Todas las alabanzas son para Al-lah, Glorificado sea, y que la paz y las bendiciones estén con Su último Mensajero, su familia pura, sus nobles compañeros (que Al-lah esté complacido con ellos) y todos aquellos que los siguen con rectitud hasta el día del Juicio.
La distorsión histórica, perpetrada sobre el pensamiento histórico por Thomas F. Madden, no es un nuevo concepto erróneo introducido por cristianos contemporáneos revisionistas, sino que ha sido prevalente desde el surgimiento del Islam en el mundo.
Por muchos siglos, los historiadores y orientalistas cristianos directamente promulgaron mentiras y falsedades sobre el Islam, para inculcar prejuicios en contra de los musulmanes. Y todavía aún en la edad moderna, historiadores cristianos fundamentalistas continúan llevando la bandera de la falsedad y propagan directa e indirectamente sus teorías “revisionistas” sobre el Islam. Un artículo resumido del libro de Thomas F. Madden titulado Una Historia Concisa de las Cruzadas ha sido publicado tratando de desacreditar las antiguas “ideas equivocadas” de las cruzadas, es decir, que todo las sangrientas campañas lanzadas por la cristiandad europea del medioevo en contra del Islam y los musulmanes, las cuales buscaban acabar para siempre con todo vestigio islámico sobre la faz dela tierra, para lo cual se utilizó todo tipo de medios inhumanos, no fueron sino un mito, y que en realidad fueron campañas pacíficas de evangelización. Él discute cronológicamente los eventos mayores de la cruzada inicial hasta la quinta cruzada. Voy a presentarles, con la ayuda de Al-lah, los métodos engañosos que plagan en su artículo, que pretenden cubrir la luz del sol con un dedo, para desenmascarar sus objetivos.
Las mentiras de Thomas:
“Los cristianos en el siglo once no eran fanáticos paranoicos. Los musulmanes en realidad eran los que atacaban. Mientras que los musulmanes pueden ser pacíficos, el Islam emergió en una guerra y siguió creciendo de la misma manera. Desde el tiempo de Muhammad, el medio de expansión de los musulmanes siempre fue el de la espada”.
Aquí, Thomas F. Madden alega y trata de justificar que los cristianos medievales se defendían de la “agresión” de los musulmanes. Además, también dice que supuestamente el Islam emergió en una guerra, dando la impresión a los lectores de que el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, y la primera comunidad musulmana provocó la guerra entre los páganos árabes, lo que los llevó a aceptar esta religión. Esto está completamente lejos de la verdad. El Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, proclamó pacíficamente el mensaje del Único y Verdadero Dios, logrando conseguir muchos seguidores. Estos primeros musulmanes eran hijos y hermanos de los más ricos hombres en Meca, y también había esclavos y pobres. Como resultado de su firme fe en Al-lah, Glorificado sea, fueron sometidos a la persecución. Los Quraish (tribu árabe dominante en la Meca en aquel tiempo) demandaron de las demás tribus de la Meca que no comerciaran de ninguna manera con los musulmanes. Les impusieron un boicot económico y social total. Quraish incluso prohibió a los mecanos que se casaran con ellos. Al pasar por todas estas dificultades producto del bloqueo económico y social al que fueron sometidos los primeros musulmanes, sin mencionar la persecución, torturas y hasta exterminio al que fueron sometidos, el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, envió a los musulmanes a Etiopía donde gobernaba un rey cristiano reconocido por su justicia. Los Quraish pronto descubrieron el lugar en donde ellos habían emigrado y mandaron a uno de los hombres de la tribu a la corte para hablarle al rey y pedirle que les entregara a los musulmanes. Ya’far, quien era uno de los musulmanes, refutó las acusaciones que sobre ellos se lanzó en la corte del rey diciendo: “¡Oh rey de Abisinia! Nosotros adorábamos ídolos en nuestro pasado y consumíamos nuestras vidas en banalidades. Oprimir al débil y al pobre era nuestro pasatiempo. Estábamos envueltos en una desastrosa oscuridad cuando Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, nos guio hacia la rectitud y nos ordenó rechazar la idolatría. Él nos llamó hacia Al-lah, Glorificado Sea. Él nos pidió ser misericordiosos, que nos abstuviéramos de la maldad y que no oprimiéramos al débil y al pobre sino que los ayudáramos. Su majestad, nosotros éramos gente hundida en la ignorancia, que adoraba ídolos, que comía la carne inmunda, que cometía abominaciones y que dañaba al pobre sin ninguna razón; hasta que Al-lah, Glorificado Sea, nos mandó al Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, quien salió de entre nosotros, él es una persona de la que conocíamos su linaje muy bien, como también su veracidad, su mérito de confianza y su integridad”.