El asesinato de ‘Uzman
Pese a que varios de los sediciosos se arrepintieron y dejaron de participar en el bloqueo a la casa del Califa, que Al-lah Esté complacido con él, los que se mantuvieron firmes en su infamia, vieron como las cosas se iban desarrollando según sus expectativas.
Muchos de los Sahabah, que Al-lah Esté complacido con todos ellos, se dirigieron a la casa de ‘Uzman en compañía de sus hijos para defenderlo y protegerlo de esa gente. Sin embargo, el Califa ‘Uzman, que Al-lah Esté complacido con él, les ordenó que regresaran a sus hogares, que dejaran sus armas y que no hicieran nada por defenderlo. ‘Abdul-lah ibn ‘Amir ibn Rabi’ah, que Al-lah Esté complacido con él, relató: “Estaba en la casa de ‘Uzman cuando dijo: ‘Todo aquel que vea que debe obedecerme, que deje sus armas y no luche’. Luego le pidió a Ibn Omar que saliera y le dijera a los demás lo que él había dicho. Después llegó Zaid ibn Zabet y le dijo: ‘En la puerta hay unos de los Ansar (Sahabah de Medina) que están diciendo: ‘Si quieres seremos defensores tuyos por la causa de Al-lah’, pero ‘Uzman les dijo: ‘No hay necesidad de que lo hagan, dejen sus armas’”.
Igual que a los demás Sahabah, ‘Uzman, que Al-lah Esté complacido con él, le pidió a Al Hasan ibn ‘Ali, Al Husain ibn ‘Ali, Ibn Omar, Ibn Az-Zubair y a Marwan, que Al-lah Esté complacido con todos ellos, que no lucharan, que dejaran sus armas y que regresaran a sus hogares y permanecieran allí.
Después de eso, los sediciosos irrumpieron en su casa y lo asesinaron sin piedad. Esta fue una puñalada clavada directamente en el corazón de la Ummah, bien calculada. El impacto y la sorpresa fue tal que los musulmanes no sabían qué hacer, y toda Medina lloró casi cinco días consecutivos.