A la sura (capítulo) Al Fátiha se le otorga un estatus especial en el Corán debido a que es su capítulo inicial. Se lo ha llamado de muchas otras maneras: Umm Al Quran (Madre del Corán), Umm Al Kitab (Madre del libro), Al Asás (el cimiento), y muchos otros nombres que indican su estatus especial. Contenidos en el breve compás de siete aleyas (versículos), todos los objetivos principales y verdades fundamentales del noble Corán están sutilmente resumidos.
En este artículo veremos algunos hadices que hablan de las virtudes de este noble capítulo del Corán, su posición en el Mus-haf (registro físico escrito del Corán) y las opiniones de eruditos musulmanes sobre el modo en que sus versos se deben ordenar. Iniciaremos el artículo con el siguiente hadiz:
El Imam Muslim, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, citó en su Sahih Muslim, del relato de Abu Hurairah, que Al-lah esté complacido con él, que dijo: “Escuché al Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, decir (en un hadiz qudsi): ‘Al-lah, el Todopoderoso, dijo: He dividido el rezo en dos mitades para Mí y mi siervo, y mi siervo tendrá lo que pidió’. Cuando una persona dice: Alhamdulil-lahi rabbil ‘alamín (todas las alabanzas son para Al-lah, Señor de todo cuanto existe) Al-lah dice: ‘Mi siervo Me ha alabado’. Y cuando dice: Ar-Rahmán ir-Rahím (el Compasivo, el Misericordioso), Al-lah dice: ‘Mi siervo Me ha exaltado’. Cuando dice: Máliki iawmiddín (Soberano absoluto del Día del Juicio Final), Al-lah dice: ‘Mi siervo Me ha glorificado’ o ‘Mi siervo Me encomendó sus asuntos’. Y cuando dice: Iaka na’budu wa iaka nasta’in (solo a Ti te adoramos y solo de Ti imploramos ayuda), dice: ‘Esto es entre Yo y Mi siervo, y Mi siervo tendrá lo que pide’. Y cuando dice: ‘Ihdina as-sirátal mustaqím; sirátal-ladhina an’amta ‘alaihim, ghair al maghdúbi ‘alaihim walad-dal-lín’ (¡Guíanos por el camino recto! El camino de los que has colmado con Tus favores, no el de los que cayeron en Tu ira, ni el de los que se extraviaron), dice: ‘Esto será para Mi siervo; Mi siervo tendrá lo que ha pedido’” (Muslim).
Según los exégetas de los hadices, la palabra rezo en este relato hace referencia a la sura Al Fátiha. Se la ha llamado así porque forma parte básica del rezo y este no es válido sin ella. El relato quiere decir que Al Fátiha se divide entre Al-lah y Su siervo por su significado; porque en la primera parte se alaba, se glorifica y se exalta a Al-lah, el Todopoderoso, y se encomiendan los asuntos a Él; mientras que la segunda parte incluye pedir, invocar y rogar a Al-lah, el Exaltado, la guía en devota sumisión a Él.
Algunos eruditos agregaron: “Al Fátiha destaca todas las bendiciones que giran alrededor del origen y sustento de la creación en esta vida y la otra. Respecto al origen de la vida, pues se indica en estas palabras: {Todas las alabanzas son para Dios, Señor de todo cuanto existe} [Corán 1:2], y esto es porque traer la creación a la existencia a partir de la nada es la máxima manifestación de Su Señorío. Respecto al sustento de la vida mundanal, se hace referencia en Sus palabras: {El Compasivo, el Misericordioso} [Corán 1:3] y esto significa que Al-lah, el Exaltado, confiere todas las bendiciones necesarias para sostener la vida, las evidentes y las sutiles por igual. Y se hace referencia al origen de la otra vida en las palabras: {Soberano absoluto del Día del Juicio Final} [Corán 1:4], y esto es claro. El sustento en la otra vida está indicado en Sus palabras: {Solo a Ti te adoramos y solo de Ti imploramos ayuda} [Corán 1:5], y los resultados de tal devoción al sendero recto se obtienen en la otra vida”.
