Los textos islámicos constatan y confirman contundentemente que la fe puede aumentar cuando el creyente cumple con sus obligaciones y realiza actos de bien sinceramente por Al-lah, y si continúa con esta conducta, su fe se incrementará hasta alcanzar niveles muy altos de afianzamiento y perfección.
Así como el Corán estableció este principio, la Sunnah también confirma el hecho del aumento y la disminución de la fe, y que esto depende de la forma en que obre la persona.
La forma en que este principio es expuesto en los hadices varía según los términos que se usan, pero todos indican que es un hecho confirmado. Una de estas expresiones es “la perfección de la fe”, como en el hadiz de Abu Umamah, que Al-lah esté complacido con él, en el que mencionó que el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Quien ame por Al-lah, aborrezca por Al-lah, dé por Al-lah, deje de dar por Al-lah, logrará perfeccionar su fe” (Ahmad y Abu Dawud).
Por su parte, Abu Hurairah, que Al-lah esté complacido con él, relató que el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “El creyente con la fe más perfecta es el que tenga la mejor conducta y comportamiento” (At-Tirmidhi y Abu Dawud).
Los dos hadices anteriores usan claramente el término “perfección”, sin embargo, hay otros que con otras expresiones apuntan a ese mismo significado, como el reporte de Hudaifah, que Al-lah esté complacido con él, en el que relató que el Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Los corazones son puestos a pruebas con el pecado, la sedición y la desobediencia. Si los acepta, aparece un punto oscuro en él; pero si los rechaza, un punto luminoso irradia de él. De esta forma los corazones se diferencian, con la obediencia unos resplandecen, mientras que con el pecado ostros se oscurecen” (Muslim). Este hadiz nos indica que al realizar obras de bien el corazón se purifica, lo que por ende hace que la fe se perfeccione. Este sentido fue expresado por Ali Bin Abi Talib, que Al-lah esté complacido con él, quien dijo: “La fe es un punto resplandeciente en el corazón, cuanto más aumente la fe, más resplandecerá el corazón. Cuando la fe es completa, todo el corazón se ilumina. Mientras que la hipocresía es como un punto oscuro en el corazón, cuanto más se incremente la falsedad, más oscuro será el corazón. Cuando la hipocresía se completa, todo el corazón se oscurece. Por eso, si pudieran ver el corazón de un creyente lo verían resplandeciente; mientras que si vieran el de un hipócrita, su corazón sería sombrío”.
En otros reportes encontramos que el Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, estableció que al pecar el creyente pierde la perfección de su fe, como en el hadiz en el que Abu Hurairah, que Al-lah esté complacido con él, contó que el enviado de Al-lah dijo: “Cuando una persona comete adulterio o fornicación, pierde la perfección de su fe, igual que cuando roba o bebe embriagantes […]” (Bujari y Muslim). Sin lugar a duda, sabemos que al cometer alguno de los pecados capitales señalados en esta enseñanza no se cae en un acto de incredulidad, es decir, no hace que la persona cometa apostasía, sino que al caer en la inmoralidad su fe se reduce y pierde su perfección. Pero, aun así, sigue teniendo la oportunidad de recuperarse de esa caída por medio del arrepentimiento, el cual es el camino que lleva al pecador a recobrar su estado inicial de fe e incluso a superarlo.
Además de lo anterior, la Sunnah nos indica que el grado de fe marca la diferencia entre las personas, haciendo que unas sobresalgan sobre las otras. Abu Sa’id, que Al-lah esté complacido con él, relató que el enviado de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “En el sueño vi que había personas que pasaban en frente mío con batas de diferentes tamaños, unas más largas y cortas que otras; y pasó Omar Ibn Al Jattab con una tan larga que se arrastraba”. Le preguntaron: “¿Qué significado tiene la bata?”; respondió: “La religión (la fe)” (Bujari y Muslim).
En cuanto a la diferencia que hay en las obras, que al fin y al cabo son el fruto de la fe, el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Quien vea una mala acción que la corrija con sus manos (haciéndolo físicamente); si por algún motivo no puede hacerlo así, que lo haga con sus palabras; y si no le es posible de esa forma, entonces que lo haga en su corazón, y eso ocurre cuando la fe de la gente es muy débil” (Muslim).
Otros tendrán el privilegio de merecer el Paraíso y entrar en él directamente, sin rendición de cuentas y sin castigo, tal como se encuentra en el hadiz registrado por Bujari en el que se menciona que setenta mil musulmanes gozarán de esa gracia.
También habrá personas que sean más rápidas que otras a la hora de pasar sobre Sirat Al Mustaquim (el “puente” o camino que lleva del lugar donde se realiza el Juicio Final al Paraíso y que pasa sobre el Infierno), como se menciona en el reporte registrado por Ahmad en el que el Profeta dice que algunos pasarán tan rápido como el relámpago, otros como el viento, otros como caballos de carreras, etc.
Pero, además, esa bendición la recibirá gente que será merecedora del Infierno, como en el hadiz de Abu Sa’id, que Al-lah esté complacido con él, en el que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Una vez que los habitantes del Paraíso hayan entrado en él y los del Infierno estén allí, Al-lah ordenará que saquen del fuego a todo aquel que tenga el tamaño de un grano de mostaza de fe” (Bujari y Muslim).
De todo lo anterior se logra comprobar que la fe aumenta y, si aumenta, también disminuye. Además, este hecho anima al creyente que comete faltas a que se arrepienta sinceramente para que recupere su nivel de fe.