Les consulto sobre du’a (súplicas) para tiempos difíciles.
Las alabanzas sean para Al-lah, Señor y Creador del universo, y que Su paz y Sus bendiciones sean con el Profeta Muhammad, con todos sus familiares y todos sus discípulos.
Si los musulmanes sufren alguna calamidad o desastre, como una epidemia, inundaciones, temor del ataque de un enemigo, opresión o injusticia, tienen prescrito realizar la súplica Qunut en la última rak’ah de cada oración obligatoria. Se puede hacer antes del ruku’ o luego de incorporarse del mismo. Aquí hay algunas evidencias con respecto al Qunut:
1. Narraron Ahmad, Muslim, An-Nasa’i e Ibn Mayah, bajo autoridad de Anas, que Al-lah esté complacido con él, que el Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, hizo Qunut por un mes entero, pidiendo que cayera la ira de Al-lah sobre algunas tribus árabes (de Banu Sulaim, Ri’l, y Dhakuan), y luego dejó de hacerlo (no suplicó más). Al Bujari reportó que él, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, hizo esa súplica cuando varios de sus recitadores (aquellos que memorizaron el Corán en su totalidad) fueron asesinados (por las tribus arriba mencionadas), y que este incidente lo afligió muchísimo.
2. Narraron Ahmad, Muslim y At-Tirmidhi, bajo autoridad de Bara’ Ibn ‘Azib, que el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, hizo Qunut en las oraciones del Magrib y Fayer.
3. Narraron Ahmad y Abu Dawud, que Ibn ‘Abbas dijo: “El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, hizo Qunut continuamente durante un mes en las oraciones del Dhuhur, ‘Aser, Magrib, ‘Isha y Fayer, siempre al final de cada una. Él, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, recitaba el Qunut al levantarse del ruku’ en la última rak’ah, y luego pedía la ira de Al-lah sobre Banu Sulaim, Ri’l, Dhakuan y ‘Usaiah; y los compañeros, que Al-lah esté complacido con ellos, decían amén”.
4. Se debe hacer Qunut en la última rak’ah del Dhuhur e ‘Isha, y también en el Fayer luego de decir: “Sami’a Al-lahu Liman Hamidah” (Al-lah oye a quien Lo alaba). El que hace la súplica debe pedir por los creyentes y maldecir a los incrédulos (kufar).
En caso de que el musulmán enfrente calamidades de forma individual, no toda la Ummah (nación islámica), hay muchos adhkar que le pueden ayudar a aliviar sus problemas y su dolor. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Conozco unas palabras que si las pronuncia un hombre angustiado, Al-lah aliviará su dolor y congoja. Son las palabras de mi hermano Iunus (el Profeta Jonás, la paz sea con él): {“No hay otra divinidad más que Tú. ¡Glorificado seas! En verdad he sido de los injustos”} [Corán 21:87].
Este hadiz fue narrado por At-Tirmidhi de parte de Sa’d Ibn Abu Uaqqas, que Al-lah esté complacido con él. También reportó At-Tirmidhi de parte de Asma’ Bint ‘Umais, que dijo: “El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, me dijo: ‘¿Quieres que te enseñe unas palabras que puedes decir cuando te sientes angustiada?: Al-lahu Rabbi, la ushriku bihi shai’a’ (Al-lah es mi Señor, y no asocio nada con Él)”.
Por otro lado, hay otro hadiz narrado por Ahmad y otros, bajo la autoridad de Ibn Mas’ud, que Al-lah esté complacido con él, en el que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “No hay nadie que esté afligido por angustia o ansiedad y que diga ‘Al-lahumma inni ‘abduka wa ibnu ‘abdika wa ibnu amatika; nasiiati bi-iádika; maadhin fia hukmuka; ‘adlun fi qadha’uka, as-aluka bikul-lis-min hua laka, sammaita bihi nafsaka, au anzaltahu fi kitabika, au ‘al-lamtahu ahadan min jalqika, au ista’zarta bihi fi ‘ilmi al-gaibi ‘indaka, an tay’alal-Qurana al-‘Adhima rabi’a qalbi, wa nura sadri, wa yala’a huzni, wa zahaba hammi’ (¡Oh, Al-lah! Soy Tu siervo, hijo de Tu siervo, hijo de Tu sierva. Mi frente está en Tu Mano, Tu decisión sobre mí habrá de ocurrir; Tu Juicio sobre mí es justo. Te imploro con cada nombre Tuyo, con los cuales Te has nombrado o les has enseñado a algunas de Tus criaturas, o que Has revelado en Tu Libro, o que Has mantenido escondido en Tu conocimiento de lo Oculto, que des vida a mi corazón con el Corán y lo hagas luz de mi pecho, removedor de mi angustia e incomodidad), sin que Al-lah le remueva su angustia y la reemplace con felicidad’. Alguien preguntó: ‘Oh, Mensajero de Al-lah, ¿debemos aprender estas palabras?’. Él dijo: ‘Sí. Aquel que las oiga, que las aprenda’” (Ahmad).
Para más beneficio sobre el tema, por favor referirse a las fatwas 343300, 88282, 13277 y 213715.
Y Al-lah sabe más.
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