El Profeta de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, siempre estuvo a la vanguardia en todo lo que tenía que ver con el noble comportamiento, la moral y las buenas acciones, por eso Al-lah dijo: {Eres de una naturaleza y moral grandiosas} [Corán 68:1]. Una de las características que más destacaron su persona fue la misericordia y buen trato hacia sus sahabas, dijo Al-lah: {[Oh, Muhammad] Por misericordia de Dios eres compasivo con ellos. Si hubieras sido rudo y de corazón duro se habrían alejado de ti} [Corán 3:159].
Ejemplos del trato que tuvo hacia sus sahabas son incontables, pues siempre estaba pendiente de cubrir sus necesidades, participaba en sus celebraciones, sus bromas, su dolor y tristeza; aceptaba sus invitaciones, visitaba sus enfermos, iba a sus entierros y suplicaba por ellos y sus hijos. Sahl Bin Hanif, que Al-lah esté complacido con él, relató: “El Profeta de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, acostumbraba a visitar a los más débiles y necesitados, a los enfermos y asistía a los entierros” (Al Hakim). Anas, que Al-lah esté complacido con él, reportó: “El Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, acostumbraba a visitar a los ansar, saludaba a sus niños, les acariciaba la cabeza y suplicaba por ellos” (An-Nasa’i).
Los ejemplos de la piedad con la que el Profeta de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, trataba a sus sahabas, acompañándolos a ellos y a sus familias en los mementos de alegría y de tristeza, de lo que hacía para aliviar su dolor y aplacar sus penas. Uno de estos ejemplos, que mencionaremos a continuación es la forma en que actuó con la familia de Ya’far Bin Abi Talib, que Al-lah esté complacido con él, quien murió como mártir en la batalla de Mu’ta:
‘Abdul-lah Bin Ya’far, que Al-lah esté complacido con él, relató que el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, “envió un ejército bajo el mando de Zaid Bin Hairza y ordenó que si él moría Ya’far sería su remplazo; y en caso de que Ya’far fuera abatido, la responsabilidad pasaría a ‘Abdul-lah Bin Rawaha. Zaid tomó el estandarte, entró en el campo de batalla y allí murió. Ya’far, como era su obligación, alzó el estandarte, siguió luchando, pero también lo mataron, le siguió ‘Abdul-lah y pasó lo mismo, hasta que Jalid Bin Al Walid la tomó y Al-lah le dio la victoria. El Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, se enteró de lo sucedido, entonces se paró frente a la gente y, después de alabar a Al-lah, dijo: ‘Zaid estaba a cargo del ejercitó, lo guio en la lucha hasta que murió como mártir, por lo que Ya’far Bin Abi Talib tomo el estandarte, luchó y también lo mataron, ‘Abdul-la Bin Rawaha hizo lo mismo y tuvo el mismo destino; finalmente, Jalid Bin Al Walid, una de las espadas de Al-lah, llevó al ejército a la victoria con el favor de Al-lah’. Llamó a la familia de Ya’far y les dijo: ‘No lloren por mi hermano’. Pidió que me llevaran ante él y luego llamó al peluquero para que nos rasurara la cabeza y dijo: ‘Muhammad (Bin Ya’far) se parece a nuestro tío Abu Talib, y ‘Abdul-lah (Bin Ya’far) se parce a mí y tiene mi comportamiento’. Luego tomó mi mano, la alzó y dijo: ‘¡Oh, Al-lah! Hazlo un buen sucesor de Y’afar y bendice los pactos que realice’, hizo esta súplica tres veces. Nuestra madre, Asma’ Bint ‘Umais, le mencionó que habíamos quedado huérfanos de padre, y el Profeta le dijo: ‘¡¿Temes que pasen necesidad y pobreza, siendo que yo seré su wali en esta vida y en la del más allá?!’” (Ahmad y Al Albani dijo que era Sahih).
El Mensajero de Al-lah tranquilizó a Asma’ Bint ‘Umais, que Al-lah esté complacido con ella, esposa de Y’afar y madre de ‘Abdul-lah, haciéndole saber que él sería el protector de sus hijos, además, la súplica que hizo por ‘Abdul-lah fue respondida, pues él fue uno de los comerciantes más exitosos y ricos de su época, pero también uno de los más generosos y piadosos, tanto así que se convirtió en un ejemplo de altruismo; Ibn ‘Abdul Bar dijo: “Fue una de las personas más bondadosas, generosas y desprendidas, tanto así, que no hay nadie más bondadoso que él dentro de todos los musulmanes”. Adh-Dhahabi en Siar A’lam An-Nubala’ dijo: “Heredó el altruismo de su padre, cuando su padre murió como mártir en Mu’ta. El Profeta de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, fue quien se encargó de su crianza tras el martirio de su padre”. Al ‘Umari dijo: “Ibn Ya’far le había prestado a Az-Zubair dos mil. Cuando murió Az-Zubair, su hijo fue donde Ibn Ya’far y le dijo: ‘Encontré en los registros de mi padre que tú le debías dos mil’, a lo que él respondió: ‘El habló con la verdad’. Después de un tiempo, Ibn Az-Zubair se lo volvió a encontrar y le dijo que se había equivocado, que era su padre quien le debía ese dinero a él, e Ibn Ya’far le dijo que ese dinero era de su padre, pero este último le dijo que no quería nada”.
