HIJO: Papá, ¿hay más cosas que puedan ayudar a aumentar la fe?
PADRE: Uno debe recordar que estará de frente a Al-lah en el Día de la retribución, cuando todos los secretos sean expuestos. Nada se Le podrá ocultar y las bocas de los creyentes serán selladas para que sus miembros testifiquen contra ellos. Al-lah dice: {Y cuando estén a punto de ser arrojados en él, entonces atestiguarán contra ellos sus propios oídos, ojos y pieles todo lo que cometieron} [Corán 41:20]. Ahora déjame preguntarte: ¿es posible que una persona cometa un pecado sin que estén sus miembros con él? Al-lah responde a esta pregunta en el Noble Corán: {No pudieron esconderse de los oídos, los ojos y la piel que atestiguarán en su contra. Pensaban que Dios ignoraba gran parte de lo que hacían} [Corán 41:22].
HIJO: ¿Hay algo más?
PADRE: Sí, hijo. El creyente debe recordar lo que Al-lah tiene guardado el Día de la Resurrección para los que obedecen Sus mandamientos y evitan lo que les prohíbe.
HIJO: ¿Te refieres a las huríes, las doncellas del Paraíso?
PADRE: ¡Exacto! Son las castas mujeres del Paraíso a las que se describe en el Noble Corán diciendo: {Las creé [a las mujeres del Paraíso] de manera especial, vírgenes, amorosas y siempre con la misma edad} [Corán 56:35-38].
Se cita al Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, describiéndolas así: “El primer grupo de gente entrando al Paraíso brillaran como la luna llena. No escupirán ni sonarán sus narices ni tendrán que hacer sus necesidades. Sus utensilios allí serán de oro y sus peines de oro y plata. En sus incensarios arderá el aloe y su sudor tendrá el perfume del almizcle. Cada uno de ellos tendrá dos esposas. Será tanta su belleza que el tuétano de sus huesos podrá verse a través de la carne de sus muslos. No tendrán disputas ni odio entre ellos. Sus corazones serán como un corazón y glorificarán a Al-lah por la mañana y por la tarde” (Bujari).
HIJO: ¿Qué más, papá?
PADRE: Debes encomendarte a Al-lah como hizo el Profeta José, la paz de Al-lah sea con él, cuando la mujer para quien trabajaba lo quiso seducir. El Corán nos cuenta esto así: {Dijo [José]: “¡Señor mío! Prefiero la cárcel a caer en lo que estas mujeres me proponen; pero si no apartas de mí su acoso, cederé a sus encantos y cometeré una estupidez”} [Corán 12:33].
Hijo mío, dirígete a tu Señor, levanta tus manos humildemente a Al-lah en súplica y verás que Al-lah no defrauda a quienes Le ruegan.
También, debes fortalecer tu voluntad. Debes adiestrarte para lidiar con los deseos incontrolables, nunca debes rendirte a ellos. Debes saber que esto exige mucha preparación porque estás luchando contra tus instintos más peligrosos, que son amplificados y promovidos por el maldito Satanás.
HIJO: ¿Eso es todo?
PADRE: No, hijo, queda un tema muy importante que siempre fue enfatizado por el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él.
HIJO: Te refieres al matrimonio, ¿no es así?
PADRE: Claro que sí, hijo, que Al-lah te dé éxito en tu vida. El matrimonio le permite a uno disfrutar de lo que Al-lah le hizo permitido, y con seguridad te ayudará a evitar caer en placeres prohibidos.
Si alguien de tu edad no tiene aún condiciones para casarse, deberá observar el ayuno en los días que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, recomendó, como el lunes y el jueves y otros convenientes. El ayuno, como sabes, inyecta piedad en el corazón. Al-lah dijo: {¡Oh, creyentes! Se les prescribe el ayuno al igual que fue prescrito a quienes los precedieron, para que alcancen la piedad} [2:183]. El ayuno refuerza la voluntad y la determinación, y lo califica a uno para vencer sus instintos más bajos.
HIJO: Papá, ¿qué hay respecto a la masturbación?
PADRE: Es un hábito abominable y pecaminoso, prohibido por el Corán y la Sunnah. Al-lah dice: {Los que preservan su sexualidad al ámbito conyugal…} [Corán 70:29-30]. Esta aleya indica que los verdaderos creyentes deben guardarse de cometer actos pecaminosos con sus órganos sexuales.
La masturbación afecta también a la salud de forma negativa y es causa de problemas psicológicos, como la depresión y la ansiedad. La eyaculación causada por masturbación puede generar remordimiento y sentimientos de culpa. Lo que es peor es que algunos practican este hábito en lugares donde no pueden tomar un baño para retirar el estado de impureza espiritual y esto causa que se pierda los rezos en su horario o que los realice estando impuro, por lo tanto será un pecador.
HIJO: ¿Y cómo se puede abandonar ese hábito dañino?
PADRE: Para abandonarlo se deben practicar algunas cosas. Primero: fortalecer su fe en a Al-lah. Segundo: guardar su mirada y evitar pensamientos carnales. Tercero: evitar quedarse solo. Cuarto: ocuparse con actividades beneficiosas, como leer, deportes útiles y otras.
Extraído con arreglos de: ¡Hijo mío! Te convertiste en adulto, de Mohammed Ad-Dawish.
Continuar con las demás partes:
El problema del deseo carnal, diálogo entre padre e hijo (parte 1 de 3)
El problema del deseo carnal, diálogo entre padre e hijo (parte 2 de 3)