Pasó una procesión fúnebre y los Compañeros, que Al-lah esté complacido con ellos, elogiaron al difunto. Entonces el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Ha sido afirmado”. Luego pasó otro funeral y los Compañeros, que Al-lah esté complacido con ellos, hablaron mal del difunto. Entonces el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Ha sido afirmado” . En esto, Omar ibn Al Jattab, que Al-lah esté complacido con él, le preguntó al Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam: “¿Qué ha sido afirmado?” El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Ustedes elogiaron a este, de modo que el Paraíso ha sido afirmado para él; y han hablado mal de este otro, de modo que el Infierno ha sido afirmado para él. Ustedes son los testigos de Al-lah en la tierra”. [Bujari y Muslim].
El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, nos animó a acompañar las procesiones fúnebres e indicó la virtud de hacerlo, cuando dijo: “Quien asista a la oración fúnebre hasta que ésta termine recibirá una Qirat [como recompensa], y quien asista a ella hasta que el difunto sea enterrado recibirá dos Qirats” . Le preguntaron: “¿Qué son dos Qirats?” Él, sallallahu ‘alaihi wa sallam, respondió: “Son como dos grandes montañas”. [Bujari y Muslim]
Hay etiquetas fúnebres que los musulmanes deben observar con respecto a la persona fallecida. Las siguientes son algunas de las más importantes:
• Recordarle al moribundo el testimonio de fe
Si alguien está presente cuando una persona está muriendo, debe decirle: “Di: ‘Nadie merece alabanza sino sólo Al-lah”, como dijo el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam: “Recuérdale a los moribundos decir: ‘Nadie es digno de alabanza excepto Al-lah’”. [Muslim] El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, también dijo: “Aquel cuyas palabras finales sean ‘La ilaha ila Al-lah’ (es decir, ‘nadie es digno de alabanza excepto Al-lah’) entrará al Paraíso”. [At-Tirmidhi y Al Hakim]
• Cubrir al difunto y cerrarle los ojos
Lo primero que un musulmán debe hacer cuando alguien muere, es cerrarle los ojos y cubrir su cara. “Cuando el alma es tomada, la vista se desprende” . [Muslim]
• Ser paciente, alabar a Al-lah y decir: “En realidad pertenecemos a Al-lah, y en efecto a Él retornaremos”
Un musulmán debe ser paciente cuando uno de sus parientes o conocidos muere. Uno debe decir: “En realidad pertenecemos a Al-lah, y en efecto a Él retornaremos; oh, Al-lah, recompénsame por mi aflicción y concédeme lo mejor” . [Muslim]
Uno también debe decir: “La hawla wala kuwata illa bil-lah al-‘Ali-il ‘Adim (no hay poder ni fuerza sino en Al-lah, el Exaltado, el Grande)”, luego invocar a Al-lah, el Altísimo, por el muerto. Cuando el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, visitó a Abu Salamah, que Al-lah esté complacido con él, mientras este estaba muriendo, le cerró los ojos y dijo: “Cuando el alma es llevada, la vista la sigue”.
Algunas personas de la familia de Abu Salamah hicieron alboroto (después de su muerte), así que el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Invoquen a Al-lah sólo con lo bueno para que los ángeles digan ‘Amín’ a lo que ustedes dicen”, luego él, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “¡Oh, Al-lah!, perdona a Abu Salamah y eleva su rango entre aquellos que están bien dirigidos, y concédele un sucesor entre sus descendientes que quedan. Perdónanos y a él, oh, Señor del universo, haz espaciosa su tumba y concédele luz en ella” . [Muslim]
• Derramar lágrimas
Esto no contradice el ser paciente o la sumisión a lo que Al-lah, el Todopoderoso, prescribe, ya que el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, derramó lágrimas cuando murió su hijo Ibrahim. Dijo: “Los ojos están llorosos y el corazón entristecido, y no diremos más que lo que agrada a nuestro Señor. ¡Oh, Ibrahim!, en verdad estamos afligidos por tu separación de nosotros” . [Bujari y Abu Dawud]
Lo que está prohibido es lo que no tiene bases en la Shari‘ah, tal como abofetearse, desgarrar sus ropas y decir palabras que son similares a las que decía la gente de la Yahiliyah (período preislámico).
• Preparar rápidamente al difunto
Los musulmanes deben lavar rápidamente el cuerpo, aplicar perfume (como alcanfor) y cubrirlo. La única excepción a esto es el mártir que muere en el campo de batalla a manos de los incrédulos; él no debe ser lavado ni envuelto. Es enterrado con la misma ropa que llevaba cuando fue martirizado, pues Al-lah, el Todopoderoso, lo resucitará el Día del Juicio con el aroma del almizcle procedente de su cuerpo.
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