Introducción
Jesucristo representa el vínculo común entre las dos religiones con mayor cantidad de adeptos en el mundo, el Cristianismo y el Islam. El siguiente estudio del mensaje de Jesús y su persona se basa en este vínculo. Es nuestro anhelo que a través de este estudio, tanto musulmanes como cristianos entiendan mejor el significado de Jesús y la importancia de su mensaje.
No obstante, para que podamos identificar con precisión el verdadero mensaje de Jesucristo, hay que mantener un punto de vista objetivo a lo largo de la investigación. No debemos dejar que las emociones opaquen nuestra visión y terminen cegándonos de la verdad. Debemos prestar atención a todos los temas de manera racional y separar la verdad de la falsedad – con ayuda del Todopoderoso.
Cuando vemos la variedad de falsas religiones y creencias desviadas que hay en el mundo y el celo con el que sus seguidores sostienen esas creencias, se hace evidente que esas personas no pueden encontrar la verdad debido a su compromiso ciego con esas creencias. Su tenaz apego normalmente no está basado en un entendimiento intelectual de las enseñanzas, sino en poderosas influencias culturales y emocionales. Dado que fueron criados en una familia o sociedad en particular, se aferran firmemente a las creencias de esa sociedad, creyendo que tienen la verdad.
La única manera en que podemos encontrar la verdad sobre cualquier cosa es encararla de manera lógica y sistemática. Primero, debemos sopesar la evidencia y luego juzgarla mediante la inteligencia que Dios nos ha dado. En el mundo material, la inteligencia es fundamentalmente lo que distingue a humanos de animales, los cuales actúan meramente por instinto. Luego de determinar cuál es la verdad objetiva, debemos comprometernos a ella emocionalmente. Sí, hay lugar para el compromiso emocional, pero el mismo debe llegar después de una comprensión razonada de todos los temas. El compromiso emocional es esencial, dado que es evidencia de un verdadero entendimiento. Cuando uno entiende plena y correctamente la realidad del tema, está preparado mental y espiritualmente para sostener con fuerza esa realidad.
En el Islam está prohibido celebrar cualquier festividad o acontecimiento que tenga orígenes paganos o que no tengan una evidencia en los textos de las fuentes del Islam: El Corán y la Sunnah.
Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Y dijeron: Hemos matado al Mesías, Jesús hijo de María, el Mensajero de Al-lah. Pero no lo mataron ni lo crucificaron, sino que se les hizo confundir con otro a quien mataron en su lugar. Quienes discrepan sobre él tienen dudas al respecto. No tienen conocimiento certero sino que siguen suposiciones, y ciertamente no lo mataron.} [Corán 4:157], al comparar este versículo del Sagrado Corán con las diferentes celebraciones que se llevan a cabo durante la Semana Santa, en especial las de la Iglesia Católica, el musulmán y el honesto buscador de la verdad no pueden sino extrañarse y cuestionar la autenticidad de dichos actos. Un argumento común presentado por quienes apoyan estas tradiciones disfrazadas de formas de culto, es que las mismas no tienen relación alguna con el paganismo y que están sustentadas por la Biblia y la tradición cristiana. También, alegan que los musulmanes y los críticos, al no creer en la autenticidad absoluta de la Biblia, carecen de autoridad para defender sus argumentos.
Es en este sentido que vemos conveniente reproducir la opinión de seguidores del cristianismo y la Biblia que se oponen y denuncian a la vez, con evidencias históricas y escriturales consideradas válidas por la tradición judeocristiana, la celebración de la Semana Mayor.
Pascua, Cuaresma, Ayuno y Abstinencia
La palabra “Viernes” viene del nombre “Freyja”, la cual era conocida como la diosa del amor, la belleza y la fertilidad, por los antiguos paganos (Fausset, pág. 232, artículo “Fish”). Su símbolo de fertilidad era el pez, considerado sagrado por esa diosa. El pez había sido conocido como el símbolo de la fertilidad desde tiempos muy antiguos. Así era entre los antiguos babilonios, los asirios, los fenicios, chinos y otros (Diccionario de símbolos). La propia palabra “Pez” proviene de la palabra “Dag”, que implica aumento o fecundación (Fausset, pág. 232). La razón por la cual el pez fue usado como símbolo de la fertilidad es por el simple hecho de que el pez tiene un alto índice de reproducción. El bacalao, por ejemplo, pone alrededor de nueve mil huevos, y otras clases incluso ponen diez mil y hasta un millón de huevos al año. Por esta razón, el pez ha sido símbolo de fertilidad y fue asociado por los romanos con Freya, la diosa de la fertilidad, cuyo día conmemorativo era el viernes. De ahí viene la palabra inglesa “Friday”, que significa Viernes; así podemos empezar a ver el significado de los viernes y del Pez.
