El primer maestro tomó en consideración unos nobles principios educativos que pertenecían a las virtudes morales más altas y a la perfección intelectual. Estos principios eran evidentes cuando hacía un comentario relacionado hacia la actitud o comportamiento de uno de sus Sahabah, usando un método que hacía que la orientación se estableciera en sus corazones, y permaneciera siempre en sus mentes. Presentamos algunos de sus nobles principios que usó el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam:
a)- Animar y elogiar a quien realiza un acto de buena manera:
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, recurría a este método para que aumentara la dedicación de las personas y tuvieran ganas de aprender y aplicarse más, como hizo con Abu Musa Al Ash‘ari, que Al-lah esté complacido con él, elogiando su recitación y su buena voz al leer el Noble Corán. Fue narrado bajo la autoridad de Abu Musa, que Al-lah esté complacido con él, que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le dijo: "¡Si me hubieras visto, mientras yo escuchaba tu recitación ayer!.. De hecho, se te ha concedido una voz como la de Dawud (David), la paz sea con él." [Muslim].
b)- No reprochar a quien se equivocaba:
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, tomaba en consideración las circunstancias y las condiciones de la gente, y les perdonaba por su ignorancia. Además, tenía misericordia con ellos al corregirles sus errores. Sin duda, esto llenaba los corazones de las personas a las que aconsejaba con el amor al mensaje y a Su Señor, y las hacía preocuparse por memorizar el la situación ocurrida y el consejo recibido para transmitirlos con fidelidad más adelante. Fue narrado bajo la autoridad de Mu‘awiah ibn Al Hakam As-Sulami, que Al-lah esté complacido con él, que dijo: "Mientras yo rezaba con el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, un hombre estornudó. Dije: que Al-lah le Dé Su perdón. La gente me miró fijamente, entonces dije: "¡Ay de mí! ¿Por qué me miráis así?'' Ellos empezaron a golpear sus muslos con sus manos, y entonces, entendí que querían que me callara, y de hecho me callé. Cuando el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, terminó su oración, se me acercó, y por Al-lah, nunca he visto antes ni después de él a un maestro mejor que él, juro que no me reprochó, ni me golpeó, ni me insultó, sino que me dijo: "No es válido hablar en la oración, ya que la oración es para alabar y glorificar a Al-lah y recitar el Corán". [Muslim].
c)- No aludir directamente a quien censuraba, sino que mencionaba únicamente la acción a corregir:
Este acto toma en consideración el sentimiento del que está errado, pues subraya la orientación general, como ocurrió con ‘Abdul-lah ibn Al Latbiah, que Al-lah esté complacido con él; cuando el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le encargó recolectar las limosnas de Banu Sulaim, él aceptó algunos regalos de quienes dieron caridades. Fue narrado bajo la autoridad de Abu Humaid As-Sa‘idi, que Al-lah esté complacido con él, que dijo: "El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, encargó a un hombre, que se llamaba Ibn Al Latbiah, recolectar las limosnas de Banu Sulaim. Éste, a la hora de la cuenta, dijo: "Esto es tu dinero, y esto fue un regalo para mí". El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le dijo: "Si hubieras estado en casa de tu padre y madre, ¿Te llegaría tu regalo?"Luego, nos dio una Jutbah en que alabó a Al-lah, glorificándole y dijo: "Ahora; he encargado a uno de vosotros de realizar algo de lo que Al-lah, Glorificado Sea, me Encargó, luego, me dijo: "Esto es vuestro dinero y esto fue un regalo para mí. Si hubiera estado en casa de su padre y su madre, ¿Le llegaría su regalo? Por Al-lah, si alguien toma algo ilegalmente, en el Día de la Resurrección se encontrará con Al-lah cargando ese objeto. Conozco a alguno de vosotros que encontrará a Al-lah llevando un camello que da bramidos, una vaca que muge o una oveja que bala." Luego, levantó su mano hasta que se vio la blancura de sus axilas, y dijo: "¡Oh Al-lah! ¿He transmitido (el mensaje)?" Efectivamente, mis ojos lo vieron y mis orejas lo oyeron". [Al Bujari].
d)- Enfadarse y reprochar cuando sea necesario:
Como por ejemplo cuando personas de una posición especial cometen un error en la Shari‘ah o un error que supera el aspecto individual o parcial, empezando a causar tentación o desvío del método recto. La ira debe ser instructiva, sin exceso ni exageración, sino según la necesidad, como ocurrió cuando se enfadó el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, al traer Omar una versión de la Tora para leerla.
