Es aquí que resalta la importancia de la purificación y limpieza del corazón, y la gran bendición con la que Al-lah agració a Su Mensajero, dijo Al-lah: {Te he concedido [¡oh, Muhammad!] una victoria evidente. Al-lah te perdonará [¡oh, Muhammad!] las faltas que cometiste y las que pudieses cometer, completará Su gracia sobre ti, te afianzará en el sendero recto} [Corán 48:1-2]; y: {[…] te he liberado de la carga que agobiaba tu espalda} [Corán 94:2-3].
Así que después de que Al-lah bendijo a Su Enviado sosegando y purificando su corazón, perdonándole sus pecados y elevando su mención, era normal que se concluyera con el agradecimiento por todo ello: {Cuando hayas acabado tus obligaciones, esfuérzate en tu adoración y a tu Señor anhela con devoción} [Corán 94:7-8].
Los especialistas difieren en cuanto a la interpretación de estas dos últimas aleyas. Algunos de ellos afirman que quiere decir: “Una vez hayas cumplido con las oraciones obligatorias, dedícate a hacer las voluntarias, especialmente en la madrugada”. Otros dijeron que significa: “Cuando finalices la oración, haz du’a”. Entre sus explicaciones encontramos también: “Cuando hayas finalizado de luchar contra los obstáculos de tus detractores, ocúpate de la ‘ibada”; y: “Al terminar tus labores mundanales, entrégate a obras para el más allá”.
Posiblemente estas aleyas encierran todos estos significados y muchos otros más, ya que son generales, es como si manifestaran: “Cuando termines lo que estás haciendo (sin importar lo que sea y para qué o quién) dedícate a otra cosa que te beneficie tanto en esta vida como en la del más allá”. El significado global es que debe cumplir con Al-lah en todo momento, pues quien no se dedica al bien, se ocupará en algo banal o maligno.
En estas aleyas: {Cuando hayas acabado tus obligaciones, esfuérzate en tu adoración y a tu Señor anhela con devoción} [Corán 94: 7 y 8] hay enseñanzas muy importantes. Como sabemos y ya lo mencionamos, los musulmanes debemos seguir el ejemplo de nuestro Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y además debemos cumplir con lo que Al-lah le mandó a él cumplir. Por este motivo, si finalizamos alguna labor o ‘ibada, debemos iniciar otra de inmediato, y no podemos olvidarnos de acercarnos a Al-lah por medio de la du’a y la humildad, pues la vida del musulmán es para que la viva por y para Al-lah. Hasta la distracción y los momentos de relajación han sido enmarcados por la Shari’a, para que cumplan con su verdadero propósito, el cual no es otro que dar descanso a la persona y tranquilizarla. Esto nos muestra que el musulmán en todo momento, hasta en los de distracción debe vivir su vida para y por Al-lah, en secreto y en público, en comodidad o dificultad, si está de viaje o no, en la alegría y en la tristeza, etc., dijo Al-lah: {Diles: "Mi oración, mi ofrenda, mi vida y mi muerte pertenecen a Al-lah, Señor del universo} [Corán 6:162].
No al ocio
En el Islam se recrimina el ocio, por eso rechaza la idea de que sus seguidores no estén ocupados en algo beneficioso en esta vida y en la del más allá. Los salaf as-salih nos dejaron varias enseñanzas al respecto, entre ellas:
- Omar, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “Me molesta ver a alguien desocupado, que no esté haciendo algo por su vida mundanal y religiosa”.
- Ibn Mas’ud dijo: “Odio ver a una persona que no hace nada por esta vida y por la del más allá”.
La razón de su molestia es evidente, pues si no se ocupa en algo beneficioso, será llevado al descuido de sus deberes.
En el Corán encontramos que los ociosos son personas que no cumplen con sus obligaciones, dijo Al-lah: {No obedezcas a aquel cuyo corazón se ha olvidado de recordarme, sigue sus pasiones y actúa con negligencia} [Corán 18:28].
Responsabilidad y rapidez en el cumplimiento
Estas dos aleyas resaltan elocuentemente la importancia de cumplir con responsabilidad y a tiempo las labores, para que después no andemos recriminándonos a nosotros mismos. Además, instan a las personas a cumplir con rapidez las responsabilidades que tienen, dejando de lado el “más tarde lo hago”, idea que fue condenada por Al-lah en el Corán, pues nos llama a que nos apresuremos a cumplir con obras de bien y a que compitamos en la virtud. Su Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, nos dijo también: “Aprovechen cinco bendiciones antes que les acaezcan cinco desgracias […]”.
El asunto es tan serio que Al Bagdadi en su libro Iqtida’ Al ‘Ilmi Al ‘Amal tituló un capítulo con el nombre: “Lo despreciable que es el ‘más tarde lo hago’”, y en este mencionó que Al Hasan Al Basri dijo: “Mucho cuidado con el ‘más tarde lo hago’, pues no tienes seguro más que el instante que estás viviendo. Si tienes la oportunidad de vivir un día más, cumple con todos tus deberes en él, porque si luego ya no tienes más días de vida, no te recriminarás a ti mismo por haber perdido el tiempo”.
Para finalizar, traemos a colación el consejo que Yusuf Bin Absat le dio a su hermano: “Hermano, cuídate del ‘más tarde lo hago’, pues es una desgracia que afecta el corazón, te agotará y destruirá. Perderás la esperanza. Así que sé responsable y apresúrate a cumplir con tus obligaciones y a realizar obras de bien, porque tu tiempo es contado”.