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Él afecto divino: Sentir el amor de Al Wadud (parte 2 de 4)

El afecto divino: Sentir el amor de Al Wadud (parte 2 de 4)

El amor de Al-lah por los creyentes
Los creyentes se benefician de la misericordia general de Al-lah de la misma forma que todas Sus criaturas, pero son recompensados aún más con Su amor especial en esta vida y en el Más Allá por su fe, buenas acciones y corazones puros. Al-lah envió al Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, como el Último Mensajero para la humanidad, con el Corán y la Sunna auténtica, con los cuales cualquiera puede acercarse a Al-lah y recibir Su amor completamente.
Al-lah dice: {Di: “Si verdaderamente aman a Dios, ¡síganme!, que Dios los amará y perdonará sus pecados”. Dios es Absolvedor, Misericordioso} [Corán 3:31].
El Corán describe las características personales de aquellos dignos del afecto de Al-lah, lo cual es una recompensa especial reservada en el Más Allá para aquellos que creen en Él. Al-lah ama a quienes siguen al Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él [Corán 3:31], aquellos que son conscientes de Él y Le temen [Corán 3:76], aquellos que confían en Él [Corán, 3:159], aquellos que se comportan de la mejor forma [Corán 2:195], aquellos que son justos [Corán 60:8], aquellos que se arrepienten y purifican sus corazones [Corán 2:222], y aquellos que son pacientes [Corán 3:146]. Por el contrario, Al-lah no ama a aquellos que descreen de Él [Corán 3:32], aquellos que son injustos con Él [Corán 2:276], aquellos que esparcen la corrupción [Corán 5:64], aquellos que trasgreden los límites [Corán 2:190], aquellos que engañan [Corán 8:58], los que son arrogantes [Corán 16:23], aquellos que son orgullosos y jactanciosos [Corán 4:36], los extravagantes [Corán 7:31], y aquellos que perjudican a los demás [Corán 3:140]. Al-lah ama a los creyentes y los recompensa en la Otra Vida siempre que se comporten correctamente, y al mismo tiempo odia sus pecados y Se reserva el derecho de castigarlos como corresponde. En cuanto a los incrédulos que no tenían excusa para su mal comportamiento, no recibirán amor de parte de Al-lah en la próxima vida si mueren sin fe. Si nunca se molestaron en corresponder a la misericordia de Al-lah con ellos en este mundo amándolo genuinamente, ¿por qué deberían ser recompensados en el Más Allá?
Señales del amor de Al-lah
Nunca podremos saber realmente a quién ama Al-lah, aparte de los profetas o de aquellos nombrados específicamente por los profetas, ya que el juicio final de cada uno está en un mundo oculto y solo será revelado en el Más Allá. Sin embargo, hay señales en esta vida de que Al-lah ama a un creyente en particular o de que nos ama. Al Gazali describió las características más salientes de los creyentes a los que Al-lah ama: “El amor de Al-lah por un siervo consiste en acercarlo a Él repeliendo las distracciones y los actos pecaminosos de desobediencia, al purificar su espíritu de las confusiones del mundo, y al levantar el velo sobre su corazón hasta que dé testimonio de Su existencia como si Lo pudiera ver con su propio corazón” (Ihia ‘Ulum Ad-Din).
El amor de los creyentes por Al-lah no es simplemente un sentimiento, implica acción. Cuando son inspirados por Al-lah a realizar actos de adoración, dar caridad o comportarse con buen carácter, todas esas son señales de que Al-lah los ama por su fe en Él y, al mismo tiempo, son expresiones de su amor por Él. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo, “Si Al-lah quiere el bien para el siervo, lo pone en acción”; le preguntaron, “¿Cómo se pone en acción, oh, Mensajero de Al-lah?”; él respondió: “Es guiado a las buenas acciones antes de morir” (At-Tirmidhi). Es así como Al-lah guía hacia el bien a los siervos que ama, comenzando con lo más importante, los actos de adoración obligatorios, y luego avanza desde ahí para sumar todo tipo de virtudes voluntarias. A medida que el siervo se acerca a Al-lah, Él lo ama más y más hasta que Su guía domina su vida.
El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Al-lah, Todopoderoso, dijo: ‘Mi siervo no se acerca a mí sino a través de lo más amado para Mí, que son los deberes que le impuse. El siervo sigue acercándose a Mí con buenas acciones adicionales hasta que lo amo. Cuando lo amo, Soy sus oídos con los que escucha, su vista con la que ve, su mano con la que golpea, y su pie con el que camina. Si me pide algo, se lo concedo. Si me pide refugio, se lo concedo” (Bujari).