A la diosa de la fertilidad, los griegos la llamaban Venus. Y es de este nombre que vienen las conocidas palabras de “venérea” y “enfermedad venérea” (Fausset, pág. 232). El viernes era considerado como su día sagrado (Fausset, artículo “Pez”), porque se creía que el planeta Venus reinaba sobre la primera hora de este día y por esto era llamado “Dies Veneris”. Y para hacer el significado más completo, el pez era considerado la ofrenda consagrada a ella (Fausset, pág. 205). Venus y Freyja eran originalmente la misma diosa y ambas provienen de la madre-diosa original de Babilonia. El pez era considerado consagrado a Astaroth, el nombre bajo el cual los israelitas adoraban a la diosa pagana (Fausset, pág. 205). En el viejo Egipto, Isis es frecuentemente representada con un pez en la cabeza.
La pascua pagana
La palabra “Pascua” aparece en la Biblia. El origen de la palabra es “Pascha” (Heb. “Pesaj”; Gr. “Pasja”), la fiesta ordenada por Jehová (Lev. 23: 27-44) como Sábado de Expiaciones en recuerdo a la salida de Israel de Egipto. En las regiones Nórdicas, así como también en los Estados Unidos y Canadá, el Domingo de Pascua es celebrado con varias costumbres que provienen de Babilonia, tales como el pintar huevos de diferentes colores, éstos se esconden y los niños los buscan para comerlos. ¿Pero de donde proviene esta costumbre? ¡El huevo era un símbolo sagrado usado por babilonios! Creían en una vieja fábula acerca de un huevo de gran tamaño que se suponía había caído desde el cielo al río Éufrates. De este maravilloso huevo -de acuerdo con la historia-fue engendrada la diosa Astarté. Por esto, el símbolo del huevo llegó a ser asociado con esta diosa (en el idioma ingles se usa Easter) (Fausset, pág. 105). De Babilonia -la madre de las falsas religiones-la humanidad se llenó de estas creencias y toda la tierra recibió la influencia de la idea del huevo místico; por esto hallamos el huevo como un símbolo sagrado en muchas naciones:
· Los antiguos druidas portaban un huevo como emblema sagrado de su fe idólatra (Fausset, pág. 108).
· La procesión de Ceres, en Roma, era precedida por un huevo (Enciclopedia de las Religiones, de J.G. Forlong, tomo II pág. 13).
· En los misterios de Baco se consagraba un huevo como parte de la ceremonia festiva. En China, hasta nuestros días, se siguen usando huevos de colores en su festival sagrado.
· En el Japón, una vieja costumbre consiste en colorear los huevos sagrados de forma muy brillante. En la Europa del Norte, en tiempos paganos, los huevos eran usados como un símbolo de la diosa Astarté (Easter).
· Entre los egipcios, el huevo asociado con el sol -”el huevo dorado”- (Ibid, pág. 12). Sus huevos coloreados eran usados como ofrenda de sacrificio durante las fiestas de Astarté (Creencias Egipcias y pensamientos modernos, de James Bonwick, pág. 24).
La Enciclopedia Británica dice: “El huevo, como un símbolo de fertilidad y de renovación de la vida, proviene de los antiguos egipcios y persas, quienes también tenían por costumbre colorearlos y comerlos durante su festival de primavera (Pág. 859, artículo “Easter”).
Así, en este caso, sugirió que al igual que un pollo sale del huevo, ¡Cristo salió de la tumba! De esta manera los líderes de la iglesia dijeron a su pueblo que el huevo era un símbolo de la resurrección de Cristo. El papa Paulo V decretó una oración en conexión con el huevo: “Bendice, oh Señor, te pedimos, a esta tu creación de “Huevos”, que sean sustento para tus siervos, comiéndolos en recuerdo de nuestro Señor Jesucristo” (Las Dos Babilonias, pág. 110).