En el capítulo sexto del Corán, Al An’am (los rebaños), encontramos los tres versos siguientes:
1. {Él es Quien ha creado las estrellas para que puedan guiarse por ellas en la oscuridad de la tierra y del mar. Dios ha evidenciado los signos para quienes reflexionan} [Corán 6:97].
2. {Y Él es Quien los ha creado [a partir] de un solo ser, y les ha dado un lugar de estancia y otro de destino. Así ha evidenciado los signos para quienes comprenden} [Corán 6:98].
3. {He hecho descender agua del cielo con la cual hago brotar toda clase de vegetación, y de ella resulta la cosecha de la cual saco semillas. De los brotes de la palmera hago salir racimos de dátiles al alcance de la mano. Y [también hago brotar] plantaciones de vides, olivos y granados, [todos de aspecto] similar pero [de frutos con sabores] diferentes. Observen cómo es su fruto cuando aparece y luego cuando madura, en todo ello hay signos para quienes creen} [Corán 6:99].
Al analizar estas tres aleyas nos encontramos con que cada una de ellas menciona gente con características diferentes: los que reflexionan, los que comprenden y los que creen. El tema central de los versos es el mismo, entonces, ¿por qué su cierre es diferente?
Ibn Az-Zubair Al Garnati respondió a esta pregunta diciendo: “Al analizar la secuencia de estas aleyas, la cual inicia con lo que dijo Al-lah desde: {Dios hace que germinen el grano y la semilla […]} hasta: {Él es Quien ha creado las estrellas para que puedan guiarse por ellas en la oscuridad de la tierra y del mar} [Corán 6:95-97], encontramos que Al-lah se describe a Sí mismo con la característica del conocimiento, la cual es más noble y superior que el entendimiento, la reflexión y la comprensión, razón por la cual antepone Su omnisapiencia al entendimiento, la reflexión y la creencia misma del ser humano. Ibn ‘Ashur dijo que estas características son mencionadas para señalar la mala conducta de quienes, reconociendo los favores mencionados, actúan contrariamente al llamado hecho en estos versos.
{Y Él es Quien los ha creado [a partir] de un solo ser, y les ha dado un lugar de estancia y otro de destino. Así ha evidenciado los signos para quienes comprenden} [Corán 6:98]. La comprensión es necesaria para entender sucesos que no pueden ser percibidos por nuestros sentidos, tales como la formación del embrión y todo el proceso de su desarrollo. Ibn ‘Ashur aludió que la comprensión en este verso es una característica especialmente elegida por Al-lah, debido a la clase de señales a las que se anexó. Mientras las evidencias a las que se refiere el verso anterior son perceptibles, y es por eso que se llama a la reflexión sobre el beneficio que hay en ellas. Sin embargo, los que realmente se benefician de todas estas señales son los creyentes, quienes creen en Al-lah y en la resurrección”.
Abu Hilal Al ‘Askari por su parte resumió la respuesta a esa pregunta de la siguiente manera: “Quien asimila las señales que se mencionan en la primera aleya se hace un conocedor, un sabio. El que asimila las nombradas en el segundo verso es de aquellos que comprenden; y aquel que interioriza las señales mencionadas en la última aleya es un creyente”. Badr Ad-DinYama’a alude casi lo mismo a lo que ya hemos mencionado de las explicaciones dadas por los eruditos.