{¡Oh, creyentes! Si se os presenta alguien corrupto con alguna noticia, corroborad su veracidad, no sea que perjudiquéis a alguien por ignorancia, y luego [de haber comprobado que era una noticia falsa] os arrepintáis por la medida que hubiereis tomado.} [Corán 49:6]
El engaño es una herramienta necesaria para que tenga éxito la maldad. Afortunadamente, la mayoría de nosotros no estamos tan corrompidos como para apoyar la injusticia abierta y la brutalidad; pero debemos ser engañados, de una u otra manera, para apoyarla cuando se camufla en una ilusión de justicia y benevolencia.
Mientras es realmente cierto que el arte del engaño se haya vuelto tremendamente sofisticado y, de hecho, ha penetrado en la sociedad moderna; es igualmente cierto que la naturaleza fundamental del engaño, que son los tipos de trucos generalmente usados, los métodos, las metas, y las cualidades que hacen susceptibles al engaño, realmente no han cambiado en los últimos milenios.
Las diversas formas de engaño y manipulación que proveen la base para las modernas tretas propagandísticas y relaciones públicas son señaladas por Al-lah en el Corán en numerosos pasajes, proveyendo a los creyentes de todas las épocas los medios necesarios para que puedan evitar ser engañados, ser desviados, y ser engañosamente inducidos a aceptar una versión deformada de la realidad.
Examinemos solamente algunos ejemplos selectivos de las tácticas de engaño expuestas en las diversas historias que Al-lah Narra en el Corán para advertir e instruir a los creyentes, y prestemos atención sólo a dos casos en particular que son relevantes e informativos.
La traición de los hermanos de Yusuf
Dos de los más audaces y siniestros casos, que se repiten en estos tiempos respecto a la mentira, ocurrieron en la historia del Profeta Yusuf, la paz sea con él, y estos serán el objetivo de nuestro análisis.
Los hermanos de Yusuf, envidiosos del gran amor que sentía su padre, Yaqub, por Yusuf, la paz sea con ambos, tramaron para matarlo o expulsarlo:
{Matad a Yusuf o desterradlo para que la atención [y el amor] de vuestro padre sea sólo para vosotros, y luego [de haberlo eliminado arrepentíos y así] os contaréis entre los virtuosos [nuevamente].} [Corán 12:9]
Yaqub, aparentemente, tuvo cuidado con las intenciones de sus otros hijos hacia Yusuf; con anterioridad advirtió a su hijito para que no les relatara el sueño profético que tuvo por miedo a que se pondrían celosos, y ellos mismos se refieren a la desconfianza de Yaqub respecto a ellos, y esto provee nuestro primer ejemplo de engaño: {Dijeron: ¡Oh, padre! ¿Por qué no confías en nosotros respecto de Yusuf, si en realidad somos bien intencionados con él?} [Corán 12:11]
Esta declaración solamente demuestra dos de las más astutas técnicas de manipulación frecuentemente empleadas ahora evidente en los medios de comunicación persuasivos de propaganda gubernamental para hacer publicidad y es digno de analizar.
Los hermanos empiezan dejando entrever que hay algo malo con su padre; no sólo sugiriendo que él no confía en ellos, sino que esta desconfianza indicaba una falla en su juicio y no en la fiabilidad de ellos. Entonces, declaran la pureza de sus intenciones: {…si en realidad somos bien intencionados con él…}, no sólo autodefiniendo y autodefendiendo sus propios carácteres, sino que también haciendo hincapié en la ofensiva e intensificando la reprimenda subyacente de su padre, quién, y esto debe ser mencionado, no había dicho nada sobre su desconfianza en ellos hasta ahora. Ellos comenzaron con una acusación, inmediatamente tratando de crear una postura defensiva en su padre, un sentimiento quizás de culpabilidad, eso haría que se inclinara a concederles su petición si sólo probara su acusación falsa.
Es una manipulación artera e insidiosa: insinuar una falla o un defecto, imponer un sentimiento de culpabilidad o falta de adecuación o incluso de indignación, y entonces, como veremos que hicieron los hermanos, proponen un medio por el cual el sentimiento puede ser desmentido o remediado tomando una acción.
Esta técnica es aplicada tan ampliamente en la sociedad moderna, que difícilmente puede ser catalogada. Ya sea que pueda ser observada sobre la escala de las políticas nacionales donde, por ejemplo, una población quizás es persuadida de que está siendo amenazada o que corre algún riesgo, y debería ceder ante ciertas medidas restrictivas de las políticas de estado, las cuales, después de todo, sólo están tratando de protegerlos; o si es aplicada en un asunto tan mundanal como la publicidad, donde los consumidores son convencidos de que tienen mal aliento, olor en el cuerpo, o los dientes apenas blancos, “defectos” que sólo pueden corregirse comprando determinados productos, la táctica es la misma.
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Otras partes:
El arte del engaño: ¿Un nuevo fenómeno? (parte 2 de 3)
El arte del engaño: ¿Un nuevo fenómeno? (parte 3 de 3)