Al describir este estado espiritual de ser amado por Al-lah, Al Gazali dijo: “Al-lah se hace cargo de los asuntos internos y externos (del creyente), en privado y en público. El siervo se dirige a Él para que arregle sus asuntos y embellezca su carácter, para que le permita usar su cuerpo, y para que lo dirija en lo interno y lo externo. (El creyente) se preocupa de una sola cosa –el Más Allá– y Al-lah hace que este mundo sea odioso para su corazón. Al-lah lo separa de los demás. Lo pone a gusto con la conversación privada en soledad con Él. Levanta el velo entre él y la conciencia de Él. Estos y otros similares son signos de que Al-lah ama a un siervo” (Ihia ‘Ulum Ad-Din).
El mero hecho de poder practicar el Islam es una señal de que Al-lah nos ama. Ese amor se manifiesta también en nuestras acciones, en nuestro carácter, adoración y buenos actos. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Las personas más amadas por Al-lah son las de buen carácter” (Ibn Hibban). Cuando vemos creyentes con buen carácter ante los demás y ante Al-lah, eso es una señal de que Al-lah los ama. Cuando encontramos estas buenas cualidades en nosotros mismos, esto es una señal de que Al-lah nos ama, y es una bendición por la cual debemos estar agradecidos y debemos alabar a Al-lah, no es algo por lo cual jactarnos.
Los buenos modales son una característica de un buen creyente, y son otra señal de su amor por Al-lah y del amor de Al-lah por él. La amabilidad (ar-rifq) es una cualidad que Al-lah posee y que ama encontrar en la conducta de los siervos. El Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Ciertamente, Al-lah es Amable y ama la amabilidad en cada asunto” (Bujari). Y también dijo: “No se encuentra la amabilidad en algo sin que lo embellezca, y no desaparece de algo sin que sea una desgracia para ello” (Muslim). El Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, le dijo en una ocasión a su compañero Al Ashayy ‘Abd Al Qais: “Ciertamente, tú posees dos cualidades amadas por Al-lah, son el autocontrol y la paciencia” (Muslim). Y también dijo: “Ciertamente Al-lah es Generoso. Ama la generosidad y un buen carácter, y detesta la mezquindad” (Al Baihaqi). Al-lah ama que Sus siervos interactúen con la gente con buenos modales, entonces es otra señal de Su amor por ellos cuando les facilita hacerlo.
Los mejores hábitos religiosos ante Al-lah son los consistentes, tal como dijo el Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Las acciones más amadas por Al-lah son las que se realizan regularmente” (Muslim). Al-lah ama que los creyentes armen rutinas beneficiosas, incluso si son pequeñas acciones. Esto puede ser algo tan simple como recitar Aiat Al Kursi todas las noches antes de dormir, o algo más grande como realizar las oraciones nocturnas (qiam al-lail). Para tener el amor de Al-lah debemos elegir una buena acción que podamos realizar continuamente. Le preguntaban frecuentemente al Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, sobre cuál es la obra más amada por Al-lah, o en qué debían enfocarse. En su sabiduría profética él siempre dio diferentes respuestas basado en cada situación individual. Las mejores acciones para realizar son las que el Profeta elogió, pero también son aquellas que podemos realizar siendo realistas y sin perder el ritmo. Una vez que consolidamos nuestra rutina podemos añadir más y más a medida que mejoramos sistemáticamente nuestro espíritu. Como mencionamos antes, los creyentes se acercan a Al-lah a través de acciones voluntarias (además de las obligatorias) hasta que Al-lah los ama y se vuelve su Aliado. Sea lo que sea que escojamos, debemos hacerlo de la mejor forma posible. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Ciertamente Al-lah es Excelente y ama la excelencia” (At-Tabarani). Esto es cierto para todo lo que hacemos en la vida, sea en la adoración, la escuela, el trabajo, etc. Al-lah ama que pongamos nuestro mejor esfuerzo y hagamos todo lo más perfecto posible.
Otra importante señal del amor de Al-lah son las dificultades que Él, en Su sabiduría infinita, impone a los creyentes para purificarlos de pecados y sacar lo mejor de ellos. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo al respecto: “Si Al-lah ama a alguien, lo pone a prueba” (Ahmad). Esto puede parecer contradictorio si solo lo vemos desde una perspectiva mundanal, sin embargo, este mundo es solo una parte de la historia, el final de esta ocurrirá en el Más Allá en el Día del Juicio, cuando se decida el destino final de la gente. Lo que puede parecer “malo” en esta vida es realmente bueno para un creyente, como nos informó el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “La amargura del mundo es dulzura en el Más Allá” (Ahmad). Quizás perdimos un buen trabajo que disfrutábamos o sufrimos una crisis de salud seria. Sin duda eso aparenta ser malo en la superficie, y lo es en tanto y en cuanto no son cosas deseables en sí mismas, pero Al-lah sabe que esa prueba en particular es buena para nuestro desarrollo espiritual. Puede que deseemos algo muy preciado para nosotros en este mundo, pero Al-lah lo aleja de nosotros porque nos ama. El Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Ciertamente Al-lah, Altísimo, pondrá a Su siervo fiel en una dieta de este mundo cuando lo ama, tal como ustedes ponen en dieta de comida y bebida a alguien enfermo para que mejore” (Ahmad). No podemos tener una visión más amplia de lo que ocurre en el Más Allá, por lo que parte de la verdadera fe es confiar en que Al-lah decreta lo mejor para nosotros.
