Nunca tuve la oportunidad de conocer a mis padres pues crecí en un orfanato. Ahora soy musulmana pero me siento muy triste por no tener familia. Rezo y me visto adecuadamente, pero creo que algo está mal conmigo. No sé que hacer.
Alabado Sea Al-lah, Señor del Universo. Doy testimonio que nada ni nadie merece ser adorado sino Al-lah, y que Muhammad, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, es Su siervo y mensajero.
Alabado sea Al-lah pues la ha guiado hacia la fe, y le ha favorecido con el Islam. ¿Cuántas son las personas extraviadas que no conocen a su Señor y que ignoran la razón de su existencia? Lo peor es que cuando mueran, terminarán en el infierno por su ignorancia. ¡Qué mal lugar de destino!
Si usted perdió a sus padres a muy temprana edad, Al-lah le ha compensado con una familia mucho más extensa que incluye a todos los musulmanes que viven sobre la faz de la tierra, y a todos los monoteístas que ha habido desde Adam (Adán), la paz sea con él, hasta que Al-lah, Enaltecido sea, reclame la tierra y a todos los que estén en ella.
Por otra parte, ¿de qué le serviría tener padres que le impidieran vestir modestamente, que odiaran el Islam o que le obligaran a volver a la incredulidad?
Usted comparte además, un rasgo importante con el Mensajero, sallallaahu ‘alayhi wa sallam; pues Al-lah, Glorificado sea, decretó que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, fuera huérfano, y que no creciera en el regazo de sus padres, para que su corazón no confiara en nadie sino en Allah, y no recurriera a nadie sino a Él.
Entonces no se rinda a la tristeza, invierta todo sus energías en estudiar el Islam, las bases de su doctrina, en entender la forma de rendir culto en el Islam, y en aprender los comportamientos y virtudes propios de los musulmanes. A continuación, esfuércese en invitar a los demás al Islam, en la medida de lo posible, ya que si usted orienta su vida bajo este objetivo, usted se sentirá dueña de un mensaje y que está en el camino de los profetas.
Asimismo le aconsejamos rodearse de musulmanas practicantes y de practicar la adoración a Al-lah, Enaltecido sea, con ellas; ya que las buenas compañías son el segundo paso a seguir después de obedecer las órdenes de Al-lah, Enaltecido sea. Como la oveja que está lejos del rebaño, Satanás sólo se acerca a quien está sólo pero no puede acercarse a quien se rodea de buena compañía.
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