglada, entonces le preguntó: ‘¿Por qué no te arreglas mujer?’, le respondió: ‘Porque tu hermano Abu Ad-Darda’ no tiene deseos ni pasiones y está entregado por completo a la adoración’. Salman preparó comida e invitó a su hermano a comer, y le dijo: ‘¡Come!’, a lo que Abu Ad-Darda’ replicó: ‘No, estoy ayunando’. Salman le dijo: ‘Si no comes, yo no comeré’, así que comió. Se fueron a dormir y más tarde se levantó a rezar, pero Salman lo mandó a dormir y así lo hizo. Poco después nuevamente quiso rezar, pero Salman otra vez le pidió que durmiera y volvió a dormir. Al llegar el último tercio de la noche, Salman se levantó y le dijo: ‘Ahora sí, levántate’, y ambos rezaron, y luego le dijo: ‘Tienes obligaciones para con Al-lah, pero también las tienes para contigo mismo y para con tu familia; así que cumple con las obligaciones que tienes para con todos de la mejor forma’. Abu Ad-Darda’ le informó al Profeta de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, lo que Salman le había dicho y el Enviado de Al-lah le dijo: ‘Salman tiene razón’”.
Los salaf y la moderación
Los salaf son reconocidos por su moderación en todo asunto, dentro de sus consejos encontramos:
Ali Bin Abu Talib, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “Las mejores personas son las moderadas, por eso son queridas por la gente”.
Ibn ‘Abbas, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “Una persona moderada jamás será arrogante”.
Wahab Bin Munabih, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo: “Todo asunto tiene dos extremos y un centro, si se va por alguno de los extremos se pierde el equilibrio, contrario a si se mantiene en el centro. Así que no pierdas el equilibrio”.
Al Hasan Al Basri, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo: “El mejor de todos los asuntos es el que se basa en la moderación”.