Además de la súplica que el Enviado de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, hizo por ‘Abdul-lah Bin Ya’far, estaba siempre pendiente de él, en Sahih Muslim se registró de ‘Abdul-lah Bin Ya’far, que Al-lah esté complacido con él, que dijo: “Cuando el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, arribaba de un viaje, los niños de Medina salían a su encuentro. En una ocasión, cuando llegó, me pasaron y él me alzó, luego le pasaron a uno de sus nietos y lo puso tras de él, y entró con nosotros a la ciudad montado en su camella”. ‘Abdul-lah Bin Ya’far, que Al-lah esté complacido con él, relató que en una oportunidad el Profeta de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, lo puso detrás de él en su bestia y le contó un secreto que nunca le contaría a nadie (Muslim).
Se preocupó por la alimentación de la familia del difunto (durante los días de duelo): “Preparen comida para la familia de Ya’far”
La Sunna establece que los vecinos o parientes de la familia del difunto les preparen alimentos para así ayudarlos y hacerlos sentir que están acompañados en momentos tan difíciles, además, en los días de duelo, la familia está ocupada en su dolor y recibiendo a las personas que vienen a darles el pésame, por lo que lo último que piensan es en la comida. Esta costumbre se sustenta en lo que el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, le pidió a sus sahabas cuando Ya’far murió: “Preparen comida para la familia de Ya’far, pues les acaeció un asunto que los tiene ocupados”. Ibn Taimia dijo: “Es recomendado preparar comida para los deudos del fallecido, tal como lo ordenó el Profeta de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, con la familia de Ya’far: ‘Preparen comida para la familia de Ya’far, pues les acaeció un asunto que los tiene ocupados’”. Ibn Al ‘Arabi dijo: “Es un principio de ayuda y participación en los momentos difíciles, pues su tristeza y dolor por la muerte de su ser querido los distrae y ocupa, así que otros deben ocuparse de su alimentación”. Ash-Shafi’i dijo: “Se aconseja que los vecinos o familiares de los deudos, les den de comer durante el día y la noche que sucede a la muerte de su ser querido. Esta comida los reconforta y fortalece, pues la tristeza que sienten y las personas que los visita para darles el pésame hace que lo último que piensen es en comer”. As-San’ani dijo: “En este relato hay una prueba de que la Shari'a establece como lícito reconfortar a la familia del fallecido, preparándoles la comida que necesitan y que no pueden cocinar ellos por sus ocupaciones por el duelo”.
Reflexión beneficiosa:
En la Sunna y la Sira del Profeta se establece el principio de colaboración con la familia del fallecido, prepararles comida, como una forma de establecer y fortalecer los lazos de solidaridad y amistad entre los miembros de la sociedad. Pero dicho principio no debe sobrepasar los límites establecidos y convertirse en una competencia por mostrar opulencia y capacidad, o que sean los mismos deudos del fallecido quienes preparan comida para quienes vienen a presentar sus condolencias. Costumbres como estas son una mala innovación que va en contra de lo establecido en la Sunna. As-Suiuti dijo: “Preparar la comida para la familia de un fallecido era algo natural y normal en un principio, pero luego la vanidad y la presunción se introdujo en esta costumbre, como lo vemos en nuestros días, generando un gasto y esfuerzo innecesario para quien se proponen hacerlo”. Ibn ‘Uzaimin, después de mencionar lo establecido en la Sunna, dijo: “No es algo que se deba hacer para todas las familias, solo para aquellas que están verdaderamente agobiadas con los asuntos del entierro y demás”.
Como dijimos en un principio, el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, fue un ejemplo de virtud y el mejor amigo de sus sahabas, cumplió él mismo con lo que dijo: “La forma en que los creyentes son misericordiosos y amorosos entre sí es comparable a un cuerpo, que si uno de sus miembros sufre una dolencia, el resto del cuerpo lo siente y se enferma” (Muslim).