Los eruditos también dicen: “La sura Al Fátiha fue llamada ‘Madre del Corán’ porque es un epítome de todo el Corán y lo resume de forma breve. Las primeras tres aleyas del capítulo encierran todos los significados de los bellos nombres y sublimes atributos de Al-lah, el Altísimo. Las referencias a esos nombres y atributos en general sirven como un detallado inventario de las verdades expresadas de forma general en Al Fátiha. Las últimas tres aleyas incluyen todo lo relacionado con la creación. Entonces, se puede decir que Al Fátiha, en términos generales, resume todo lo que es detallado en el Corán”.
Otro texto dice: “Todo lo que contiene el Corán es una elaborada explicación de las verdades resumidas en Al Fátiha. Este capítulo sutilmente expresa todos los conceptos del Corán. Al ser el capítulo inicial del Corán, su elocuencia implica que debería incluir todos los significados (que serían delineados luego en el cuerpo del libro)”.
En el mismo sentido, Al Hasan Al Basri, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo: “Al-lah, el Altísimo, combinó todo el conocimiento revelado en los libros sagrados anteriores en el Corán y luego combinó todo el conocimiento del Corán en sus suras cortas (Al Mufassal). Luego combinó todo el conocimiento de Al Mufassal en Al Fátiha. Por lo tanto, quien conozca la interpretación de Al Fátiha es como si supiese la interpretación de todos los libros sagrados combinados” (Al Baihaqi en su Shu’ab ul Imán).
A pesar de las distintas opiniones de los eruditos de distintas áreas del conocimiento, objetivos y perlas de sabiduría contenidos en este capítulo, todos coinciden en que resume de forma concisa todos los conceptos contenidos en todo el Corán y resalta los objetivos de la Sharía en esta vida mundana y la otra espiritual.
Esta es la razón por la que Al Fátiha es el capítulo de apertura del Corán y le sirve de prólogo. Entonces, vemos claramente que este capítulo se ubica en el lugar que le corresponde y debe estar antes que los demás capítulos.
Respecto a este tema es apropiado citar las palabras de Ibn Al Qaiem, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, sobre este noble capítulo. Él dijo:
“Este capítulo incorpora perfectamente las grandes búsquedas de la humanidad. Incluye tres nombres divinos que describen a Al-lah, el Altísimo. Estos tres nombres sirven como base y pivote alrededor de los cuales giran los bellos nombres y sublimes atributos de Al-lah. Estos nombres son Al-lah, Ar-Rabb y Ar-Rahmán. Esto se basa en la veracidad de la Uluhía (unicidad de Al-lah como deidad), la Rububía (unicidad de Al-lah como Señor) y la misericordia divina… la alabanza a Al-lah incluye estas tres verdades: Al-lah, el Altísimo, es digno de alabanza por su Uluhía (ser el único digno de ser adorado), Rububía (ser el único Creador y Proveedor) y misericordia (ya que guía a la gente a la senda recta). También afirma el retorno a Al-lah, el Altísimo, (el Día del Juicio) que Él solo va a juzgar entre las criaturas ese día y que su juicio será justo. También afirma la profecía y el Tawhid (monoteísmo islámico) en sus tres categorías: el Tawhid del conocimiento y la creencia, el Tawhid de Ar-Rububía (la unicidad del Señorío) y el Tawhid de Al Uluhía (la unicidad de la adoración). Además, este capítulo incluye el remedio para las enfermedades del corazón y el cuerpo. La enfermedad del corazón ocurre por dos factores básicos: la corrupción del conocimiento y la corrupción de la intención. Y estos, a su vez, llevan a dos azotes graves: el desvío e invocar la ira de Al-lah. El desvío es la consecuencia de la corrupción del conocimiento e invocar la ira divina es resultado de la corrupción en la intención. Estos dos azotes son la fuente de todas las enfermedades del corazón. De hecho, actualizar la aleya: {Solo a Ti te adoramos y solo de Ti imploramos ayuda} [Corán 1:5] en lo tocante al conocimiento, la consciencia, la aplicación y el estado, sirve como una cura para la corrupción del corazón y la intención. Este capítulo también trae una refutación a los falsos alegatos de los que propagan herejías y desvíos en la religión”.
Ibn Al Qaiem, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, escribió valiosas palabras al respecto en su libro: Madáriy us sálikín baina manázil iaka na’budu wa iáka nasta’in.
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El Noble Corán