Fue narrado bajo la autoridad de Yabir ibn ‘Abdul-lah, que Al-lah esté complacido con ellos, que Omar ibn Al Jattab, que Al-lah esté complacido con él, fue al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dándole una versión de la Tora, y diciéndole: ¡Mensajero de Al-lah! Ésta es una versión de la Tora". El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, se calló, mientras que Omar siguió leyendo, y el color de la cara del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, cambió, lo que llevó a Abu Baker, que Al-lah esté complacido con él, a decir: "¿No ves cómo está la cara del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam?" Omar miró al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y dijo: "Me refugio en Al-lah de la ira de Al-lah y de la de Su Mensajero. Estoy complacido con Al-lah como Señor, con el Islam como religióny con Muhammad como Mensajero". El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: "Juro por Aquel en cuyas manos está el alma de Muhammad, si Musa (Moisés), la paz sea con él, hubiera aparecido y le hubierais seguido, dejándome, os desviaríais del camino recto. Si él estuviera vivo, me hubiera seguido."
Otra situación constructiva fue cuando algunos de sus Compañeros, que Al-lah esté complacido con ellos, alargaban la oración cuando ocupaban el cargo de Imam, después de que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, les había prohibido hacer esto, por la dificultad y era una tentación (de no ir a rezar) para algunos de los débiles, excusados y ocupados. Fue narrado bajo la autoridad de Abu Mas‘ud Al Ansari, que Al-lah esté complacido con él, que dijo: "Un hombre dijo: "¡Mensajero de Al-lah! No puedo rezar en congregación, porque fulano alarga la oración siendo el Imam". Nunca había visto al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, tan enfadado en como en aquella vez, dijo: "¡Gente! Hacéis que los hombres se aparten de vosotros. Quien sea el Imam, debe de evitar alargar la oración, pues hay enfermos, débiles y gente con tareas pendientes que rezan detrás de él" [Al Bujari].
También, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, se enfadó cuando los Sahabah, que Al-lah esté complacido con ellos, discutieron acerca del Destino. Fue narrado bajo la autoridad de ‘Abdul-lah ibn ‘Umar ibn Al ‘As, que Al-lah esté complacido con ellos, que dijo: "El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, se dirigió hacia los Compañeros mientras estaban discutiendo sobre el Destino. El profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, se enojó como si la sangre se hubiese concentrado en su cara (por el enojo), y dijo: "¿Se os ha ordenado hacer eso? ¿Habéis sido creados para esto? ¿Interpretáis unas aleyas del Corán con sentido opuesto a otras? Las naciones anteriores fueron destruidas por este acto" [Ibn Mayah].
Además, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, se enfadaba cuando algunos de sus Compañeros le desobedecían, insistiendo en exagerar en la religión y dificultarse la adoración a sí mismos, pues creían que eso era mejor que lo que les fue ordenado y que les haría acercarse más a Al-lah, Glorificado Sea. Fue narrado bajo la autoridad de ‘A’ishah, que Al-lah esté complacido con ella, que dijo: "Cuando el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, les ordenaba realizar solo las obras cuya práctica pudiesen sostener, decían: "No tenemos tu misma situación, Mensajero de Al-lah, pues Al-lah te Ha Perdonado las faltas que cometiste y las que pudieses cometer". Entonces, se enojaba hasta que se le notaba en su cara, y decía: "La persona más temerosa y más conocedora a Al-lah entre vosotros soy yo" [Al Bujari].
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, no se enojaba en estas situaciones sino para orientar, educar e incitar a sus Compañeros a estar atentos, y para advertirles de no cometer estos errores. Este debe ser el comportamiento que debe seguir toda persona que se dedique a la divulgación del Islam o la enseñanza. No debe permitir que el enojo le ciegue y haga que la gente se aleje de él.
e)- Aprovechar algunas ocasiones para explicar y enseñar conceptos adecuados:
Cuando ocurría delante del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, un evento relacionado con un concepto o una orientación que quería enseñar a sus Compañeros, aprovechaba el momento, lo entendían perfectamente. Fue narrado bajo la autoridad de Omar ibn Al Jattab, que Al-lah esté complacido con él, que dijo: "Algunos cautivos fueron llevados ante el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam. Había una mujer que se preparaba para amamantar. Y al encontrar a su niño entre los cautivos, lo tomo, pegándolo a su seno y lo amamantó. El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, nos dijo: "¿Pensáis que esta mujer arrojará a su hijo en el fuego?" Contestamos: "No, si ella tuviere el poder para ello" El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: "Al-lah Es más Misericordioso hacia Sus siervos que esta mujer hacia con hijo". [Al Bujari].
Principios educativos del Profeta (Parte 2)
Principios educativos del Profeta (Parte 3)