La dificultad en esta vida funciona como expiación de los pecados que comete el creyente. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Ninguna calamidad, enfermedad, ansiedad, dolor, daño o preocupación, ni siquiera lastimarse con una astilla, afligen al musulmán sin que Al-lah expíe sus pecados con ello” (Bujari). De esta forma, cualquier dificultad que nos molesta en esta vida es buena para nosotros, siempre y cuando tengamos paciencia para soportarla. El Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Qué sorprendente es el caso del creyente, ya que hay bien para él en cada asunto, y esto es así solo para él. Si experimenta placer, le agradece a Al-lah y eso es bueno para él. Si experimenta una dificultad, muestra paciencia y eso es bueno para él también” (Muslim).
Así, cuando el creyente es afligido por dolor, sufrimiento o preocupación, tiene fe de que Al-lah ha decretado esa situación por su beneficio, o sea, expiar sus pecados “como si fueran hojas que caen de un árbol” (Bujari). Esto es una señal del amor de Al-lah, no de Su ira.
En el espíritu optimista de la fe, una prueba es vista como una oportunidad de ser recompensados por la paciencia. De hecho, la dificultad a menudo saca lo mejor de la gente. Una de las palabras coránicas para “prueba” es fitna, relacionada con un término de metalurgia que indica “lo puso en el fuego, es decir, el oro y la plata, para separar o distinguir lo malo de lo bueno” . De la misma forma que un herrero coloca oro puro en el fuego para destilarlo de la roca, Al-lah impone pruebas a los creyentes para llevarlos a su mejor comportamiento. Los mejores ejemplos, por supuesto, son el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y sus compañeros, cuya fe fue refinada por la persecución que sufrieron a manos de sus enemigos. Sabemos que Al-lah los amaba mucho y, por ese motivo, los probó severamente; cada generación subsiguiente de musulmanes se benefició de las lecciones que ellos aprendieron. Pese a ello, no debemos buscar las pruebas o la dificultad porque no sabemos cuál de ellas podremos sobrepasar. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Bendito sea aquel libre de pruebas” (Abu Dawud). La facilidad es una inmensa bendición de Al-lah por la cual debemos estar agradecidos y debemos retribuir obedeciéndole.
Otra señal significativa del amor de Al-lah por los creyentes es el amor que ellos sienten por otros creyentes. Si un creyente es amado y estimado por la gente de su comunidad, eso indica que Al-lah lo ama y está complacido con él. Al-lah dice: {El Compasivo hará que quienes hayan creído y obrado rectamente sean amados [por la gente]} [Corán 19:96].
El Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, explicó en detalle cómo funciona esto en lo Oculto: “Cuando Al-lah ama a un siervo, llama a Gabriel y le dice: ‘Ciertamente amo a esta persona y tú debes amarla también’. Entonces Gabriel la ama y hace un anuncio en los cielos diciendo: ‘Al-lah ama a esa persona y ustedes deben amarlo también’. De esa forma los moradores de los cielos la aman y es honrada en la Tierra” (Al Bujari).
De esta manera la buena reputación de un creyente es una señal del amor de Al-lah por él. Esto es particularmente cierto en el contexto del rezo funerario. El Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Cuando cuatro personas atestiguan el bien de un musulmán, entrará al Paraíso”. Los compañeros dijeron: “¿Y si son tres?”. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Incluso tres”. Preguntaron: “¿Y dos?”. Él dijo: “Incluso dos” (Al Bujari). Si un musulmán deja una buena impresión incluso solo en dos creyentes (que sean consistentes en su estado), entrará al Paraíso como recompensa.
A veces los signos del amor de Al-lah por un creyente son tan abrumadores que son imposibles de negar. Se relata que alrededor de dos millones y medio de musulmanes rezaron por el Imam Ahmad en su funeral (Ibn Kazir). Sus trabajos son aún hoy beneficiosos para innumerables musulmanes. Grandes imames, sabios y musulmanes piadosos han logrado hazañas similares a través de la historia islámica, lo cual sugiere fuertemente que Al-lah los amaba y estaba complacido con ellos.
No podemos decir a ciencia cierta a quién ama Al-lah a menos que esté mencionado en la revelación divina, ni debemos exagerar el estatus de ningún creyente en particular, ya que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, nos dijo: “Si uno de ustedes inevitablemente elogia a su compañero, que diga: ‘Lo considero bueno y Al-lah lo juzgará. No puedo dar testimonio de la pureza de nadie ante Al-lah, pero lo considero bueno hasta donde sé’” (Al Bujari). Sin embargo, las señales del amor de Al-lah por un creyente nos pueden dar bastante seguridad con respecto a de quién debemos aprender el Islam y con quién deberíamos pasar nuestro tiempo.
 

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